La ca¨ªda del ni?o mimado de Aguirre

Hay pol¨ªticos que pasan por los cargos como la luz por el cristal: sin manchar ni romper. No es el caso de Alberto L¨®pez Viejo, que siempre deja rastro visible, ruido de vidrios rotos y esc¨¢ndalo. Nunca se le ha demostrado nada, pero ha hecho siempre ruido. Ahora puede acabar imputado por la presunta trama de corrupci¨®n destapada por Baltasar Garz¨®n, y ha tenido que dimitir como consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid. Es la pieza de m¨¢s peso pol¨ªtico que se ha cobrado el esc¨¢ndalo, hasta ahora.

Con s¨®lo 40 a?os, su trayectoria est¨¢ cargada de acusaciones e historias oscuras. Desde su etapa al frente de la Concejal¨ªa de Limpieza de Madrid, entre 1999 y 2003, cuando fue se?alado por el interventor del Ayuntamiento por irregularidades en las contrataciones, con adjudicaciones a dedo y superposici¨®n de contratos. En esa ¨¦poca fue acusado de imponer a los proveedores la compra de veh¨ªculos Toyota para favorecer a un concesionario y de forzar la adquisici¨®n de muebles en Equipamiento Integral de Oficinas, la tienda de su padre, Fernando L¨®pez Paredes. Se lleg¨® a escribir que compr¨® con dinero p¨²blico las flores para su boda.

En todos los cargos por los que ha pasado ha dejado un rastro de esc¨¢ndalo

Form¨® parte del equipo que organizaba los actos electorales de Aznar

Y volvi¨® a salir su nombre en la Operaci¨®n Guateque. Se dijo que su esposa, Teresa Gabarra, hab¨ªa sido presuntamente beneficiada por el Ayuntamiento de la capital en los restaurantes de su propiedad: La Hacienda Argentina, La Trattoria Romana, Ca?as y Tapas y Ribs, explotadas a trav¨¦s de la sociedad Bares de Barrio. Tambi¨¦n sali¨® indemne.

Todo ese historial hace que en el PP se le haya visto siempre como una bomba de relojer¨ªa andante. Pese a todo y para sorpresa de muchos, Esperanza Aguirre lo rehabilit¨® en 2003. Le hizo n¨²mero seis de su candidatura y puso en sus manos la campa?a electoral. Luego le nombr¨® viceconsejero de Presidencia -aunque su relaci¨®n con Ignacio Gonz¨¢lez es manifiestamente mejorable- y en esta legislatura cre¨® para ¨¦l la c¨®moda Consejer¨ªa de Deportes. Le regal¨® una nueva vida pol¨ªtica.

?Por qu¨¦ Aguirre le rescat¨® con ese historial cargado de borrones? El entorno de la presidenta ofrece una explicaci¨®n m¨¢s humana que pol¨ªtica. Aseguran que le conoce desde que coincidieron en el Ayuntamiento y que, literalmente, le tiene "cari?o maternal". Adora de ¨¦l, dicen, "su buen humor, su capacidad para crear buen rollo" y su efectividad en la labor que se le encomienda.

La prueba es que en el mitin de cierre de la ¨²ltima campa?a auton¨®mica, Aguirre mencion¨® expresamente a dos personas para agradecerles su labor y una de ellas era L¨®pez Viejo. La presidenta siempre se ha distinguido por acoger a miembros de todos los sectores del partido; tanto que, tras la debacle electoral de 2004, a la Comunidad de Madrid se le conoc¨ªa en el PP como "el hospital de campa?a". Pero con L¨®pez Viejo influye m¨¢s el trato humano que cualquier otra cosa. De su faceta de organizador de actos electorales de Aguirre, un diputado del PP recuerda la soltura con que L¨®pez Viejo colocaba a cada uno en las primeras filas y la autoridad con que levantaba a quien le estorbaba.

Cuando en el PP se pregunta de qui¨¦n es L¨®pez Viejo, la ¨²nica respuesta es: "S¨®lo de Esperanza". Ahora Aguirre se ha visto obligada a sacrificar a su protegido. Hace 12 d¨ªas, el entonces consejero no deb¨ªa tener la conciencia tranquila, porque apenas se desat¨® la operaci¨®n de Garz¨®n, llam¨® a la presidenta y le dijo que dimit¨ªa. Le asegur¨® que su consejer¨ªa no hab¨ªa contratado con Special Events, la empresa matriz de Francisco Correa, y que se iba para facilitar la situaci¨®n. No le cont¨® a Aguirre que s¨ª contrat¨® con otras sociedades de la trama, hasta el punto de que el consejero de Hacienda, Antonio Beteta, lleva desde entonces revisando contratos y desenmara?ando la complicada madeja que ha dejado el ex consejero. Y no est¨¢ siendo f¨¢cil.

L¨®pez Viejo es pieza clave en este caso, entre los tres ¨¢ngulos que forman el PP, los empresarios imputados y las administraciones p¨²blicas salpicadas. Todos con vinculaciones estrechas a lo que fue el aznarismo. Al PP lleg¨® como secretario de estudios de Nuevas Generaciones cuando la presid¨ªa Pedro Calvo, hoy concejal en Madrid. Las relaciones entre ambos terminaron siendo muy malas y L¨®pez Viejo pas¨® a organizar actos del PP de Madrid. Luego, Juan Carlos Vera, eficaz miembro del aparato de G¨¦nova, le integr¨® en un equipo del PP nacional que organizaba los actos de Aznar, con Alfonso Bosch (otro diputado madrile?o tambi¨¦n presuntamente implicado en la trama), ?lvaro Moragas y Chema Rios, entre otros. Vera se encargaba de pedir al entonces alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano que liberara al concejal L¨®pez Viejo para participar en las campa?as de Aznar; y recuerda que su trabajo consist¨ªa, por ejemplo, en dise?ar los escenarios, preparar los pasillos para la entrada del candidato o disponer la colocaci¨®n de las cabezas calientes (gr¨²as con c¨¢maras). Hay cientos de fotos de Aznar con L¨®pez Viejo y Bosch en esa ¨¦poca.

En esos a?os, L¨®pez Viejo contact¨® con Correa y ?lvaro P¨¦rez, encargados de ejecutar los actos del PP. Su relaci¨®n con ese v¨¦rtice del tri¨¢ngulo se prolong¨® cuando pas¨® a encargarse de los actos electorales de Aguirre y se estrech¨® cuando les facilit¨® contratos p¨²blicos en la consejer¨ªa. El nexo con el aznarismo le viene, como a otros muchos de la trama, del llamado clan de Becerril, donde estaban Alejandro Agag, Francisco Camps, Ignacio Ech¨¢niz y otros. M¨¢s exactamente, es identificado como miembro de una de las corrientes de ese grupo: el clan Gabana, bautizado as¨ª en honor al selecto local de la calle Vel¨¢zquez de Madrid en el que tantas noches coincid¨ªan y tan buenos ratos echaron. Todo el clan se retrat¨® en la boda m¨¢s famosa de la historia reciente de Espa?a -la de Agag y Ana Aznar- y disfrut¨® la tambi¨¦n c¨¦lebre despedida de soltero en Gabana, con calle cortada y limpieza municipal extra.

Otro punto de contacto de L¨®pez Viejo con la trama es el de su amigo Alfonso Bosch, miembro del equipo que organiza los actos del PP y, adem¨¢s de diputado regional, gerente de la empresa municipal de suelo de Boadilla del Monte, origen geogr¨¢fico de la met¨¢stasis. Bosch trabajaba a las ¨®rdenes del dimitido alcalde de Boadilla, Arturo Gonz¨¢lez Panero, hoy imputado.

Con la misma endogamia de otros de los mencionados en la trama, L¨®pez Viejo y Bosch comparten veranos y urbanizaci¨®n en Calpe (Alicante) desde hace siete a?os. El ex consejero tiene un apartamento de 230 metros cuadrados, en primera l¨ªnea de playa y con impresionantes vistas al mar y al parque natural del Penyal de Ifach. El de Bosch es m¨¢s modesto: 110 metros cuadrados. En el Club N¨¢utico, L¨®pez Viejo tiene atracado el Altea II, una embarcaci¨®n tipo menorquina de unos 10 metros de eslora. Bosch conduce un aparatoso Mitsubishi todoterreno que le vendi¨® en 2001 L¨®pez Viejo.