El "caso de Mari Luz", un a?o despu¨¦s
Hoy se cumple un a?o de la desaparici¨®n de la ni?a de Huelva, un suceso que conmovi¨® a la sociedad y ha derivado en una pelea entre jueces y pol¨ªticos
El padre de Mari Luz Cort¨¦s ya no puede m¨¢s. Hoy se cumple un a?o de la desaparici¨®n de su hija, de cinco a?os, cuyo cad¨¢ver apareci¨® 54 d¨ªas despu¨¦s en la r¨ªa de Huelva. Juan Jos¨¦ Cort¨¦s se declara "cansado, triste y sin fuerzas" tras el que sin duda ha sido el a?o m¨¢s dif¨ªcil de su vida. Un a?o en el que el nombre de su hija ha quedado ligado para siempre a la mayor crisis que se recuerda entre los poderes judicial y ejecutivo.
El caso Mari Luz tiene hoy dos acepciones: la primera se refiere a la investigaci¨®n policial del asesinato de la peque?a; la segunda, a la sacudida que gener¨® en el ¨¢mbito judicial el hecho de que la opini¨®n p¨²blica y todos los partidos pol¨ªticos condenaran que el presunto autor de la muerte de la peque?a fuera un pederasta reincidente llamado Santiago del Valle al que una cadena de errores judiciales permiti¨® estar en libertad el d¨ªa del crimen.
El padre de la ni?a se reconoce "cansado, triste y sin fuerzas"
La¨²nica prueba clara del crimen es la autoinculpaci¨®n de Del Valle
Los jueces y el Gobierno se acusan del fallo que dej¨® libre a Del Valle
"Lo del juez Tirado ha partido a mi hijo en dos", dice el abuelo de Mari Luz
La ni?a Mari Luz no sol¨ªa salir sola. Pero el domingo 13 de enero de 2008 quiso comprar una bolsa de palomitas en el quiosco de la esquina. Camin¨® unos 100 metros y compr¨® la chucher¨ªa, pero nunca volvi¨® a casa. Supuestamente, cuando regresaba, Santiago del Valle la vi¨® pasar y la llam¨® para que subiera. Seg¨²n cont¨® a la polic¨ªa tras ser detenido dos meses despu¨¦s, la ni?a tropez¨®, cay¨® por las escaleras y qued¨® inconsciente.
Juan Jos¨¦ Cort¨¦s ha pasado el ¨²ltimo a?o recorriendo el pa¨ªs entero en caravana para recoger firmas a favor del endurecimiento de las penas contra los pederastas; se ha entrevistado con el presidente del Gobierno, alcaldes, abogados, jueces... Ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para que se haga justicia en el caso de la muerte de su hija. Pero ayer, Cort¨¦s se rend¨ªa por unas horas y explicaba que, en este triste aniversario, planea recordar a su hija a solas. "Voy a pasar el 13 de enero en soledad, acompa?ado tan s¨®lo de mi mujer y de mis hijos".
Su casa del barrio onubense de El Torrej¨®n ya estaba ayer vac¨ªa. La familia se hab¨ªa trasladado a otro domicilio para evitar el revuelo. "Pero despu¨¦s, aunque apenas tenga fuerzas, voy a seguir luchando", sentencia Cort¨¦s, que agradece a la opini¨®n p¨²blica que no se haya olvidado de su caso.
Tampoco olvidan los vecinos de Mari Luz. "No vamos a olvidar nunca. O hacen justicia otros o haremos justicia nosotros", amenazaba ayer uno de ellos. Del Valle, condenado por abusar sexualmente de su hija de cinco a?os en 2005, est¨¢ acusado de ser el presunto asesino de Mari Luz y se encuentra en prisi¨®n preventiva en la c¨¢rcel de Albolote (Granada). En la misma prisi¨®n est¨¢ su hermana Rosa, quien el d¨ªa del crimen, llev¨® a su hermano en coche a las afueras de Huelva y lo dej¨® all¨ª junto con un carro de la compra en el que, supuestamente, se encontraba el cuerpo de la ni?a. La mujer de Del valle, Isabel Garc¨ªa, tambi¨¦n fue detenida por su implicaci¨®n en el caso y se encuentra ingresada en el m¨®dulo de psiquiatr¨ªa de la c¨¢rcel Sevilla II.
Estos 12 meses no han servido, sin embargo, para arrojar pruebas concluyentes en la investigaci¨®n policial del crimen, m¨¢s all¨¢ de la autoinculpaci¨®n de Del Valle, que era vecino de la peque?a y desde el d¨ªa de la desaparici¨®n se convirti¨® en uno de los principales sospechosos. La familia Cort¨¦s al completo sigue confiando en las promesas de justicia. "Los compromisos que ha adquirido el presidente Zapatero y el ministro Bermejo conmigo se llevar¨¢n a cabo. Est¨¢ en sus manos cambiar las leyes. Y lo har¨¢n", sentencia Juan Jos¨¦ Cort¨¦s.
Para el padre de la peque?a, la justicia en el caso de la muerte de su hija tiene que abarcar dos ¨¢mbitos: la condena del autor o autores del crimen y la de los responsables de que Santiago del Valle estuviera hace un a?o en libertad, a pesar de contar con una sentencia firme de c¨¢rcel por haber abusado de su propia hija."Lo del juez Tirado ha partido a mi hijo en dos", afirma el abuelo de la ni?a, en referencia al titular del Juzgado de lo Penal 1 de Sevilla, Rafael Tirado. ?l fue quien conden¨® a Del Valle por los abusos a su hija y olvid¨® ejecutar la sentencia. Para muchos, incluida la familia de la ni?a, es el m¨¢ximo responsable del error judicial que impidi¨® que Del Valle estuviera en la c¨¢rcel.
"Ese juez y sus amigos corporativistas han ganado una batalla, pero no la guerra", a?ade el abuelo de la peque?a. La guerra a la que se refiere se ha librado en los ¨²tlimos meses en los medios de comunicaci¨®n, en los despachos del Consejo General del Poder Judicial y en los del Gobierno central y andaluz. Se ha saldado, por ahora, con una multa de 1.500 euros para el juez Tirado y una propuesta de suspensi¨®n de dos a?os de empleo y sueldo para la secretaria de su juzgado, Juana G¨¢lvez.
Pero la secuela m¨¢s importante del conflicto es la herida abierta entre todos los estamentos del poder judicial y las administraciones central y auton¨®mica, que se reparten las competencias en materia de justicia. "Si hay una lectura positiva del caso Mari Luz es que han salido a la luz todas las carencias de medios humanos y materiales que llevamos muchos a?os denunciando", apunta el juez decano de Sevilla, Federico Jim¨¦nez Ballester. "Por fin hemos conseguido trasladar a la ciudadan¨ªa nuestras reivindicaciones", a?ade.
Para los jueces, el fallo judicial del caso Mari Luz es la consecuencia de un exceso de carga de trabajo sumado a la falta de medios de los que disponen. Para el Gobierno central y la Junta, este argumento es s¨®lo un intento de eludir responsabilidades. El enfrentamiento entre ambas posturas ha llevado a la mayor rebeli¨®n que se recuerda en el ¨¢mbito de la judicatura, cuyos miembros amenazan con convocar para los pr¨®ximos meses la primera huelga de jueces de Espa?a. Hace un a?o nadie imaginaba que la desaparici¨®n de aquella ni?a que fue a comprar chucher¨ªas a 100 metros de su casa iba a acabar con una colisi¨®n in¨¦dita entre dos poderes del Estado.
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