El gran descalabro

El descalabro acab¨® por producirse. Se vislumbraba tras las derrotas frente a Suecia y Croacia. Pero nadie se atrev¨ªa ni siquiera a pensar que Espa?a pod¨ªa perder ante Corea. Sin embargo, ocurri¨®. Mejor¨® la defensa, pero el ataque se estrell¨® una y otra vez frente a la agresividad de los asi¨¢ticos y los disparos o acababan en manos del portero o tocaban el palo o sal¨ªan fuera, pero no entraban en la porter¨ªa. Los nervios atenazaban a los espa?oles, la tensi¨®n se fue apoderando del equipo porque los de Valero Rivera no lograban despegarse. Y todo el mundo sab¨ªa que si se llegaba al final con un tanteador ajustado, ganar a los asi¨¢ticos ser¨ªa muy dif¨ªcil.

Espa?a sucumbi¨®, perdi¨® por un gol. Suficiente para que los campeones del Mundo de 2005 se vean obligados a luchar por la 13? posici¨®n, junto a equipos de muy inferior calidad: Argentina, Cuba, Australia, Rumania y Kuwait. Nunca Espa?a hab¨ªa ca¨ªdo tan abajo en un Mundial. La peor clasificaci¨®n se hab¨ªa producido en Islandia en 1995: la selecci¨®n acab¨® 11?.

?Y Valero Rivera? Ah¨ª, aguantando el chaparr¨®n, intentando calmar a sus chicos

El descalabro es m¨¢s doloroso, pues llega directamente despu¨¦s del bronce ol¨ªmpico

La calidad t¨¦cnica de los espa?oles y de los coreanos no es comparable. Los asi¨¢ticos basan toda su estrategia en la velocidad que imprimen a todas sus acciones. Pero les falta orden en muchas ocasiones y robarles balones en el ataque resulta relativamente f¨¢cil. Espa?a lo hizo. Y Sierra, que jug¨® como portero titular, contribuy¨® de forma decisiva en ello. Sin embargo, casi ninguna de las opciones de contraataque se resolvieron positivamente y cuando el ataque espa?ol tuvo que resolver ante la defensa formada, nunca lo consigui¨®.

Los coreanos obligaron al ataque espa?ol a hacer circular el bal¨®n en los 13 metros o a buscar combinaciones con los extremos o el pivote. El bal¨®n apenas circul¨®, los extremos ni se vieron, Andreu, el pivote, hizo lo que pudo, y la primera l¨ªnea decidi¨® resolver por su cuenta, con un insuperable desacierto. Hubo de todo, errores de pase, errores de recepci¨®n, lanzamientos al poste, tiros al cuerpo del portero, faltas t¨¦cnicas en ataque. Todo el listado propio de un equipo principiante, no de una selecci¨®n que acaba de ganar su tercera medalla ol¨ªmpica.

?Y Valero? Ah¨ª, aguantando el chaparr¨®n, intentando tranquilizar a sus jugadores, aferr¨¢ndose a la defensa en 6-0 e intentando lanzar el contraataque. Sin embargo, no fue un problema de planteamientos. Valero Rivera ha fracasado en su primer intento, eso es indudable. Pero lo que ha quedado patente tambi¨¦n es que o el nivel de los jugadores que acudieron a la llamada del ex entrenador del Bar?a no es tan alto como se pensaba o son incapaces de soportar la presi¨®n. Y lo m¨¢s grave es que esto afecta tanto a los veteranos como a los m¨¢s j¨®venes. La renovaci¨®n de la selecci¨®n est¨¢ siendo traum¨¢tica. Igual que lo fue para otros pa¨ªses como Suecia, Dinamarca o Polonia, o como lo est¨¢ siendo para Rusia, que ayer perdi¨® tambi¨¦n su clasificaci¨®n. Pero en el caso espa?ol es m¨¢s dolorosa porque el descalabro llega directamente despu¨¦s del bronce ol¨ªmpico en Pek¨ªn.