Voto y discurso econ¨®mico
El principal determinante del voto para la mayor parte de los electores es su ideolog¨ªa. Las investigaciones emp¨ªricas disponibles lo demuestran de forma incontestable. Dicho eso, la coyuntura econ¨®mica tambi¨¦n importa. Sobre todo, cuando las elecciones son disputadas y la escasa diferencia entre los partidos en t¨¦rminos de sufragios estimados convierte a los votantes m¨®viles -los swing voters- en factor clave. No obstante, esa influencia de la situaci¨®n econ¨®mica sobre el sentido del voto es m¨¢s compleja de lo que se suele asumir.
En primer lugar, no es la realidad econ¨®mica lo que es relevante, sino la percibida por los electores. En segundo lugar, los votantes pueden o no responsabilizar al ejecutivo que se presenta a la reelecci¨®n de la situaci¨®n econ¨®mica que percibe. Y, en tercer lugar, el elector compara la credibilidad y competencia del gobierno y oposici¨®n para gestionar la econom¨ªa en el siguiente ciclo electoral. Por consiguiente, una mala coyuntura perjudicar¨¢ a los partidos de gobierno s¨®lo si es percibida como tal, si los ciudadanos entienden que el ejecutivo tiene parte de culpa y si la oposici¨®n ofrece una alternativa m¨¢s cre¨ªble. Se abre, por tanto, un nuevo frente de competici¨®n entre partidos. Una competici¨®n que en el caso espa?ol no puede ignorar la estructura de gobierno multinivel con la que nos hemos dotado.
Hizo bien Jos¨¦ Blanco cuando decidi¨® que la campa?a gallega se haga en clave gallega
?Hasta qu¨¦ punto las decisiones de voto en un determinado ¨¢mbito (local, auton¨®mico, estatal) dependen s¨®lo de lo que ocurre en ese nivel? ?En qu¨¦ medida es factible que un gobierno evada responsabilidades o ponga como excusa decisiones adoptadas en otro nivel gobernado por otro partido? Los resultados de las investigaciones emp¨ªricas muestran que, de forma progresiva, el ¨¢mbito auton¨®mico se ha consolidado como un espacio pol¨ªtico aut¨®nomo y que las tendencias pol¨ªticas a escala estatal influyen cada vez menos en los resultados de los diferentes partidos en el ¨¢mbito local. De forma m¨¢s directa, basta comparar el n¨²mero de comunidades aut¨®nomas gobernadas por el PSOE en los a?os ochenta con el n¨²mero de comunidades gobernadas por ese mismo partido en la actualidad.
Sin embargo, es verdad que tanto el gobierno como la oposici¨®n del PP est¨¢n atravesando por un mal momento en el conjunto de Espa?a y que esa "contaminaci¨®n" negativa podr¨ªa resurgir en mayor o menor medida. Por eso hizo bien Jos¨¦ Blanco cuando decidi¨® que la campa?a gallega se haga en clave gallega, con pocas visitas de Zapatero y sus ministros. Y por eso sospecho que el PP gallego va a seguir una l¨ªnea similar el resto de la campa?a.
En esta situaci¨®n y con el objetivo de maximizar sus apoyos, la estrategia de los partidos de gobierno deber¨ªa gravitar en torno a cuatro ejes. Primero, incidir en que los indicadores econ¨®micos de Galicia son mejores que los del conjunto de Espa?a y que, en perspectiva hist¨®rica, este diferencial es una novedad. Segundo, reiterar la dimensi¨®n internacional de la crisis, sin echar las culpas a la pol¨ªtica econ¨®mica del gobierno central, por motivos obvios. Tercero, iluminar las actuaciones positivas del equipo econ¨®mico actual en comparaci¨®n a lo que se ha hecho en el resto de comunidades aut¨®nomas, en particular lo que concierne a las restricciones de cr¨¦dito. Cuarto, lanzar el mensaje de que las soluciones que propugnan los expertos m¨¢s reputados (Krugman, Stiglitz, Sen...) encajan mejor con los planteamientos socialdem¨®cratas y peor con los liberales en lo econ¨®mico.
En sentido inverso, la estrategia del PP gallego deber¨ªa ser insistir en los datos en t¨¦rminos absolutos y en su comparaci¨®n con las cifras que registraba Galicia en 2004 en funci¨®n de la tasa de crecimiento del PIB, la generaci¨®n de empleo o la reducci¨®n del paro; tratar de vincular la mala situaci¨®n econ¨®mica con la pol¨ªtica desplegada por el ejecutivo central desde 2004; y, para ganar en credibilidad, presentar ya un programa atractivo de actuaciones concretas alternativas y los curr¨ªculum del equipo gestor de esa nueva pol¨ªtica econ¨®mica.
Creo que los tres principales partidos tienen mucho que hacer hasta el 1 de marzo. Porque, de nuevo, todos los votos cuentan.
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