El triste negocio de Jade Goody
Tiene 27 a?os, c¨¢ncer terminal y un objetivo: salvar a sus dos hijos de la pobreza. El caso de la brit¨¢nica que quiso vender su muerte destapa las miserias del circo medi¨¢tico
En Londres ha aparecido un mural con el rostro de una joven con el cr¨¢neo completamente calvo, el s¨ªmbolo de la libra esterlina tatuado en la frente, la leyenda Esto es Inglaterra en rojo sangu¨ªneo y una bandada de buitres coronando la escena. El rumor atribuye la obra a Banksy, el c¨¦lebre artista del grafiti de rostro an¨®nimo, pero una empresa de relaciones p¨²blicas lo ha desmentido en su nombre.
Es la alegor¨ªa de un pa¨ªs sediento de sangre, de una persona que se lucra con su propia muerte, de unos medios que act¨²an como buitres. Es la alegor¨ªa de un caso que se ha convertido en la gran pol¨¦mica del momento en el Reino Unido: la muerte en p¨²blico de Jade Goody, una joven profundamente inculta y hortera que hace unos a?os consigui¨® salir de la miseria gracias a la telebasura y que de la mano de los medios y la tragedia del c¨¢ncer se ha transformado en una mujer capaz de movilizar al ministro de Justicia, emocionar al primer ministro y a millones de brit¨¢nicos y abrir un agrio debate sobre los l¨ªmites del circo medi¨¢tico.
Goody, inculta y hortera, sali¨® de la miseria gracias a la telebasura
Con su tragedia del c¨¢ncer ha logrado movilizar al Gobierno
Reconoce que lo hace por dinero, pero no para lujo sino para sus hijos
El caso ha disparado las revisiones m¨¦dicas por tumor de ¨²tero
Goody, de 27 a?os, se muere de un c¨¢ncer de ¨²tero. Pero no ha querido morirse en silencio. Ha querido morir en p¨²blico. Desde que en agosto del a?o pasado supo que ten¨ªa c¨¢ncer, decidi¨® vender su historia al mejor postor. Desde hace unas semanas sabe que el c¨¢ncer amenaza su vida. Desde hace unos d¨ªas sabe que su enfermedad es terminal, que le quedan semanas, con suerte unos meses. Y quiere que su muerte sirva al menos para asegurar el bienestar material de sus dos hijos, de cinco y cuatro a?os.
"S¨ª, la gente dir¨¢ que hago todo esto por dinero. Y tienen raz¨®n. Pero no lo hago para comprar coches de lujo o grandes casas. Lo hago por el futuro de mis hijos, por si yo falto. No quiero que mis hijos tengan la misma infancia miserable, plagada de drogas y marcada por la pobreza que tuve yo", declar¨® en enero al tabloide dominical News of The World en una larga y -sobre todo con la perspectiva del tiempo- emocionante entrevista. Una serie de fotograf¨ªas la muestran hermosa y sonriente, exhibiendo con orgullo y tristeza la calva que le ha dejado el tratamiento de quimioterapia.
El primer efecto de su campa?a ha sido muy ben¨¦fico: se ha disparado el n¨²mero de mujeres que han acudido al m¨¦dico para cerciorarse de que no tienen c¨¢ncer de ¨²tero, el segundo m¨¢s frecuente entre las mujeres pero uno de los m¨¢s f¨¢ciles de curar si se descubre a tiempo.
"He vivido toda mi vida adulta hablando de mi vida. La ¨²nica diferencia es que ahora estoy hablando de mi muerte. He vivido frente a las c¨¢maras y quiz¨¢s muera frente a ellas", dijo tambi¨¦n en aquella entrevista. Pero la persona que le lleva la campa?a, Max Clifford, el m¨¢s poderoso relaciones p¨²blicas del Reino Unido, ha asegurado que su muerte no ser¨¢ filmada. La campa?a llegar¨¢ a su cl¨ªmax hoy, cuando Jade se case con su novio, Jack Tweed. Luego habr¨¢ una entrevista en televisi¨®n y "alguna cosa m¨¢s", pero dejar¨¢n de seguirla las c¨¢maras que desde hace meses filman el avance de su enfermedad.
"Creo que muchos periodistas tienen un punto de mala conciencia, algo que no ocurre demasiado a menudo, por haber dicho lo que han dicho. Sobre todo por haber dicho que todo esto era un golpe publicitario", sostiene Clifford en una entrevista publicada ayer por The Guardian.
Y es que Jade Goody no siempre ha sido un personaje simp¨¢tico. Salt¨® a la fama en 2002, en la tercera edici¨®n del Gran Hermano brit¨¢nico. Su fuerte personalidad brill¨® al instante dentro de la casa y en los hogares de los televidentes. Pero su ignorancia, sus dobles caras y su ordinariez la convirtieron en una de las presas preferidas de los tabloides, que se mofaban de ella sin piedad. Pensaba que Cambridge era un barrio de Londres, que R¨ªo de Janeiro era una persona y que "East Angular" -como ella llamaba a la regi¨®n de East Anglia- era un pa¨ªs extranjero.
Su profunda ignorancia era un retrato de los problemas sociales del Reino Unido. Naci¨® y se cri¨® en Bermondsey, uno de los barrios m¨¢s duros de Londres, hija de un padre heroin¨®mano y una madre adicta al crack a la que cuidaba desde que, siendo ella una ni?a, perdi¨® la movilidad en un brazo y la vista en un ojo en un accidente de autom¨®vil. Su padre, que abandon¨® a la madre cuando Jade ten¨ªa dos a?os, pas¨® cuatro a?os en la c¨¢rcel y muri¨® de sobredosis en 2005, cuando s¨®lo ten¨ªa 42 a?os. "No tuve mucho tiempo para ir a la escuela", explica ella.
Goody consigui¨® aguantar en Gran Hermano varias semanas antes de que la expulsaran. El tiempo suficiente para convertirse en una celebrity a pesar de la prensa. O quiz¨¢s gracias a sus ataques. Su vida cambi¨® por completo. Se convirti¨® en un personaje habitual de las revistas del coraz¨®n, public¨® su autobiograf¨ªa, puso en marcha con gran ¨¦xito su propio perfume.
La buena fortuna se par¨® en seco en enero de 2007, cuando particip¨® junto con su madre, Jackie y Budden, y su novio y ma?ana marido, Jack Tweed, en el llamado Celebrity Big Brother.
Goody mostr¨® su peor cara. Fue acusada de acosar con comentarios racistas a la actriz india Shilpa Shetty, muy popular en su pa¨ªs. Los reguladores de la televisi¨®n brit¨¢nica recibieron m¨¢s de 50.000 quejas. El caso fue ampliamente recogido por la prensa internacional y el entonces ministro brit¨¢nico del Tesoro y ahora primer ministro, Gordon Brown, que casualmente estaba esos d¨ªas de gira por la India, tuvo que intervenir para condenar el programa porque da?aba la buena imagen del Reino Unido.
Los patrocinadores abandonaron a Goody de inmediato: su perfume desapareci¨® de las tiendas y su biograf¨ªa fue retiradas de las librer¨ªas pese a sus disculpas p¨²blicas y sus declaraciones contra el racismo.
La iron¨ªa del destino ha querido que Jade Goody estuviera en la India cuando se enter¨® de que padec¨ªa c¨¢ncer, en agosto pasado. Estaba participando en Big Boss, el equivalente local de Gran Hermano. Era una manera de reparar su imagen en la India y de manera personal con Shilpa Shetty, anfitriona del programa.
En 2004 y en 2006 ya hab¨ªa sido examinada de c¨¢ncer en los ovarios y los intestinos pero los m¨¦dicos no encontraron nada. Tras desvanecerse cuatro veces, en julio de 2008 volvi¨® a examinarse. Los resultados confirmaron que ten¨ªa c¨¢ncer cervical, un c¨¢ncer que se desarrolla en el cuello del ¨²tero. El 1 de septiembre se confirm¨® que el c¨¢ncer de Goody estaba ya muy avanzado y que su vida corr¨ªa peligro. Ese mismo d¨ªa, su novio, con el que estaba recomponiendo su relaci¨®n, fue condenado a 18 meses de prisi¨®n por una paliza a un chaval de 16 a?os.
Todo cambi¨® de nuevo para Jade Goody, que decidi¨® hacer m¨¢s p¨²blica que nunca su vida, camino quiz¨¢s de la muerte. La televisi¨®n Living TV, que desde junio estaba rodando un programa sobre ella, ha ido exponiendo con toda crudeza los estragos que iba haciendo la quimioterapia en el cuerpo y la mente de la joven, que empez¨® tambi¨¦n a relatar su tragedia en los peri¨®dicos tabloides.
Su decisi¨®n de convertir su enfermedad en un espect¨¢culo, dividi¨® a los brit¨¢nicos. "Siento pena por cualquiera que tenga que pasar por lo que est¨¢ pasando Jade, pero no creo que deba cobrar por sus entrevistas sobre un tema que traumatiza a mucha gente", declar¨® la popular modelo Jordan. Ese tipo de opiniones se han ido matizando a medida que el c¨¢ncer avanzaba en el cuerpo de Goody.
La enfermedad ha seguido su curso a pesar de la quimioterapia y cuatro operaciones y los m¨¦dicos le comunicaron la semana pasada que le queda muy poco tiempo de vida. Varias semanas, quiz¨¢s unos pocos meses. Desde entonces, su muerte inminente se ha convertido en un frenes¨ª medi¨¢tico que tendr¨¢ hoy su punto culminante, cuando Jade Goody y Jack Tweed se casen en un hermoso hotel rural a pocos kil¨®metros de la casa de ella en Ongar, Essex.
Tweed ha estado cuatro meses en la c¨¢rcel y sali¨® en libertad vigilada a principios de enero con la condici¨®n de estar en casa de su madre entre las siete de la tarde y las siete de la ma?ana. Las autoridades le negaron en principio permiso para romper esas condiciones y pasar la noche de bodas con la que ser¨¢ su esposa en el hotel donde se celebrar¨¢ la ceremonia. Hasta que intervino el ministro de Justicia, Jack Straw, que dijo sentir "enorme simpat¨ªa" por Goody y su familia y por su "extraordinario coraje". El primer ministro, Gordon Brown, pareci¨® apoyar la intervenci¨®n cuando dijo que el asunto depend¨ªa de las autoridades correspondientes, pero dej¨® claro que "todos estamos entristecidos con esta tragedia".
La intervenci¨®n del Gobierno tambi¨¦n ha generado pol¨¦mica. Mucha gente cree que Straw ha hecho bien y que es lo que se deber¨ªa hacer siempre en esos casos. Otros piensan que la intervenci¨®n del Gobierno es oportunista y est¨¢ fuera de lugar. "Estamos ante un ministro de la Corona haci¨¦ndole el juego a uno de los asuntos de peor gusto del publicista Max Clifford", asegura David Hughes, jefe de la secci¨®n de opini¨®n del diario The Telegraph.
"Goody tiene c¨¢ncer, y eso es triste. Pero tambi¨¦n lo tienen cientos de miles de personas. La diferencia aqu¨ª es que Goody es una subsidiaria enteramente propiedad de los tabloides y cualquier cosa que haga, incluso morir de c¨¢ncer, es comercializada por los tabloides", opina. "?Qu¨¦ tipo de precedente est¨¢ sentando Jack Straw? ?Va a intervenir en todos los casos en que un prisionero se case con una persona que se est¨¢ muriendo de c¨¢ncer? ?O su piedad s¨®lo se extiende a aquellas historias que han sido vendidas al mejor postor?", se pregunta Hughes.
Goody se muere, pero el debate que ella ha generado sigue vivo.
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