Los retratos de una novelista del Misisip¨ª
Nueva York recuerda la faceta como fot¨®grafa de la escritora Eudora Welty
"Trato de entrar en la mente, el coraz¨®n y la piel de los seres humanos que no son yo misma. No importa si son hombres, mujeres, j¨®venes, mayores, de piel blanca o negra, el reto principal es dar el salto. ?se es el acto de imaginaci¨®n de un escritor que yo valoro m¨¢s". La estadounidense Eudora Welty (1909-2001) se expresaba as¨ª en relaci¨®n con su obra literaria a finales de los a?os ochenta, pero lo cierto es que esa misma pulsi¨®n fue la que lat¨ªa detr¨¢s de su pasi¨®n por la fotograf¨ªa. ?sta arranc¨® en su juventud, en plena d¨¦cada de los veinte. En realidad, su gran deseo era triunfar en esa disciplina, aunque su talento para la literatura acab¨® relegando a un segundo plano su capacidad para capturar con la c¨¢mara las cualidades humanas.
Se trata de duras im¨¢genes tomadas durante la 'gran depresi¨®n'
El Museo de la Ciudad de Nueva York le dedica a esta artista nacida en Jackson (Misisip¨ª), donde pas¨® la mayor parte de su vida, una peque?a pero certera exposici¨®n hasta el pr¨®ximo 16 de febrero, en la que se exhiben las im¨¢genes con las que Welty, de cuyo nacimiento se cumple el centenario en abril, inaugur¨® oficialmente su carrera como fot¨®grafa. Se trata de duros retratos tomados en su Misisip¨ª natal durante la Gran Depresi¨®n de los treinta y a los que, adem¨¢s, acompa?a una selecci¨®n de las im¨¢genes tomadas en la misma ¨¦poca en Nueva York.
No deja de ser parad¨®jico que esas im¨¢genes con las que Welty captur¨® casi ingenuamente un mundo que se resquebrajaba y en el que se puede ver a decenas de hombres mirando un escaparate, leyendo los anuncios de ofertas de empleo en la c¨¦ntrica plaza de Union Square o durmiendo sobre un banco, haya coincidido en el tiempo con una crisis econ¨®mica de proporciones b¨ªblicas que recuerda al crack de 1929. Las im¨¢genes de Welty se muestran en el mismo museo junto a otra serie que, bajo el t¨ªtulo Broken glass y firmada por el fot¨®grafo Ray Mortenson, tambi¨¦n ahonda fotogr¨¢ficamente en otra crisis: la que en la d¨¦cada de los setenta asfixi¨® todo un barrio, el Bronx del Sur, cuyos edificios abandonados se convirtieron en el s¨ªmbolo oscuro de una ciudad en decadencia a la que s¨®lo el tiempo pudo devolverle un esplendor que la nueva crisis vuelve a amenazar.
"Toda aquella gente de la gran depresi¨®n se mantuvo viva gracias a la determinaci¨®n de volver a trabajar y ser capaces de retomar el ganarse la vida", escribi¨® Welty. Y es esa actitud positiva la que sus im¨¢genes tratan de reflejar. Sus protagonistas, tanto los parados neoyorquinos como los ni?os y mujeres de raza negra viendo pasar la vida -una vida de miseria- que se suceden en sus fotograf¨ªas del sur del pa¨ªs, tienen muy poca carga sentimental, e incluso dejan a un lado el comentario pol¨ªtico en el que hac¨ªan hincapi¨¦ en esos mismos a?os fot¨®grafos como Walker Evans o Dorothea Lange, que trabajaron en el proyecto documental de la Farm Security Administration.
En cambio, las fotograf¨ªas del Bronx de Mortenson son, sin apenas mostrar un ser humano, de una dureza atroz. En su exposici¨®n se muestran decenas de edificios abandonados y desconchados, en los que muebles solitarios, objetos perdidos o simplemente espacios vac¨ªos de paredes descascarilladas dan cuenta de una vida pasada que fue fagocitada por la crisis neoyorquina de aquellos duros a?os setenta y primeros ochenta. Son im¨¢genes absolutamente silenciosas que se oponen al sonido que sin duda desprenden las de Welty. Dos miradas opuestas para ¨¦pocas muy diversas con problemas demasiado similares.
Babelia
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