Un 'ultra' israel¨ª en la canciller¨ªa
Lieberman aspira a convertirse en el hombre clave del Gobierno de Netanyahu
"Ciudadanos, ciudadanos de segunda, ciudadanos de tercera y ¨¢rabes", arrancaba el actor que encarna a Avigdor Lieberman en el programa sat¨ªrico Eretz Nehederet (Un pa¨ªs maravilloso). Es una de las se?as de identidad de este l¨ªder pol¨ªtico (Chisinau, Moldavia, 1958): su aversi¨®n por los palestinos, en especial por los que tienen la ciudadan¨ªa israel¨ª. En su opini¨®n, una quinta columna. Un mill¨®n y medio de habitantes a los que exige fidelidad a la condici¨®n jud¨ªa del Estado de Israel. "Sin lealtad, no hay ciudadan¨ªa", rezaba el lema de su campa?a.
Este hijo de un veterano del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico ser¨¢ -salvo vuelcos nunca inveros¨ªmiles en la pol¨ªtica israel¨ª- el jefe de la diplomacia. En todo caso, un pilar del pr¨®ximo Gobierno de Benjam¨ªn Netanyahu. ?Ser¨¢ agasajado en el exterior este l¨ªder autoritario, al¨¦rgico al control judicial de las decisiones del Ejecutivo, partidario de "bombardear la presa de Asu¨¢n [Egipto]" y capaz de mandar al infierno a Hosni Mubarak, presidente de un pa¨ªs que firm¨® la paz con Israel? Consultado un avezado diplom¨¢tico israel¨ª, menea la cabeza. Sin decir palabra.
?Ser¨¢ recibido en el exterior un l¨ªder pol¨ªtico partidario de bombardear Asu¨¢n?
Lieberman emigr¨® a Israel en 1978, tras trabajar como portero de discoteca en su pa¨ªs natal y estudiar agricultura, y al poco tiempo de aterrizar se afili¨® al Kach, la formaci¨®n racista ilegalizada en 1988 cuya consigna fue: "El poder para ocuparnos de ellos". Ellos son, c¨®mo no, los ¨¢rabes. Pronto abandon¨® este grupo, incluido por Israel en la lista de organizaciones terroristas, pero cuyos antiguos cabecillas campan a sus anchas en las colonias de Hebr¨®n, cerca de donde reside Lieberman, en el asentamiento de Nokdim. De aquellos tiempos recuerda Isaac Brudny, profesor de origen ruso de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, los primeros escarceos pol¨ªticos del jefe de Yisrael Beiteinu, el partido que fund¨® en 1999.
"Corr¨ªa el a?o 1980", afirma Brudny, "cuando ingres¨® en las juventudes del Likud y comenz¨® a estudiar Relaciones Internacionales, el paso para ingresar en la carrera diplom¨¢tica. En aquellos tiempos naci¨® su repulsi¨®n por los ¨¢rabes. Era una ¨¦poca en la que hab¨ªa peleas entre los estudiantes jud¨ªos y musulmanes. Los ¨¢rabes imitaban el acto de cagar encima de una bandera israel¨ª". Hoy es impensable semejante ofensa, pero Lieberman no lo olvida. "Lieberman entiende a los ¨¢rabes" fue otro de sus esl¨®ganes de campa?a electoral este a?o.
Ultraliberal en materia econ¨®mica, no puede decirse que d¨¦ bandazos a la hora de explicar su programa pol¨ªtico, aderezado con invectivas de la siguiente guisa: "A los presos palestinos hay que tirarlos al mar Muerto"; "deber¨ªa emplearse el arma at¨®mica en Gaza". Tampoco que carezca de carisma. "Es el ¨²nico l¨ªder en activo que atrae votos por su personalidad, no por el partido al que pertenece", explica Brudny. Abundan quienes le consideran un serio peligro para la democracia.
"Aunque algunos miembros del campo nacionalista son peores que Lieberman, ¨¦l es el m¨¢s peligroso porque es un l¨ªder natural en la calle", ha escrito el prestigioso profesor Zeev Sternhell. Varias veces ministro, abandon¨® el Gobierno de Ehud Olmert en enero de 2008, nada m¨¢s iniciarse la negociaci¨®n con el presidente palestino, Mahmud Abbas, despu¨¦s de la conferencia de Annapolis, en EE UU. Es de los que hablan de un Estado palestino que exigir¨ªa un intercambio de tierras y vaciar al Estado jud¨ªo de ¨¢rabes.
"Don't do it" ("No lo hagan"), en enormes may¨²sculas, advert¨ªan los anuncios en varios medios israel¨ªes dirigidos a Tzipi Livni (la candidata del centrista Kadima) y Netanyahu d¨ªas despu¨¦s de los comicios del 10 de febrero. Lo firmaban acad¨¦micos y una pl¨¦yade de amigos de Israel. Apremiaban a eludir a toda costa la inclusi¨®n de Lieberman en el Ejecutivo y equiparaban al dirigente con l¨ªderes de la cala?a del franc¨¦s Jean-Marie Le Pen. No prosper¨® la iniciativa. Sus 15 diputados son cruciales en cualquier coalici¨®n.
Si Livni se mantiene en la oposici¨®n, como ha prometido, no hay alianza posible sin Lieberman, acosado tambi¨¦n por investigaciones sobre pr¨¢cticas corruptas. Incluso la mitad de los 13 parlamentarios laboristas est¨¢n dispuestos a sumarse al Gabinete.
Casado con una mujer muy practicante, el pol¨ªtico que acapara el voto de los m¨¢s de un mill¨®n de inmigrantes rusos es el polo opuesto. Laico hasta la m¨¦dula, abandera la iniciativa legislativa para implantar el matrimonio civil y facilitar las conversiones al juda¨ªsmo, asuntos que monopoliza el fundamentalista rabinato oficial. Todo sea en beneficio de su parroquia rusohablante. "Adora", dice Brudny, "comer cerdo y marisco, alimentos prohibidos por la dieta kosher, y se queja de que no puede saborear en casa sus platos favoritos". Sternhell, que se autocalifica de "supersionista", opina: "El laicismo no es un valor filos¨®fico en su doctrina, sino un medio para resolver los problemas de sus votantes. Cuando sean resueltos, el colono Lieberman se unir¨¢ a los nacionalistas religiosos del modo m¨¢s natural".
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