Ayuda insuficiente, pero ayuda
La familia de un dependiente en grado m¨¢ximo cobra 300 euros por su cuidado
Javier tiene 33 a?os y est¨¢ postrado en cama. Ten¨ªa 14 cuando comenz¨® a quejarse de un fuerte dolor en el ojo tras una revisi¨®n escolar. Un angioma venoso alojado en su cerebro le oblig¨® a aparcar su moto y le fue restando vida. Desde hace a?os ni habla ni oye. Apenas puede ver y sufre una severa par¨¢lisis que afecta a casi todo su cuerpo. Con una sola mano saluda y hace gestos para indicar que tiene fr¨ªo.
Una m¨¢quina lo alimenta y otra le permite respirar. Sus padres, Carmen D¨ªaz y Manolo Rivas, viven para ¨¦l. "Nos gastamos lo que ten¨ªamos y lo que pedimos", cuenta su padre, mientras relata un largo periplo m¨¦dico que los llev¨® hasta una cl¨ªnica de Estados Unidos en busca de un milagro que no lleg¨®.
Para Vicepresidencia, Javier es un gran dependiente de grado III y nivel 2. La calificaci¨®n m¨¢s grave en la escala de la Administraci¨®n. Carmen, su madre, es la cuidadora principal. Se ocupa de ¨¦l d¨ªa y noche y no quiere ni o¨ªr hablar de internarlo en un centro. Cada mes percibe algo m¨¢s de 300 euros y cotiza a la Seguridad Social. "Para m¨ª trabajar en otra cosa ser¨ªa impensable", explica. La familia de Javier fue la primera en cobrar las ayudas de la Xunta tramitadas por la oficina municipal de Ferrol. "Las cuant¨ªas son peque?as, pero es mejor que nada", admite Carmen. Cuenta que recibieron la Ley de Dependencia con "mucha ilusi¨®n y casi con miedo a que no saliera adelante". "Para m¨ª fue un gran alivio, aunque no es suficiente", se?ala. Reconoce que a menudo la burocracia se alarga, pero reprocha a quienes critican la ley "que ellos no la hicieron". Espera acogerse al "respiro familiar" gratuito que ofrecen los servicios sociales, para que una persona cualificada la sustituya alguna vez, si tiene que "salir al m¨¦dico". La oficina de Dependencia del ayuntamiento ferrolano tramit¨® 1.267 solicitudes desde 2007, algunas en "tiempo r¨¦cord", se?ala la edil socialista Beatriz Sestayo. Desde las filas del PP sostienen que 45 personas fallecieron aguardando las ayudas de la Xunta, que todav¨ªa reclaman otras 700 personas.
"Muchas veces los que m¨¢s se quejan no son los casos m¨¢s urgentes. Los expedientes tienen su orden", asegura una trabajadora social. En el barrio de Caranza vive Mar¨ªa Lage, de 97 a?os. Su marido, Benjam¨ªn, se ocupa de ella permanentemente y asegura que lleva dos a?os esperando una ayuda que no llega. De la mano del PP, llev¨® sus quejas a los peri¨®dicos y su caso, paradigma de otros tantos, desat¨® una guerra de informes entre Vicepresidencia y el municipio con un trasfondo m¨¢s partidista que social.
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