La corrupci¨®n aparca la guerra sucesoria

Lo explic¨® Ricardo Costa, secretario general del PP en la Comunidad Valenciana. El mi¨¦rcoles reuni¨® a sus diputados para pedir unidad y sobre todo para garantizar una ovaci¨®n cerrada cuando, pocos minutos despu¨¦s, entrara Francisco Camps en el hemiciclo tras jurar en p¨²blico su inocencia. "Vienen d¨ªas y semanas muy duros, pero esto va a fortalecer al partido", augur¨®. La semana anterior, hab¨ªa sido la ex ministra Celia Villalobos la encargada de resumir, tambi¨¦n en reuni¨®n interna -de estas cosas con la prensa delante no se habla-, el sentimiento que recorre el PP: "Hay que apoyar al partido. Con las cosas de comer no se juega".

La implicaci¨®n de Camps, el todopoderoso bar¨®n valenciano, en la trama corrupta que investiga el juez Garz¨®n ha tenido un efecto inmediato. Por unos d¨ªas -nadie sabe cu¨¢nto durar¨¢-, ya no hay marianistas, aguirristas, cr¨ªticos y oficialistas. Hay dirigentes del PP, profesionales de la pol¨ªtica que sienten que Garz¨®n ha iniciado una causa general contra el partido. Y con un enemigo exterior tan claro, y un riesgo tan evidente de que el PP, la casa de todos ellos, se venga abajo, la unidad es mucho m¨¢s f¨¢cil.

"El enemigo exterior ha silenciado el debate sobre la sucesi¨®n de Rajoy"

Los ¨²nicos molestos con la situaci¨®n son los aznaristas puros

" La Cope ya ni siquiera critica a Rajoy. Y eso s¨ª que es noticia"

"Parece incre¨ªble, pero esto est¨¢ sirviendo para cohesionar al partido. Yo nunca hab¨ªa visto una unidad interna as¨ª", sentencia un dirigente de G¨¦nova que en las ¨²ltimas semanas estaba muy preocupado y ahora, despu¨¦s de decenas de llamadas de apoyo, se siente algo m¨¢s aliviado.

"Todo esto anima el patriotismo de partido. Nuestra reacci¨®n es muy similar a la de Converg¨¨ncia en los 80, con el caso Banca Catalana. Entonces todos estaban con Pujol. Ahora todos con Camps y Rajoy, incluso los cr¨ªticos", sentencia un veterano diputado, siempre distante del l¨ªder.

Mientras, Rajoy, que estos d¨ªas come y cena en Galicia y en el Pa¨ªs Vasco con diversos cuadros del partido, recibe apoyos y trata de tranquilizar a los suyos. Les asegura que, cuando se abra el sumario, ser¨¢ "implacable", pero ahora no puede hacer nada porque Garz¨®n les est¨¢ dejando indefensos con su secretismo.

El enemigo exterior ha silenciado y pospuesto, de momento, el intenso debate sobre la sucesi¨®n de Rajoy que el PP vive desde que perdi¨® las elecciones generales. Por si fuera poco, los datos que maneja la direcci¨®n no descartan que el PP recupere la mayor¨ªa absoluta en Galicia, con lo que incluso los dirigentes m¨¢s cr¨ªticos est¨¢n esperando, porque eso reforzar¨ªa mucho a Rajoy.

"Los que est¨¢n pensando en la sucesi¨®n tienen que dejarlo para otro momento. Ahora vienen a por nosotros y s¨®lo toca defenderse. Nadie cambia al general en plena guerra", sentencia otro diputado.

Los ¨²nicos realmente molestos con la situaci¨®n y con la reacci¨®n de Rajoy son los aznaristas puros, y en especial el propio Aznar, seg¨²n varias personas cercanas. Su esposa, Ana Botella, lo dej¨® muy claro cuando exigi¨® a Rajoy que defienda "toda la historia" del PP. En el aznarismo ha sentado muy mal que el l¨ªder trate de desvincularse de la etapa en la que Francisco Correa lo era todo en el PP, precisamente cuando Aznar mandaba.

Por lo dem¨¢s, el partido parece una pi?a. Y a esa unidad est¨¢n ayudando mucho dos personas. Primero, Garz¨®n, con su empe?o de no abrir el sumario. "Sabemos que tenemos un agujero pero el juez no nos quiere decir de qu¨¦ tama?o es. Y as¨ª no hay manera, es intolerable", sentencia un miembro de la direcci¨®n.

Y el otro es Mariano Fern¨¢ndez Bermejo, que con su actitud que el PP considera chulesca tras la cacer¨ªa con Garz¨®n une al partido en su contra. "Ese supuesto progresista, que es el m¨¢s conservador, sali¨® el mi¨¦rcoles del Congreso con gritos de ?Torero, torero! de la bancada socialista. Bastaba mirar a nuestras filas para ver cu¨¢nto nos une Bermejo. Nos da munici¨®n cada d¨ªa", sentencia otro diputado.

En esos mismos bancos, hasta el d¨ªa en que el esc¨¢ndalo lleg¨® hasta Camps, hab¨ªa cada vez m¨¢s gente hablando de la necesidad de una catarsis en el PP. Algunos diputados comenzaban a recuperar la idea de que para la sucesi¨®n ya no vale ni Alberto Ruiz-Gallard¨®n, el que sale menos tocado de la crisis de corrupci¨®n, entre otras cosas porque se est¨¢ apresurando a destituir a cualquier subordinado suyo implicado e incluso a denunciar cualquier cosa que tenga que ver con el ayuntamiento de Madrid.

Aunque nunca ha sido ministro, Gallard¨®n lleva toda la vida en primera fila del PP, y sobre todo, aseguran quienes piensan en la necesidad de alguien nuevo, tendr¨ªa dificultades para unir al partido, ya que hay sectores, los m¨¢s conservadores y el aguirrismo, que no le pueden ni ver. Por eso, antes de la implicaci¨®n de Camps, se hablaba de alguien nuevo, aunque, como sucedi¨® en 2000 cuando surgi¨® Zapatero, nadie le pon¨ªa ni cara ni nombre. "Yo miro a los bancos del Congreso y no veo a nadie con esa capacidad, pero me puedo equivocar", sentencia un veterano diputado.

Sin embargo, tambi¨¦n estas c¨¢balas se han pospuesto con el cierre de filas. El propio alcalde trat¨® de zanjar el jueves ese debate sobre su papel como el ¨²nico de los sucesores que sale beneficiado de la crisis. "Nada, absolutamente nada que pueda perjudicar a ning¨²n compa?ero del PP, nunca, jam¨¢s, podr¨¢ ser nada que beneficie a Alberto Ruiz-Gallard¨®n", sentenci¨®.

Los m¨¢s veteranos del partido est¨¢n especialmente satisfechos porque, sostienen, en el fondo todo ha vuelto a colocarse en el sitio de siempre. Lo resume as¨ª uno de ellos: "Por mucho que hablen del nuevo PP, ahora estamos unidos porque tenemos los enemigos de siempre: el PSOE, el Ministerio del Interior, la fiscal¨ªa y el Grupo PRISA. Ya ni siquiera la Cope critica a Rajoy. Y eso s¨ª que es una noticia".