El presidente respalda a Geithner
Al margen de la suerte que las primas de AIG corran, este conflicto est¨¢ minando considerablemente el cr¨¦dito del secretario del Tesoro, Tim Geithner. Geithner envi¨® el martes por la noche una carta al Congreso anunciando que, si el dinero de los bonos no era devuelto, el Estado lo descontar¨ªa de los 30.000 millones de d¨®lares todav¨ªa pendientes de entregar a AIG.
Parece una reacci¨®n tard¨ªa. El propio Obama tuvo que salir ayer en defensa de Geithner, pero resulta dif¨ªcil de justificar la falta de informaci¨®n del secretario del Tesoro sobre la gesti¨®n de AIG. Geithner ha confesado que supo de los bonos el jueves de la pasada semana, s¨®lo un d¨ªa antes de que el dinero empezara a llegar a las manos de los ejecutivos.
El caso desborda el marco de AIG. La autoridad de Geithner en el Congreso, que nunca fue muy alta desde su pol¨¦mico proceso de confirmaci¨®n, se ha visto ahora muy limitada de cara a lo que tiene que ser un trabajo fundamental del secretario del Tesoro en los pr¨®ximos meses: la estabilizaci¨®n del sistema financiero.
Tras lo sucedido en AIG, Geithner se encuentra pr¨¢cticamente sin argumentos para que el Congreso le respalde en otros planes de rescate que ya est¨¢n dise?ados y que pueden ser imprescindibles para evitar nuevas quiebras en Wall Street.
El representante republicano Scott Garrett, advirti¨® ayer que el problema no es tanto los 165 millones pagados en primas, sino que "el verdadero ultraje" es haberle entregado a la empresa 170.000 millones sin saber qu¨¦ iba a hacer con ellos.
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