Guardiola evoca el legado de Cruyff ante Beckenbauer
La ¨²ltima vez que el Bayern M¨²nich perdi¨® 4-0 en la Copa de Europa fue con el Ajax en 1973
La ¨²ltima vez que el Bayern M¨²nich hab¨ªa perdido un partido de la Copa de Europa por 4-0 fue contra el Ajax el 7 de marzo de 1973. Stefan Kovacs entrenaba por entonces al equipo holand¨¦s liderado por Johan Cruyff mientras Udo Lattek dirig¨ªa a los alemanes capitaneados por Franz Beckenbauer. Cruyff, Beckenbauer y Lattek tambi¨¦n estaban el mi¨¦rcoles pasado en el Camp Nou cuando el Barcelona gole¨® al club de Baviera por 4-0. Beckenbauer, hoy presidente del Bayern, apenas abri¨® la boca y deleg¨® en su vicepresidente Karl-Heinz Rummenigge. "Vi a nuestro viejo amigo Lattek llorar en el descanso", anunci¨®. "No s¨¦ si eran l¨¢grimas de rabia, de tristeza o de dolor".
Los alemanes no encuentran consuelo en la derrota porque s¨®lo se explican desde la victoria. As¨ª ha sido siempre, en los torneos de club y en la selecci¨®n, ganadora de la Copa del Mundo de 1974 ante la naranja mec¨¢nica. Nunca les import¨® exportar su juego. La memoria de la mayor¨ªa de aficionados al f¨²tbol seguramente recuerda antes a la Holanda de Cruyff y a la Hungr¨ªa de Puskas, Hidegkuti, Kocsis y Czibor, perdedora en el Mundial de 1954, que a la selecci¨®n de Beckenbauer e incluso de Fritz Walter. La vieja c¨²pula del campe¨®n alem¨¢n no encuentra la manera de modernizar a su equipo, ni siquiera con el cosmopolita J¨¹rgen Klinsmann, amenazado de destituci¨®n. El Bayern M¨²nich parece hoy un equipo pasado de moda, un club que no encuentra la manera de ponerse al d¨ªa, discutido incluso en una caduca Bundesliga.
El t¨¦cnico ha armado un plantel que es la s¨ªntesis de los mejores equipos del club
El Bar?a juega al f¨²tbol de manera continuada, y ha convertido lo extraordinario en rutina
Cruyff, mientras tanto, contempla satisfecho su legado desde el palco del Camp Nou. Ning¨²n equipo ha heredado m¨¢s fielmente ni desarrollado mejor el f¨²tbol total del Ajax de los setenta que el Barcelona. El ideario cruyffista se impone de nuevo en el club azulgrana desde la llegada a la presidencia de Joan Laporta en 2003. No hay cruyffistas m¨¢s radicales que Laporta y Josep Guardiola. "Seguramente hemos visto la mejor primera parte de la historia del Bar?a", sentenci¨® el presidente al final del partido del mi¨¦rcoles mientras Beckenbauer no ten¨ªa nada que decir. Mucho m¨¢s humilde, Guardiola simplemente argument¨®: "De vez en cuando hacemos feliz a la gente".
"Ahora mismo, y si tenemos en cuenta el partido del Bayern M¨²nich, puede que seamos el equipo que juega mejor de Europa", argumenta Tour¨¦ Yay¨¢, un futbolista an¨®nimo en un plantel de estrellas. "Nuestros tres delanteros, Messi, Eto'o y Henry, marcan la diferencia, y el entrenador nos da mucha confianza". "Guardiola es fundamental para nosotros", a?ade Xavi. "Nos contagia su entusiasmo y ha conseguido que funcionemos como un equipo. Todo es m¨¢s f¨¢cil y sencillo si corres cinco o diez metros para ayudar al compa?ero".
Los cuatro goles marcados al Bayern llegaron despu¨¦s de jugadas colectivas, con registros diferentes, circunstancia que define el f¨²tbol del Barcelona. Guardiola ha armado un plantel que futbol¨ªsticamente es la s¨ªntesis de los mejores equipos del club, ya legendarios por sus t¨ªtulos, cosa que todav¨ªa est¨¢ por ver con el actual, y de ah¨ª que las comparaciones sean tan prematuras como peligrosas. Los analistas coinciden, en cualquier caso, en que Guardiola se ha inspirado en el Bar?a de Cruyff al tiempo que ha tenido en cuenta la evoluci¨®n del Barcelona de Frank Rijkaard. Al dream team le alcanzaba a menudo con los arrebatos de talento de sus futbolistas para ganar los partidos. Y del ¨²ltimo campe¨®n se recuerda especialmente la figura de Ronaldinho. El equipo de Guardiola, en cambio, es m¨¢s coral y solidario, tambi¨¦n m¨¢s equilibrado y, sobre todo, juega al f¨²tbol de una manera continuada, hasta el punto de que ha convertido lo extraordinario en rutina, y se hace aplaudir en la mayor¨ªa de campos. A¨²n siendo virtuoso y elegante, no se adorna ni recrea en la jugada sino que define con precisi¨®n y se corrige con el tiempo. Escarmentado en la ida de los octavos de final de la Champions en Lyon, se aplic¨® en la vuelta, de la misma manera que los dos goles recibidos frente a los franceses en el Camp Nou le sirvieron para no repetir errores despu¨¦s contra el Bayern. Desde la imaginaci¨®n y la creaci¨®n, el Bar?a persevera por igual en lo t¨¦cnico que en lo t¨¢ctico y lo f¨ªsico.
El buen juego, sin embargo, no le garantiza ning¨²n t¨ªtulo. El Athletic le disputar¨¢ la final de Copa, el Madrid no desfallece en la Liga y presumiblemente su pr¨®ximo rival en la Copa de Europa puede ser el Chelsea de Guus Hiddink, el t¨¦cnico holand¨¦s que Cruyff recomend¨® a Laporta como entrenador despu¨¦s de ganar las elecciones.
No es extra?o que Cruyff se sienta hoy un hombre feliz, pese a no ser campe¨®n del mundo, mientras Beckenbauer no sabe a qu¨¦ atenerse.
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