Golondrinas peregrinas
Ayer, al pasar por delante de la iglesia de Sant Pau del Camp, me fij¨¦ en que en el jard¨ªn hab¨ªa varios coches aparcados y que tambi¨¦n hab¨ªa algunas camionetas aparcadas en l¨ªnea sobre las aceras pr¨®ximas, frente al grupo escolar Collaso i Gil, y, picado por la curiosidad, entr¨¦ en la iglesia y encontr¨¦ la augusta nave de piedra llena de monjas.
Durante un buen rato siguieron entrando monjitas en Sant Pau del Camp como golondrinas que vuelan a ras de tierra h¨¢bilmente sin chocar nunca y se cuelan por todas las ventanas y se encaraman a todos los salientes y all¨ª se ponen a cantar. Estas monjas, despu¨¦s de saludarse las unas a las otras y sonre¨ªrse y bromear, tambi¨¦n cantaron, en Sant Pau del Camp. Era un espect¨¢culo impresionante en ese marco ¨²nico asistir a la ceremonia, pues es la primera vez desde 1835 que se vuelven a o¨ªr los cantos mon¨¢sticos en la iglesia, desde la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal, cuando el entonces monasterio benedictino, fundado por el conde Guifr¨¦ el Pil¨®s, pas¨® a ser parroquia y entr¨® en una fase de decadencia, entre otros motivos, porque los monjes asignados a ella "se dispersaban" en el contexto de ese barrio tan vivo y tan laber¨ªntico de la Barcleona antigua.
Desde 1835 era la primera vez que se o¨ªan cantos mon¨¢sticos en la iglesia de Sant Pau del Camp
Hasta junio del a?o 2009 corre el "a?o paulino", es decir, se supone que se cumplen los 2.000 a?os del nacimiento del ap¨®stol Pablo, y el cardenal arzobispo de Barcelona, Llu¨ªs Mart¨ªnez Sistach, ha designado siete lugares de la di¨®cesis de Barcelona como "sitios de peregrinaje". Uno de ellos es Sant Pau del Camp, adonde en estas fehas van acudiendo grupos, personas, parroquias, para ganar el jubileo paulino.
Se cantaron, con mucho gusto y propiedad y con esa sonoridad transparente de la piedra rom¨¢nica, unas v¨ªsperas, el rezo de la tarde, instituidas para venerar la memoria de la sepultura de Cristo o su descenso de la cruz, "vespera deponit". Son las "v¨ªsperas lucernarias", salmos del mi¨¦rcoles de Pascua y oraciones que se recitaban como dice el nombre latino a la luz de las l¨¢mparas, para las que escribieron Monteverdi, Mozart, Rajm¨¢ninov, y que al marqu¨¦s de Bradom¨ªn, al que Valle-Incl¨¢n imaginaba "feo, cat¨®lico y sentimental", le inspiraban grandes aunque ef¨ªmeros anhelos de redenci¨®n...
A las v¨ªsperas de ayer no s¨¦ qui¨¦n les puso m¨²sica, pero sonaron inefables. Entre el p¨²blico hab¨ªa muy pocos laicos, entre los cuales vi al contratenor fundamental de Barcelona, Francesc Torra, y a la estupenda soprano de La Garriga Anna Cors, que desde hace unos a?os vive en Nueva Zelanda. Cuando concluy¨® la ceremonia y despu¨¦s de que mos¨¦n Francesc Tort, el rector de Sant Pau del Camp, saludase con unas palabras cordiales a las monjas, que sentadas en los bancos sonre¨ªan a punto de reventar de satisfacci¨®n y de alegr¨ªa, estuve hablando con algunas de ellas. Estaban las hermanas de Sant Benet de Montserrat, presididas por su abadesa, Mar¨ªa Montserrat Vi?as. Las de Sant Pere de les Puel¡¤les, con su abadesa, Gertrudis Nin; las de Puiggraci¨®s, con su priora, Rosa Julivert, y las de Sant Daniel de Girona, con su priora, Assumpci¨® Pifarr¨¦, que me invitaron a visitar el monasterio y a ver la tumba de Guillem Ramon de Gironella, trovador provenzal de finales del siglo XIII del que se conservan s¨®lo cuatro composiciones, dedicadas a Sobreluenh, que significa distancia o lejan¨ªa. Claro que ir¨¦ a Sant Daniel, un d¨ªa de estos de primavera, en "la clara lutz del bel jorn" que celebr¨® el remoto y oscuro Guillem Ramon...
Hubo un piscolabis, el rector regal¨® a las prioras y abadesas algunos ejemplares de la monograf¨ªa de Josefina Mutg¨¦ sobre Sant Pau (Fundaci¨® Noguera, Barcelona 2008) y luego las golondrinas, piando, piando, volvieron a sus lejanos nidos...
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