El poeta 'fatalmente' testimonial
Ma?ana, con EL PA?S, una antolog¨ªa de Jos¨¦ Hierro por 8,95 euros
Jos¨¦ Hierro (1922-2002), el hombre que rechaz¨® por humildad ser acad¨¦mico de la Real Academia, mostraba esa cualidad en su propia definici¨®n de poeta. "El poeta es una hoja m¨¢s entre los millones de ellas que forman el ¨¢rbol de su tiempo. Por eso, lo que dice de s¨ª mismo es v¨¢lido para los dem¨¢s. Lo ¨²nico que distingue al poeta no es su mayor sensibilidad, sino su capacidad de expresi¨®n. Es una hoja que habla entre hojas mudas".
Y lo que ¨¦l contaba era "poes¨ªa testimonial", que seg¨²n el escritor es como un t¨®nico, necesaria para la salud, en contraposici¨®n con la poes¨ªa de la belleza, prescindible y accesoria, como un perfume y apropiada para tiempos felices y descuidados. ?l, como poeta de posguerra y de tiempos dram¨¢ticos -fue encarcelado al final de la Guerra Civil, con 17 a?os, durante casi cinco a?os por ayudar a otros presos pol¨ªticos- tuvo que reconocerse como "fatalmente testimonial" denunciando su tiempo desde el yo y el nosotros.
Pero su batalla expresada en versos no estaba exenta de est¨¦tica. Porque lo que ¨¦l defend¨ªa era la poes¨ªa verdadera -sea cual sea el adjetivo que la matice-, un g¨¦nero que no puede prescindir de la belleza de la palabra y que bien articulada es como m¨²sica, comentar¨ªa.
Sus primeros libros, Tierra sin nosotros (1947) y Con las piedras, con el viento... (1950) y Quinta del 42 (1957) expresan la impotencia y la tristeza de un poeta, siempre visto desde la mirada de un hombre com¨²n ("Yo, Jos¨¦ Hierro, un hombre / como hay muchos") que habla del tiempo, la muerte, el amor y la p¨¦rdida y el mar, sus grandes temas. "La eternidad, para m¨ª, es el deseo de que un instante vivido sea eternamente presente, y por esto a veces aparece el mar como s¨ªmbolo, porque el mar es lo que no se arruga, lo que no cambia, lo que no tiene pasado, el mar es lo de siempre presente", dir¨ªa.
El paso del tiempo en su poes¨ªa le llev¨® a un tono m¨¢s esteticista. Con los a?os profundiz¨® en el componente irracional y simbolista, pero siempre con gran cantidad de referencias culturales de la vida real y cotidiana. Es lo que ¨¦l denomina alucinaciones, y es una poes¨ªa en la que todo aparece envuelto en niebla y emociones. Ejemplos de esa forma de contar son Libro de alucinaciones (1964) y Cuaderno de Nueva York (1998), por el que consigui¨® el Premio Nacional de Poes¨ªa. Adem¨¢s, el literato tambi¨¦n fue distinguido con el Premio Nacional de Literatura en 1953, el Pr¨ªncipe de Asturias en 1981 y el Premio Reina Sof¨ªa de Poes¨ªa de Iberoam¨¦rica 1995. Ma?ana, EL PA?S publica una antolog¨ªa del escritor por 8,95 euros.
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