Adi¨®s al gui¨®n cl¨¢sico de los bancos centrales
Las decisiones pierden eficacia a medida que los tipos se acercan a cero
Hubo un tiempo en el que los tipos de inter¨¦s eran una varita m¨¢gica en manos de los banqueros centrales, convertidos en Houdinis de las finanzas. Cuando llegaba una crisis o explotaba una burbuja, la receta era una buena rebaja del precio del dinero. Las Bolsas se disparaban al instante y la econom¨ªa acababa recuperando el aliento (casi siempre meti¨¦ndose en otra burbuja, pero ese es otro cantar). Eso se acab¨®. En una ¨¦poca normal, las rebajas de tipos acaban facilitando el cr¨¦dito, pero ¨¦sta no es una ¨¦poca normal: en su ¨²ltimo informe, la CIA declar¨® que la crisis financiera es m¨¢s peligrosa que el terrorismo global. Y esta vez parece que va en serio.
Los efectos de la que ya parece la madre de todas las crisis son devastadores para el BCE, la Reserva Federal (Fed) y dem¨¢s banqueros centrales: a medida que el hurac¨¢n financiero va arrollando, tienen m¨¢s problemas para influir en los mercados y el conjunto de la econom¨ªa. La crisis muta como un virus, a toda velocidad, y los bancos centrales van por detr¨¢s de los acontecimientos. Como dice el Nobel Paul Krugman, ni siquiera "esos chicos listos que trabajan en la Fed saben qu¨¦ suceder¨¢ a continuaci¨®n".
Ni la econom¨ªa ni el sector financiero se reaniman pese al impulso monetario
Pero al menos algunos se atreven con nuevas recetas. El Banco de Inglaterra se une ahora a la n¨®mina de bancos centrales que han traspasado las l¨ªneas rojas de la tradicional ortodoxia en la pol¨ªtica monetaria: la de los tipos rondando el 0% y la del alivio cuantitativo, el eufemismo preferido por los expertos para darle a la m¨¢quina de imprimir billetes, comprar bonos del Estado y activos del sector privado. El BCE sigue lejos de esas dos medidas.
El eurobanco se resiste a llegar a la zona cero y s¨®lo ha insinuado la posibilidad de recurrir al alivio cuantitativo si las cosas se siguen torciendo. Las cr¨ªticas le llueven desde hace meses: "El BCE es demasiado conservador, una vez m¨¢s. No quiere instrumentos menos ortodoxos por miedo a lo desconocido. No quiere tomar riesgos cuando deber¨ªa, porque el sector privado se niega a hacerlo. Y sigue empe?ado en alertar de la inflaci¨®n cuando el verdadero riesgo est¨¢ en otro lado [la deflaci¨®n]", ataca el economista belga Paul De Grauwe.
Aun as¨ª, ni siquiera los tipos al 0% y las pol¨ªticas de alivio cuantitativo son una garant¨ªa. La pol¨ªtica monetaria pierde tracci¨®n cuando los tipos se acercan a la zona cero: en estos momentos apenas lo notan las hipotecas, la demanda de cr¨¦dito tampoco aumenta, los bancos siguen con el grifo cerrado. Pese a la barra libre de liquidez del BCE -que ya dura varios meses- y a la abrupta bajada de tipos, ni la econom¨ªa ni el sector financiero se reaniman.
La apuesta del Reino Unido por darle a la m¨¢quina de imprimir billetes tiene un par de referentes que no invitan al optimismo: EE UU lleva haciendo lo mismo desde hace meses y no ha conseguido detener la sangr¨ªa. Jap¨®n lo hizo a finales de los a?os noventa y no consigui¨® evitar una d¨¦cada de estancamiento. Daniel Gros se?ala desde Bruselas el camino que debe tomar el BCE: "Tipos a cero y pol¨ªticas de alivio cuantitativo". Eso para empezar. Porque Santiago Carb¨®, catedr¨¢tico de la Universidad de Granada y consultor de la Fed, augura "muchas m¨¢s sorpresas y novedades en las pol¨ªticas de los bancos centrales". "Nada de lo que se ha hecho funciona: la crisis no s¨®lo no retrocede, sino que avanza. Se van a tomar medidas poco convencionales: inyecciones de capital, nacionalizaciones de bancos y creaci¨®n de veh¨ªculos para limpiar de activos t¨®xicos los balances de los bancos. El deber de los bancos centrales es tratar de sacar del atolladero a la econom¨ªa. Para eso, no hay m¨¢s remedio que probar nuevas recetas", remata.
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