"A la ni?a se le ca¨ªa el pelo. Cambiamos de casa y est¨¢ estupenda"
Cables de alta tensi¨®n se ciernen sobre familias que nadie indemniza
"A la ni?a le ca¨ªa el pelo, estaba d¨¦bil, estaba mal; ahora, desde que cambiamos de casa, est¨¢ estudiando y est¨¢ estupenda". ?sta es la situaci¨®n que le toc¨® vivir a la familia Penelas Pardeiro, que hace 13 a?os tuvo que abandonar su hogar en el municipio lucense de A Pastoriza para huir de las consecuencias nocivas supuestamente derivadas de una l¨ªnea de alta tensi¨®n que discurr¨ªa a escasos 6 metros de la residencia familiar.
Aunque la teor¨ªa de la contaminaci¨®n electromagn¨¦tica est¨¢ m¨¢s ligada al despliegue de la telefon¨ªa m¨®vil, no son pocos quienes opinan que otras infraestructuras el¨¦ctricas siguen provocando importantes da?os en la salud, sin que se aplique el principio de precauci¨®n de forma generalizada. S¨®lo as¨ª se entienden los problemas que sufr¨ªa esta familia y que con un cambio de lugar acabaron desapareciendo. "Yo mismo ten¨ªa problemas de dolor de cabeza", recuerda Paco, el padre de la menor que acud¨ªa peri¨®dicamente con su hija al m¨¦dico de cabecera para encontrar una soluci¨®n a los problemas de una ni?a que ten¨ªa 4 a?os.
A Paco no le gusta recordar nada de lo que ocurri¨® en su casa de A Rigueira, ahora cerrada, pero reconoce que fue el m¨¦dico el primero en insinuar que el problema pod¨ªa estar en la existencia de campos electromagn¨¦ticos generados por la proximidad de una l¨ªnea de alta tensi¨®n que contin¨²a al lado de la casa ahora deshabitada.
Hasta el lugar se desplazaron en varias ocasiones t¨¦cnicos de Greenpeace que realizaron mediciones y comprobaron que la cercan¨ªa de los cables de alta tensi¨®n junto con la existencia de corrientes subterr¨¢neas bajo el inmueble generaban un espacio electromagn¨¦tico que pod¨ªa resultar perjudicial.
Pese a la existencia de sentencias del Tribunal Supremo que condenan a empresas el¨¦ctricas por contaminaci¨®n electromagn¨¦tica, esta familia no inici¨® acciones legales."Yo no quise revolver, porque nunca sabes a qui¨¦n tienes que tocar y tambi¨¦n desconoces c¨®mo puede acabar todo", apunta Paco, quien opt¨® por no ir contra la compa?¨ªa el¨¦ctrica Begasa, aunque para ello tuviera que adquirir una nueva propiedad en el vecino municipio de Castro de Rei.
Prefiere no pensar en lo mucho que ha tenido que luchar, ni detenerse en lo que ha perdido. "En condiciones normales no me tendr¨ªa que haber movido de mi casa", lamenta este agricultor, quien en la nueva ubicaci¨®n contin¨²a con su explotaci¨®n ganadera y se levanta cada d¨ªa con la "alegr¨ªa" de comprobar que la ni?a, que ahora tiene 17 a?os, tan pronto como se separ¨® de la l¨ªnea de alta tensi¨®n de A Pastoriza, comenz¨® a evolucionar favorablemente. Tambi¨¦n desaparecieron sus dolores de cabeza, aunque para ello hubo de soportar un desgaste psicol¨®gico y econ¨®mico del que nadie le ha resarcido.
12.000 pesetas en 47 a?os
El tendido de las l¨ªneas de alta tensi¨®n desde la estaci¨®n de O Troncal, al final de la Traves¨ªa de Vigo, hacia A Madroa se hizo hace 47 a?os sobrevolando zonas habitadas. Entonces se pag¨® 12.000 pesetas a cada propietario de parcela donde se instalaba una torre. Nunca, en este barrio vigu¨¦s, se volvi¨® a pagar nada, aunque algunas torres fueron cambiadas hace 14 a?os. Hay algunas casas pr¨¢cticamente pegadas a las bases de las torres, pero que, como en el caso de la de Flora G¨®mez, que aparece en la foto, se construyeron cuando las torres ya estaban all¨ª y nunca cobraron nada.
Ninguno de los vecinos consultados se?ala el menor problema de salud por esa causa. Lo ¨²nico que lamentan es el intenso zumbido que hacen cuando el ambiente est¨¢ h¨²medo, siempre que hay niebla, y la descarga de rayos. "Pero ya estamos acostumbrados", coinciden en declarar Flora G¨®mez y otra vecina, Dolores Lago, que tambi¨¦n tiene pegada una "columna" a la fachada de su casa. No obstante, todos piden que se soterre el tendido.
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