Lisbeth Salander se corona como nueva reina de Suecia
La primera entrega de la trilog¨ªa 'Millennium', de Stieg Larsson, llega a los cines
No importa que la princesa Victoria informe por Youtube del enlace matrimonial con su novio, el propietario de un gimnasio: la nueva reina de Suecia es Lisbeth Salander. O Noomi Rapace, la actriz que brillantemente interpreta a la hacker anor¨¦xica, independiente, queer y turbulenta hero¨ªna de la serie Millennium, de Stieg Larsson.
La noche del viernes sirvi¨® de escenario para el estreno de la primera pel¨ªcula realizada a partir del boom editorial que engendr¨® el difunto periodista y autor sueco. Si a la gente de Estocolmo le encanta hacer cola, a¨²n m¨¢s comprar entradas por Internet, as¨ª que hace ya un par de meses era posible conseguir entradas para M?n som hatar Kvinnor (traducido al espa?ol como Los hombres que no amaban a las mujeres, aunque su traducci¨®n literal ser¨ªa Hombres que odian a mujeres). El resultado fue un clamor: un lleno absoluto de los lectores-admiradores de Larsson en todos los cines donde se proyect¨® la pel¨ªcula.
El filme que traslada al cine la obra de Larsson -un aut¨¦ntico fen¨®meno editorial en toda Europa- ha despertado el inter¨¦s constante por parte de la prensa sueca desde su gestaci¨®n. La noticia de que Michael Nyqvist, uno de los grandes actores suecos, interpretar¨ªa al audaz periodista Mikael Blomkvist apareci¨® en la portada de todos los peri¨®dicos suecos, pero fue la adjudicaci¨®n del papel de Lisbeth Salander a la joven actriz Noomi Rapace lo que gener¨® una aut¨¦ntica histeria colectiva.
Rapace, una int¨¦rprete procedente del mundo del teatro, se convert¨ªa en Lisbeth Salander, la nueva hero¨ªna de Suecia, el ejemplo para los j¨®venes suecos deseosos de cambiar el mundo o vivir la vida siguiendo sus propias ideas. Lisbeth, la chica supuestamente inofensiva que puede con todo pero no deja de ser ella misma. Lisbeth, la cara del nuevo feminismo. Lisbeth, lista, inteligente, atractiva, mordaz, depresiva, aut¨¦ntica, dura, fr¨ªa, calculadora, emocional, d¨¦bil y fuerte a partes iguales...
Si Stieg Larsson retrat¨® a Lisbeth Salander como una chica peque?a, bajita, delgada y fumadora empedernida, la Lisbeth que encarna Noomi Rapace es tambi¨¦n baja, pero extremadamente fuerte. Sus m¨²sculos, tatuajes y piercings sorprenden incluso al mism¨ªsimo Mikael Blomkvist, que en la pel¨ªcula deja de tener relaciones sexuales con todas las mujeres para concentrarse en sus investigaciones y en la propia Lisbeth. Lisbeth Salander se convierte en la protagonista indiscutible de esta historia cinematogr¨¢fica. Al mismo tiempo, el elenco de actores de Millennium es de lo mejor de Suecia. Todo el p¨²blico reconoce sus caras, sabe de sus trayectorias y se identifica con ellos.
Los paisajes, la filmaci¨®n y la producci¨®n huelen a un producto perfectamente logrado, pero algo hace que la pel¨ªcula no sea m¨¢s que eso: una buena pel¨ªcula. La gesti¨®n de derechos para la producci¨®n de la trilog¨ªa en Suecia se realiz¨® antes de que los libros de Larsson fueran el bombazo global que han sido. Y se quedaron cortos en la negociaci¨®n: el primer filme se estren¨® el viernes, pero los dos siguientes se presentar¨¢n directamente en la televisi¨®n. De hecho, las dos horas y 30 minutos de esta primera parte respiran algo de serie televisiva. Serie de calidad, con buenas interpretaciones y localizaciones, pero la sombra de la televisi¨®n planea sobre la pel¨ªcula, alej¨¢ndola del gran producto que podr¨ªa haber sido.
Todos los temas que Larsson quer¨ªa tratar en su multimillonaria trilog¨ªa aparecen ya en la primera pel¨ªcula, por ejemplo la caza de los nazis, primera y ¨²ltima raz¨®n de ser de Expo, la revista donde trabajaba Larsson. ?sta sirvi¨® de modelo para Millennium, siendo la versi¨®n literaria y ahora la cinematogr¨¢fica el detonador del impacto social que Expo no es. No obstante, aunque el n¨²mero de suscriptores no haya crecido exponencialmente despu¨¦s del ¨¦xito de los libros, la revista sigue en su empe?o incansable en se?alar las conexiones entre la alta industria sueca y la ultraderecha. Tambi¨¦n, un nuevo feminismo se apodera de la pantalla, aunque sin la precisi¨®n que encontramos en los tres libros, as¨ª como una voluntad de investigar los trapos sucios que hay detr¨¢s de esa sociedad del bienestar que sigue definiendo a Suecia.
Como pa¨ªs exportador, Suecia guarda m¨¢s tesoros para aquellos que se atrevan a publicar novedades editoriales de autores previamente desconocidos. Larsson puede consumirse ya en libro y cine, pero otro gran producto espera ser acogido en Espa?a: si ahora el inter¨¦s se centra en la chica que so?aba con una cerilla y un bid¨®n de gasolina, los pr¨®ximos pueden ser los ni?os vampiros de L?t den rotte komma in (Dejad que el elegido entre), la novela de John Ajvide Lindqvist en la que el drama social de extrarradio de los a?os ochenta se mezcla con vampiros, personajes andr¨®ginos, mobbing, pedofilia y mucho fr¨ªo. La pel¨ªcula, dirigida por Thomas Alfredsson, ha sido adem¨¢s recibida como una verdadera revoluci¨®n dentro del g¨¦nero de terror. Las apuestas est¨¢n abiertas...
Ferrtor del Instituto Cervantes de Estocolmo. Marti Manen es el gestor cultural.
![Noomi Rapace, la actriz que interpreta a Lisbeth Salander, de <i>Millennium</i>.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NWYGSL5WXT5SDUCAKUSUQHIEXY.jpg?auth=f00c87869b73080c8e554e689aa73df386f5f8b8841774c7f33578ccf4660074&width=414)
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