San Mam¨¦s y la liturgia copera
Vizcaya se moviliza como anta?o para apoyar al Athletic y desata la reventa frente a un Sevilla estad¨ªsticamente superior
Joaqu¨ªn Caparr¨®s asegura que "alcanzar la final ratificar¨ªa el modelo del Athletic"; los organismos p¨²blicos y privados vizca¨ªnos (Ayuntamiento, Diputaci¨®n, Museo Guggenheim, Museo de Bellas Artes...) se engalanan con los colores rojiblancos; la reventa regresa a un San Mam¨¦s abarrotado con mensajes cifrados en Internet en los que se venden bol¨ªgrafos a 400 euros "con regalo de una entrada para el partido"; el presidente sevillista, Del Nido, reacciona asegurando que se van a comer al le¨®n "desde la melena hasta la cola". Toda la liturgia de la vieja Copa ha resucitado sin necesidad de disputarse una final. Simplemente, en el paso previo que da acceso a esa movilizaci¨®n de masas que supone un torneo que ha vivido casi de prestado demasiados a?os, sometido a los rigores nacionales y europeos.
El cuadro vasco no gana el torneo desde 1984 y no llega a la final desde 1985
El Athletic atisba una posible final 24 a?os despu¨¦s de la ¨²ltima, perdida en 1985 frente al Atl¨¦tico, y un cuarto de siglo despu¨¦s de la ¨²ltima que gan¨®: al Barcelona de Maradona, en 1984, con el lamentable espect¨¢culo de una tangana. El Sevilla, bien asentado en la Liga, reasentado en la nueva jerarqu¨ªa del f¨²tbol espa?ol, ve la posibilidad de un t¨ªtulo que ya consigui¨® recientemente, en 2007, ante el Getafe, y que ratific¨® con dos t¨ªtulos en la Copa de la UEFA.
Bilbao se ha volcado con la Copa en una doble direcci¨®n: de una parte, para reencontrarse tanto tiempo despu¨¦s con un pasado feliz; de otra, para resarcirse de la depresi¨®n en la que le sumieron dos temporadas acechado por el descenso, especialmente la pen¨²ltima, cuando se lo jug¨® en el ¨²ltimo partido, frente al Levante. La Copa ha sido la catarsis de un sentimiento contenido, especialmente para una generaci¨®n que ha o¨ªdo hablar de glorias, t¨ªtulos y gabarras, pero s¨®lo los ha visto en v¨ªdeo.
El resultado de ida, 2-1 favorable al Sevilla, inicialmente favorito por su plantilla, su situaci¨®n en la tabla y su pasado reciente, ha reanimado a la afici¨®n bilba¨ªna, que tem¨ªa especialmente ese partido. Ahora prefiere olvidar la estad¨ªstica, que avala al Sevilla, que le ha ganado 11 de sus ¨²ltimos 12 enfrentamientos. Y prefiere no pensar en Kanout¨¦, que le ha ganado en los seis partidos que ha disputado contra los bilba¨ªnos. Curiosamente, el ¨²nico que gan¨® el Athletic (la pasada temporada: 2-0) no lo jug¨® el delantero de Mali. Cada cual se agarra a su asidero: el deportivo parece reservado al Sevilla; el an¨ªmico, al Athletic. Ni m¨¢s ni menos que lo que siempre ha significado un partido de Copa.
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