Construcciones t¨ªpicas
He seguido las noticias sobre la operaci¨®n policial en Alcauc¨ªn, la redada en la que cayeron el alcalde del municipio, el arquitecto de la Diputaci¨®n de M¨¢laga, y alguno de los habituales promotores inmobiliarios con su s¨¦quito. Constru¨ªan en suelo r¨²stico, no urbanizable. El estruendo de la ca¨ªda parece una exageraci¨®n, si pensamos que Alcauc¨ªn tiene poco m¨¢s de 2.200 habitantes, pero tambi¨¦n es desmesurado que, para tan corto n¨²mero de personas, cuente con m¨¢s de 1.400 casas fuera de la ley. Seg¨²n informaba ayer Diego Narv¨¢ez en estas p¨¢ginas, el problema de Alcauc¨ªn se da en toda su comarca, la Axarqu¨ªa.
Es una zona de tierras hist¨®ricamente f¨¦rtiles, ricas en agua. En el valle del r¨ªo Alcauc¨ªn, en la frontera de M¨¢laga con Granada, existen ruinas ¨¢rabes y ba?os de aguas sulfurosas, y la polic¨ªa, con gusto culturalista, arqueol¨®gico, de gu¨ªa tur¨ªstica, habla del caso Arcos, porque el top¨®nimo Alcauc¨ªn quiz¨¢ derive de qaws, arco, en ¨¢rabe. (Pero a m¨ª, que no s¨¦ de esto, me recuerda, como le comentaba a un amigo, la palabra "cauchil", voz moz¨¢rabe, granadina, para dep¨®sito de agua.) La leyenda habla de un antiguo ed¨¦n de vi?as, ca?a, aceite, seda, higos, almendras, az¨²car y miel, productos exportables a puertos africanos y europeos. Todav¨ªa quedan almendros y olivos en Alcauc¨ªn.
Las industrias dominantes en La Axarqu¨ªa son hoy la construcci¨®n y el turismo. Podr¨ªa haber unas 20.000 casas ilegales repartidas entre 29 municipios. En el lugar las vistas son impresionantes, un panorama ideal para extranjeros que andan a la busca del Oriente con piscina y comodidades occidentales, aunque a veces la luz y el agua corriente se hagan esperar en el paraje elegido. La soluci¨®n para urbanizar el suelo agr¨ªcola es, por ejemplo, transformar un viejo cobertizo en una casa nueva, mediante un simple permiso de obras para arreglar el techo, y a cambio, si acaso, de una multa por exceso de construcci¨®n. Empezada la trampa, el asunto puede acabar en una sucesi¨®n de delitos, como supuestamente en Alcauc¨ªn: soborno, trato con dinero sucio, mal uso a conciencia de la legalidad vigente, tr¨¢fico de influencias, falsificaci¨®n y falsedad, estafa y atentado contra la ordenaci¨®n del territorio.
Ese proceso es l¨®gico. La antigua vida rural casi ha desaparecido, y son escasas las posibilidades de vivir del campo. La Axarqu¨ªa ha asumido en la medida de sus posibilidades el modelo econ¨®mico de la regi¨®n, fundado en la construcci¨®n y el turismo, d¨²o que favorece en el mundo mediterr¨¢neo la uni¨®n del negocio y la pol¨ªtica, esa especie de delincuencia en beneficio de todos a corto plazo. El alcalde de Alcauc¨ªn obtuvo cinco mayor¨ªas absolutas con su partido, el PSOE. Construir casas de recreo ha sido el sustituto del trabajo en el campo. El suelo agr¨ªcola se ha convertido en suelo tur¨ªstico. Y, si la ley pon¨ªa trabas a la construcci¨®n y el turismo, que precisamente son las bases del orden econ¨®mico del pa¨ªs, ?qu¨¦ salida quedaba, si no saltarse la ley, incluso al coste de hacerse ricos al servicio del pueblo?
(A?ado una nota sobre arquitectura t¨ªpica andaluza. Le¨ª el martes la necrol¨®gica que Juana Vi¨²dez dedicaba en este peri¨®dico a Noldi Schreck, el arquitecto que proyect¨® Puerto Ban¨²s. Schreck era mexicano, nacido en Siberia, hijo de rusa y suizo, y ha muerto en M¨¦xico. El pr¨ªncipe germano Alfonso de Hohenlohe, uno de los inventores de la Marbella moderna, trajo aqu¨ª a Schreck, creador del estilo Acapulco para mansiones de Beverly Hills, esas casas arabigo-andaluzas de las novelas policiacas y las comedias musicales de Hollywood, y de la Zona Rosa, un anticipo de la gran Marbella concentrado en la capital de M¨¦xico. En Marbella el mexicano Schreck ide¨® un pueblo andaluz marinero para millonarios, modelo para el tipismo de las arquitecturas tur¨ªsticas andaluzas).
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