El IRA se enfrenta a sus hijos
Los l¨ªderes del Sinn Fein, brazo pol¨ªtico del grupo terrorista, arremeten contra los contrarios a la paz, pero los militantes de base se resisten a criticarlos
Se dieron un abrazo el jueves a la una de la tarde en la parte occidental de Belfast, la que s¨®lo pisan los cat¨®licos republicanos.
-?Co?o, Danny, se te ha puesto todo el pelo blanco!
-Se nos ha puesto a todos blanco, mira a tu alrededor.
Miraron por la senda de Falls Road, la calle donde se encuentra la oficina del Sinn Fein, y vieron unas cien cabezas canosas siguiendo al f¨¦retro envuelto en una bandera irlandesa. Eran las mismas cabezas que antes de los acuerdos de paz del Viernes Santos firmados en abril de 1998 aparec¨ªan en los peri¨®dicos de Reino Unido cada vez que estallaba alguna bomba o mor¨ªa alguna de las 3.600 v¨ªctimas que se ha cobrado el conflicto del Ulster. Muchos de ellos fueron miembros del IRA y algunos llevaban hasta 10 a?os sin verse. Acud¨ªan al entierro de Deuce McMullan, un compa?ero de armas que muri¨® esta semana de c¨¢ncer.
Ya no cuentan con las armas; para imponer disciplina s¨®lo tienen la palabra
"Si hay una expresi¨®n que a un cat¨®lico le puede hacer da?o ¨¦sa es la de traidor"
El gaitero, por delante del coche f¨²nebre, tocaba sin mirar atr¨¢s. Cuatro hombres enlazados con los brazos en pareja cargaban sobre sus hombros la caja. Un anciano gritaba "?Cl¨¦ Marise¨¢il!". ("?Izquierda, adelante!", en ga¨¦lico), y los cuatro reemprend¨ªan una marcha que pasaba frente a un mural pintado en homenaje a ETA. Apenas 10 metros despu¨¦s otro miembro de la comitiva ordenaba reemplazarlos. Los cuatro siguientes no ten¨ªan ni que cruzar una mirada para saber qu¨¦ esquina del ata¨²d les correspond¨ªa. El anciano gritaba de nuevo: "?Cl¨¦ Marise¨¢il!".
Gracias a esa disciplina cronometrada el IRA ha logrado subsistir m¨¢s de 40 a?os y gracias a ella Martin McGuinness, uno de sus principales dirigentes en los a?os setenta, es hoy el n¨²mero dos del Sinn Fein y tambi¨¦n del Gobierno aut¨®nomo. McGuinness ha tenido que posar muchas veces, y en alguna ocasi¨®n hasta sonriendo, al lado de sus antiguos enemigos y ahora socios en el Gobierno de coalici¨®n. Eso le ha deparado alg¨²n desgaste entre los suyos. A cambio, casi dos millones de personas en Irlanda del Norte han disfrutado de diez a?os de paz. Pero el s¨¢bado el IRA-Aut¨¦ntico, grupo que se escindi¨® del IRA en 1997, mat¨® a dos soldados brit¨¢nicos. Y dos d¨ªas despu¨¦s, el IRA de la Continuidad, otra peque?a escisi¨®n de la que apenas se hablaba desde su nacimiento en 1986, mat¨® a un polic¨ªa. Los antiguos dirigentes del IRA tendr¨¢n que imponer la disciplina entre los suyos. Pero ya no cuentan con las armas, s¨®lo disponen de la palabra. Y las palabras que han empleado contra sus antiguos compa?eros de armas son duras.
En el funeral de Deuce McMullan no hab¨ªa micr¨®fonos, ni c¨¢maras, ni apenas periodistas. Era un buen momento para sondearse unos a otros, saber c¨®mo encajaban las palabras de Martin McGuinness. El antiguo comandante del IRA hab¨ªa pedido colaboraci¨®n con la polic¨ªa. A quienes antes se llamaba chivatos, ratas o delatores, a partir de esta semana se les llamar¨¢ patriotas. Y quienes antes eran patriotas disidentes, ahora, seg¨²n McGuinnes, son traidores. ?se es el mensaje.
"Aqu¨ª todos tenemos razones para ser cr¨ªticos con McGuinness y con el Sinn Fein", explica Danny D., antiguo miembro del IRA. "Pero tambi¨¦n coincidimos en que las armas no son la soluci¨®n. Ahora bien: eso es una cosa y otra es llamar traidores a los amigos del IRA-Aut¨¦ntico y del IRA de la Continuidad. Si hay una palabra que a un cat¨®lico republicano le puede hacer da?o ¨¦sa es la de traidor. Toda la gente con la que estoy hablando aqu¨ª en el funeral me dice que McGuinness se ha pasado, que debe cuidar su vocabulario".
El peri¨®dico The Sun y una organizaci¨®n contra el crimen han ofrecido una recompensa de 100.000 libras a quien aporte informaci¨®n sobre los asesinatos. Pero el ambiente en las calles cat¨®licas no parece tan lleno de rabia contra los cr¨ªmenes recientes como para justificar una delaci¨®n. Cuando el IRA descubr¨ªa a alg¨²n chivato sol¨ªa pegarle un tiro en la rodilla o lo ataban a un poste y le echaban alquitr¨¢n encima o le daban un tiro en la cabeza. "Y ahora McGuinness est¨¢ pidiendo a la gente que haga las mismas cosas por las que ¨¦l mandaba ejecutar a la gente", explica desde el municipio de Derry en conversaci¨®n telef¨®nica Richard Walsh, portavoz del Sinn Fein Republicano, brazo pol¨ªtico del IRA de la Continuidad. "La palabra traidor le va a costar muchos votos a McGuinness. Porque el que ha traicionado al movimiento republicano es ¨¦l. Y la gente se est¨¢ dando cuenta de que 11 a?os despu¨¦s de los acuerdos de Viernes Santo, los republicanos no estamos en una posici¨®n m¨¢s fuerte de la que est¨¢bamos. Y el Ej¨¦rcito brit¨¢nico sigue ocupando nuestra tierra".
Una vez que solt¨® la palabra traidor, McGuinness se dedic¨® a trabajar sobre el viaje a EE UU que concluir¨¢ el martes a la Casa Blanca junto al ministro principal y l¨ªder unionista, Peter Robinson. De ah¨ª saldr¨¢n m¨¢s fotos junto a su antiguo enemigo. Y tal vez, m¨¢s dinero para el Ulster.
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