Regreso a casa
El relato vive una renovaci¨®n y una revaloraci¨®n en Espa?a. Autores, editoriales y lectores empiezan a recuperar la tradici¨®n de un g¨¦nero que tiene en esta ¨¦poca de celeridad y ciberespacio su mejor aliado
Todo era felicidad, hasta que una tarde abri¨® la puerta, cruz¨® la acera y se autodesterr¨® en secreto en la calle de al lado. Vivi¨® entre sombras ajenas y paseos furtivos frente a su antigua casa. Su mujer y sus hijos lo esperaron. Y alcanzaron a atisbar que la espera eterna puede ser un atajo hacia el olvido. En su enigm¨¢tico exilio, el hombre ve¨ªa con desd¨¦n c¨®mo la vida avanzaba veloz a su alrededor y m¨¢s lenta en su hogar. Una noche, despu¨¦s de m¨¢s de veinte a?os de soslayar la realidad, sale de su habitaci¨®n prestada, cruza la calle, fisgonea su casa y, de repente, sus pasos lo encaminan hacia la puerta. Toc-toc...
Ocurri¨® en una calle de Londres en el siglo XIX. Si se ha de creer a Nathaniel Hawthorne en Wakefield. Una historia que podr¨ªa ser el cuento del cuento en Espa?a. Un g¨¦nero literario que vuelve renovado tras quedar en la periferia, sin explicaci¨®n clara, a pesar de tener unas ra¨ªces importantes en este pa¨ªs. Casi un centenar de libros recientes confirma ese progresivo romance cuent¨ªstico iniciado entre autores, editores y lectores desde principios de esta d¨¦cada.
La nueva reputaci¨®n del cuento se debe a que los autores han perdido el prejuicio a escribirlos y a las nuevas editoriales
Es su renacer y revaloraci¨®n, en medio de la glorificaci¨®n de la novela, tras a?os de ser soslayado mientras en el resto del mundo ganaba admiraci¨®n y prestigio.
Y como al viejo Wakefield, que da nombre al relato de Hawthorne, al cuento se le ha abierto la puerta en Espa?a, pero no se sabe si le espera el mismo destino que a ¨¦l.
Lo que es claro es que ha vuelto. Y la visibilidad de la recuperaci¨®n de este romance es debida, seg¨²n 16 escritores, editores y libreros, a la confluencia de factores qu¨ªmicos y f¨ªsicos: los autores se han despojado de miedos y perdido el prejuicio a escribir historias breves y se enfrentan a ¨¦l como a cualquier otro g¨¦nero; como reacci¨®n de algunos a las reglas impuestas por el mercado para dar una alternativa al imperio de la novela; por la apuesta de algunas editoriales, especialmente las nuevas; adem¨¢s de la bendici¨®n inesperada de las tecnolog¨ªas emergentes como Internet y la blogosfera que parecen favorecer los formatos breves.
Perfecto ahijado y aliado de una ¨¦poca de prisas.
"La precisi¨®n, la intensidad y lo vertiginoso, que caracterizan al cuento de hoy, encajan con un lector apresurado porque la historia narrada es inmediata. Quiz¨¢ esa precipitaci¨®n del cuento refleje hoy el fraccionamiento y la rotura del ¨¢mbito psicol¨®gico del hombre actual", reflexiona Juan Eduardo Z¨²?iga, narrador de una premiada trilog¨ªa de cuentos sobre la Guerra Civil: Largo noviembre de Madrid, La tierra ser¨¢ un para¨ªso y Capital de la gloria.
Se refiere a un tiempo donde el renovado inter¨¦s y la reputaci¨®n del cuento coinciden con que vuelve a ser un gran campo de pruebas en el arte de narrar con calidad, asegura Hip¨®lito G. Navarro, autor de El pez volador.
Historias con un punto final movedizo. O inencontrable o inexistente. Hoy m¨¢s que nunca el lector contin¨²a en su imaginaci¨®n esas narraciones que viven m¨¢s all¨¢ de la ¨²ltima palabra escrita.
Cobran vida las centenarias palabras de Henry James de que el cuento "es el punto exquisito donde acaba la poes¨ªa y empieza la realidad". Precisamente, uno de los cambios m¨¢s significativos del relato actual es que suele tener un pie en la realidad, en el mundo conocido mirado de frente, pero que en el instante m¨¢s inesperado despega hacia territorios surrealistas insuflados de verdad, explica Jos¨¦ Luis Pereira, propietario en Madrid de una librer¨ªa dedicada s¨®lo al cuento: Tres rosas amarillas, en homenaje al relato de Raymond Carver en el cual recrea el ¨²ltimo d¨ªa de Ant¨®n Ch¨¦jov.
Son dos autores clave en la evoluci¨®n del cuento desde Edgar Allan Poe, uno de los padres del relato moderno, de quien se conmemor¨® el pasado d¨ªa 19 el bicentenario de su nacimiento. Y junto a ¨¦l varios autores en diferentes pa¨ªses, seg¨²n el peruano Fernando Iwasaki, uno de los encargados de la edici¨®n, con Jorge Volpi, de Cuentos completos de Poe (en la traducci¨®n de Julio Cort¨¢zar editado por P¨¢ginas de Espuma). "Ese nacimiento casi simult¨¢neo lo hicieron en el siglo XIX Poe en Estados Unidos, Baudelaire en Francia, B¨¦cquer en Espa?a, Ch¨¦jov en Rusia y Machado de Assis y Ricardo Palma en Am¨¦rica Latina".
Un big bang creativo cuya expansi¨®n muestra hoy un g¨¦nero que ha derivado en artefacto literario de precisi¨®n sin perder el alma. Reforzando el coraz¨®n.
A casi dos siglos de aquel estallido, resuena la idea de que en Espa?a no ha habido mucha tradici¨®n o valoraci¨®n del cuento, sobre todo comparado con Am¨¦rica Latina. "El mercado espa?ol ha apostado por novelas, pero parece que hay un descenso de inter¨¦s en el mundillo literario, lo cual contribuye a una nueva valoraci¨®n del cuento", afirma Javier Azpeitia, de 451 Editores, que promueve la escritura y la lectura de relatos a trav¨¦s de la publicaci¨®n de libros en los que un grupo de narradores reescribe historias famosas o crea originales o hace antolog¨ªas tem¨¢ticas. Sin olvidar, agrega Azpeitia, que "ronda la idea orteguiana de que el g¨¦nero novel¨®n no va a funcionar en el futuro".
La poca valoraci¨®n del cuento en Espa?a puede deberse, parad¨®jicamente, a su gran exigencia, asegura Navarro. "Puede estar en la pereza que da entrar en un mundo literario cada pocas p¨¢ginas, mientras en la novela no. Un cuento requiere un esfuerzo continuo, estar m¨¢s atento, ser c¨®mplice e involucrarse m¨¢s en la historia". Navarro se lamenta de que todos han estado un poco en contra de ¨¦ste, y de que hay autores que se han preocupado por ¨¦l sin que hayan sido atendidos por editoriales y cr¨ªtica literaria.
"En Espa?a hay quienes se sorprenden de que el cuento tenga tan poca tradici¨®n siendo aqu¨ª donde se escribieron las Novelas ejemplares. Es un malentendido: los relatos de Cervantes son muy modernos, s¨ª, pero pertenecen todav¨ªa a la familia del Decamer¨®n", explica el colombiano Juan Gabriel V¨¢squez, creador de Los amantes de todos los santos. El cuento moderno, agrega, "el que nace con Poe, es otra cosa: un g¨¦nero nuevo. Y en este g¨¦nero a Espa?a le falta su Ch¨¦jov, su Borges. Es por eso quiz¨¢s que ha tardado en encontrar lectores y practicantes. Pero los ha encontrado".
O recuperado. Como Wakefield, que tras extraviarse de s¨ª y en s¨ª mismo volvi¨® a cruzar el umbral de su casa donde a¨²n lo aguardaban. Hab¨ªa vuelto. Y quer¨ªa recuperar el tiempo. ?Con ¨¦xito?
Por lo pronto, el mundo en torno al cuento espa?ol sigue cambiando. "Aunque a¨²n necesita cierto activismo, cierta beligerancia", anima el bilba¨ªno Pedro Ugarte, autor de Los traficantes de palabras y La isla de Komodo. Su experiencia es parecida a la de muchos autores: "Publiqu¨¦ mi primera novela despu¨¦s de haber dado a la imprenta cuatro libros de cuentos y s¨®lo entonces se empez¨® a considerar que yo no bromeaba. Hab¨ªa publicado muchos cuentos pero eso, en s¨ª mismo, no me libraba de una provisionalidad envenenada y venenosa".
Una diferencia con Am¨¦rica Latina donde, seg¨²n Iwasaki, los escritores se pueden construir un prestigio literario tan s¨®lo escribiendo cuentos. Y cita a Borges, Arreola, Cort¨¢zar, Denevi, Monterroso, Ribeyro "y a tantos autores que no han tenido que acometer una novela para ser reconocidos como grandes escritores. De hecho, los primeros libros de Fuentes, Donoso, Garc¨ªa M¨¢rquez, Vargas Llosa y Cabrera Infante fueron libros de cuentos". Adem¨¢s de Rulfo, Onetti o Quiroga, y ahora una nueva generaci¨®n de latinoamericanos, por todo el mundo que se enfrenta al cuento y la novela con el mismo placer y exigencia.
En Espa?a el g¨¦nero ha vuelto a enlazar con aquel estallido moderno de fuerza y esp¨ªritu renovadores nutri¨¦ndose de todos los espacios y tiempos.
Para empezar, los creadores han cambiado de mentalidad. "Las ¨²ltimas generaciones de cuentistas nos hemos acercado al g¨¦nero seducidos por su grandeza, despu¨¦s de leer a los maestros (Poe y Cort¨¢zar, pero tambi¨¦n a los espa?oles de los siglos XIX y XX, de Gald¨®s a Tiz¨®n, pasando por Aldecoa y Matute) y convencidos, adem¨¢s, de que no hablamos para las paredes", afirma la zaragozana Patricia Esteban Erl¨¦s, responsable de Manderley en venta.
Eso no evita que a¨²n haya narradores para quienes el relato sigue siendo un ejercicio, "ensayos para medir sus fuerzas y probar lo que ser¨¢ su estilo", admite Berta Mars¨¦. Para esta barcelonesa, que debut¨® con En jaque, ese ejercicio puede resultar ¨²til y muchas veces los cuentos son buenos pero otras veces no, "y puede que eso -publicar, entre novela y novela, ejercicios de cuentos guardados en el caj¨®n- no ayude mucho a la hora de mantener el prestigio del g¨¦nero en toda su dimensi¨®n. Pero, para quienes el g¨¦nero es m¨¢s que un ejercicio, y cada cuento es un fin en s¨ª mismo, el modo de enfrentarse a ¨¦l no debe ser muy distinto del modo en que te enfrentas a una novela; y no creo que el verdadero cuentista tenga en cuenta el prestigio del g¨¦nero elegido, sino la historia que va a contar y c¨®mo lo va a hacer, porque es lo ¨²nico que le importa".
Parte de eso se ha invertido. La potencia y el aura de reto literario que lo acompa?a son tal que hoy los escritores tambi¨¦n empiezan a escribir novelas entre cuento y cuento, arriesga Pereira, de la librer¨ªa Tres rosas amarillas.
Aliados clave de este renacer son las editoriales. Sobre todo las nuevas y peque?as que han hallado un espacio poco inexplorado en vista de que los grandes sellos suelen ir a lo seguro.
"Aunque poco, algo ha mejorado la situaci¨®n en estos ¨²ltimos a?os. A las editoriales consagradas -Anagrama, Tusquets, Pre-Textos- han sucedido otras que han tomado el relevo en la defensa del cuento y el descubrimiento de voces, como son P¨¢ginas de Espuma, Menos Cuarto o Caballo de Troya", considera el madrile?o Eloy Tiz¨®n, autor de Velocidad de los jardines. No olvida la labor importante de blogs o la "floraci¨®n", reflejada en librer¨ªas especializadas.
"Asistimos literariamente a una situaci¨®n muy buena, excelente me atrevo a calificarla", afirma Juan Casamayor, de P¨¢ginas de Espuma, que cumple diez a?os apostando por el cuento. "La generaci¨®n de peque?as resistencias (escritores nacidos despu¨¦s de 1960 de la que la editorial ha publicado antolog¨ªas) agrupa a un conjunto de grandes cuentistas, que han le¨ªdo muy bien a los escritores latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX y han gozado de traducciones de obras indispensables en el g¨¦nero. Ello se refleja en importantes libros que han ido apareciendo en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas".
Juan Cerezo, de Tusquets, cree en el cambio: "Hay indicios de cierta mejora: colecciones, editoriales, librer¨ªas, blogs, est¨¢n insuflando nueva vida a un g¨¦nero que, al igual que la poes¨ªa, quiz¨¢ no sea de ventas masivas, pero empieza a contar con lectores fieles, y entendidos".
Precisamente un peque?o volumen de cuentos ha protagonizado, en los ¨²ltimos a?os, uno de los fen¨®menos m¨¢s interesantes del boca en boca literario de un autor desconocido: Los girasoles ciegos, ¨²nico libro del fallecido Alberto M¨¦ndez. Y entre las obras m¨¢s destacadas de 2008, seg¨²n los colaboradores de Babelia, figuran varios t¨ªtulos de relatos y novelas breves en todas las lenguas.
?Ilusiona! ?sa es la principal cualidad del cuento, seg¨²n Miguel ?ngel Mu?oz, escritor almeriense y creador de uno de los blogs m¨¢s activos sobre el g¨¦nero (elsindromechejov.com). "Hay autores que persisten en la escritura de buenos libros de relatos, y logran como g¨¦nero una atenci¨®n creciente, pero al tiempo contradictoria. Aunque haya editoriales especializadas en el cuento, no creo que el mundo editorial apueste m¨¢s por ¨¦l, y mucho menos si son escritores no muertos o no anglosajones. Los suplementos m¨¢s importantes no dan visibilidad real al g¨¦nero, y el cuento se debate entre el amor de los nuevos escritores hacia ¨¦l y una cierta indiferencia de sus posibles lectores, que, por no conocer esos libros, a¨²n no saben que son lectores de cuento".
Cristina Cerrada tiene una opini¨®n parecida. La creadora de Noct¨¢mbulos no est¨¢ segura de que haya una verdadera apuesta editorial. Cree que se publican m¨¢s cuentos porque la Literatura, "influenciada por las nuevas formas de comunicaci¨®n que imponen fen¨®menos como Internet, o la blogosfera, se ha vuelto m¨¢s port¨¢til, fragmentaria y urgente. La brevedad es una consigna. Junto a la proliferaci¨®n de novelones (impulsada por las grandes editoriales), est¨¢ surgiendo un nuevo y creciente inter¨¦s por el texto breve, nervioso y esquivo, refractario a las clasificaciones, no s¨¦ si hablar de cuento, porque es, en ocasiones, dif¨ªcil de catalogar. En la era posmoderna, las novelas dejan de serlo para convertirse en yuxtaposici¨®n de fragmentos. En el caso de Espa?a, tenemos el fen¨®meno Nocilla, o editoriales minoritarias que apuestan por el relato como si de un g¨¦nero nuevo se tratase. Si esto contin¨²a, puede que estemos asistiendo no s¨®lo a un nuevo cambio del gusto, como sucedi¨® en Europa durante el paso del Renacimiento al Barroco con la poes¨ªa y el teatro, sino a una peque?a pero necesaria revoluci¨®n".
Y el ciberespacio confirma su revelaci¨®n como un escenario decisivo en este impulso evolutivo d ela literatura.
Romance tempestuoso el de Internet y el cuento, reconoce Mu?oz. "A trav¨¦s de bit¨¢coras, revistas digitales y dem¨¢s webs, el amante del cuento ha encontrado un club de encuentro libre de presiones y conveniencias literarias o comerciales. Un lugar para la sugerencia y el descubrimiento de nuevos nombres, que ha demostrado que hab¨ªa una necesidad de informaci¨®n sobre este g¨¦nero, "tan poco comercial" seg¨²n las editoriales. Por sus caracter¨ªsticas, ha beneficiado mayormente a la difusi¨®n del microrrelato. La historia entre Internet y el cuento es puro presente. En la red han cobrado vida literaria, hoy -que es lo que necesitan sus autores-, numerosos libros de cuentos muy valiosos que han sido completamente despreciados por los medios de comunicaci¨®n convencionales. La influencia de las tecnolog¨ªas en el futuro del relato es, hoy por hoy, eso: futuro".
Mientras se aclara el porvenir, escritores y editores advierten de que ¨¦ste es un momento maravilloso y delicado ante el riesgo de publicaci¨®n de obras de baja calidad. Aunque, sentencia Alejandro Garc¨ªa Schnetzer, de Libros del Zorro Rojo, "mientras una novela mediocre puede ser exitosa, un libro de cuentos lo tiene m¨¢s dif¨ªcil, de ¨¦l se espera que cada p¨¢gina depare alguna clase de felicidad, alguna m¨ªnima emoci¨®n".
Una fascinaci¨®n que ha vuelto con entusiasmo a un pa¨ªs que es parte de la casa del cuento. Aqu¨ª vivi¨® una primera gran transformaci¨®n al final de la Edad Media cuando empez¨® a dejar su tono m¨¢s oral, moral y religioso para iniciar su centenaria andadura de estilo m¨¢s literario, seg¨²n dejaron constancia autores como Don Juan Manuel y Arcipreste de Hita; y dio un gran paso a principios del siglo XVII con Cervantes, despu¨¦s con B¨¦cquer y m¨¢s recientemente con los escritores de los a?os cincuenta y algunos de los ochenta.
"Que esta ¨¦poca revalorice el cuento es una buena noticia", afirma Garc¨ªa Schnetzer, "acaso sea un s¨ªntoma de que la lectura vuelve a ser exigente". Y los lectores decidir¨¢n si la vuelta a casa del cuento tendr¨¢ el mismo destino que tuvo Wakefield que, tras su larga ausencia, se convirti¨® en un marido amante.
P¨¢ginas digitales con especial atenci¨®n al cuento: El s¨ªndrome Ch¨¦jov (http://elsindromechejov.com). La nave de los locos (http://nalocos.blogspot.com/). El hueco del viernes (http://elhuecodelviernes.blogspot.com/). Coffee & Garamond (http://paulviejo.com/). Bit¨¢cora de Sergi Bellver (http://alasdealbatros.blogspot.com/). Vivir del cuento (http://vivirdelcuento.blogspot.com/). Literatura en breve (http://rne.literaturaenbreve.com/). Relataduras (http://juancarlosmarquez.blogspot.com/). El tacto de un billete falso (http://eltactodeunbilletefalso.blogspot.com/). El ladr¨®n de Shady Hill (John Cheever blog) (http://cheever.wordpress.com/)
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