A disfrutar mientras dure
La nueva pol¨ªtica de la Reserva Federal no tiene garant¨ªas de ¨¦xito
Ben Bernanke no lo ha tenido f¨¢cil ¨²ltimamente. Y por eso, el gobernador de la Reserva Federal deber¨ªa recordar el mi¨¦rcoles 18 de marzo. Durante un breve d¨ªa, pareci¨® que recobraba la ventaja sobre los asustados mercados. Pero esa ventaja no dur¨®, por buenas razones.
Los inversores se sorprendieron ante el anuncio de que la Reserva Federal comprar¨ªa 300.000 millones de d¨®lares en deuda del Tesoro estadounidense, y con la perspectiva de comprar m¨¢s, mucha m¨¢s en el futuro. Para la mayor parte del mercado, la sorpresa fue agradable. Los rendimientos de la deuda p¨²blica ca¨ªan dr¨¢sticamente, la Bolsa sub¨ªa y los m¨¢rgenes de los derivados de cr¨¦dito se estrechaban.
Sin embargo, un mercado importante rehusaba moverse ante el toque de Bernanke, incluso el mi¨¦rcoles. El d¨®lar perd¨ªa un 3% respecto a una cesta de monedas. Pero, el jueves, el estado de ¨¢nimo general de los inversores hab¨ªa pasado del pasmo a la preocupaci¨®n. Los mercados burs¨¢tiles perdieron lo ganado y los precios de las materias primas subieron.
Hay dos preocupaciones. La primera, que la expansi¨®n cuantitativa podr¨ªa no tener el deseado efecto inmediato de curar las heridas del sistema financiero. La experiencia japonesa de expansi¨®n cuantitativa, el ejemplo m¨¢s relevante, no es muy alentadora. Poco del dinero recientemente creado por el banco central lleg¨® a gastarse. Los precios de las acciones apenas subieron y la actividad econ¨®mica no se anim¨®. Podr¨ªa haber sido peor, pero tambi¨¦n mucho mejor.
En segundo lugar, la expansi¨®n cuantitativa podr¨ªa tener el posible efecto indeseado de provocar una inflaci¨®n descontrolada. Algunos detractores temen que consumidores y empresas gasten todo el dinero reci¨¦n adquirido con demasiada rapidez como para que la Reserva Federal pueda controlarlo. Otros ven la expansi¨®n cuantitativa, que permite al Estado gastar m¨¢s de lo que recibe sin necesidad de endeudarse en el mercado, como una invitaci¨®n a mantener una pol¨ªtica presupuestaria ruinosa.
?Y despu¨¦s qu¨¦? Un masivo gasto p¨²blico en Estados Unidos y en el resto del mundo podr¨ªa estabilizar las econom¨ªas. Ya hay algunos signos positivos. La siguiente iteraci¨®n de los planes estadounidenses para sacar a flote a los bancos, o un fuerte plan de acci¨®n del G-20, podr¨ªan devolver la confianza.
Pero la expansi¨®n cuantitativa -que ahora se est¨¢ probando en Estados Unidos, Reino Unido y Jap¨®n- es crucial. Si hace lo que Bernanke espera que haga, el ex profesor de Princeton ser¨¢ elogiado por su capacidad de poner en pr¨¢ctica la teor¨ªa econ¨®mica. Pero si una medida tan radical no funciona mejor que las recientes pol¨ªticas menos extremas de la Reserva Federal, Bernanke debe esperar m¨¢s d¨ªas malos en los mercados.
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