Con Superpi?eiro y Gayoso, pero sin ley

Superpi?eiro lo dijo alto y claro: "S¨®lo faltaba yo por volver". El presentador de TVG, icono de la telegaita de la era Fraga, volv¨ªa a su casa en 2007 entre la decepci¨®n de unos y los halagos a su profesionalidad de los nuevos directivos. Si el golpe a las expectativas de cambio fue duro, m¨¢s lo ser¨ªan las explicaciones del propio Xos¨¦ Manuel Pi?eiro, que reivindicaba su derecho a regresar a un canal en el que no apreciaba ninguna transformaci¨®n. "?Cambio? ?Pero qu¨¦ cambio, si el ¨²nico que faltaba era yo!".

Como en las anteriores legislaturas, la Compa?¨ªa de Radio y Televisi¨®n de Galicia (CRTVG) ha estado en la que termina en el centro del debate pol¨ªtico. Esta vez, con un compromiso expreso hasta en el pacto de Gobierno de PSOE y BNG. "Elaborar una ley que garantice la autonom¨ªa y el car¨¢cter de servicio p¨²blico de la compa?¨ªa. La ley establecer¨¢ el nombramiento del director general por mayor¨ªa cualificada del Parlamento", reza el acuerdo. Ni ley ni nuevo sistema de nombramiento, pero como siempre mucha pol¨¦mica.

El PP, que convirti¨® a TVG en paradigma de la manipulaci¨®n durante su largo mandato, se queja ahora de "ninguneo". Y la direcci¨®n de la compa?¨ªa apela a telexornais , debates pol¨ªticos y nueva imagen corporativa para reivindicar su transformaci¨®n. La Xunta trat¨® de avanzar en el cambio en la tele con el encargo de un proyecto a un grupo de expertos, pero sus conclusiones llegaron sin tiempo para abordar la reforma en esta legislatura. O, mejor, justo a tiempo de que las auton¨®micas se disputen con la televisi¨®n de siempre.

Pero si un cap¨ªtulo empa?¨® la imagen de neutralidad, fueron las presiones del ex secretario general de la Xunta Ant¨®n Losada a profesionales de TVG, ante lo que consideraba una cobertura insuficiente de los actos del vicepresidente Anxo Quintana. La grabaci¨®n de una de esas conversaciones le cost¨® el cargo a Losada, y se convirti¨® en uno de los mayores esc¨¢ndalos pol¨ªticos del bipartito.

Superpi?eiro, Luar y las acusaciones de partidismo no son los ¨²nicos lastres del pasado en CRTVG, que arrastra en el apartado laboral m¨¢s de 200 denuncias de trabajadores que encadenan contratos poco ortodoxos y una sentencia que derrumba el sistema de delegaciones territoriales, contratadas a trav¨¦s de productoras. Nada de eso han podido cambiar el director general ni un consejo de administraci¨®n convertido en paradigma de la par¨¢lisis.

En medio de conflictos y tensiones, la audiencia de TVG est¨¢ en su mejor momento. Ronda el 16%, es la segunda cadena m¨¢s vista en Galicia y l¨ªder entre las auton¨®micas.