De Fenosa ya no quedar¨¢ ni el nombre

Un busto en bronce de Pedro Barri¨¦ de la Maza presidi¨® la ¨²ltima junta general del Banco Pastor. En un segundo plano, aunque bien iluminada, la figura cincelada de quien hizo grande al banco, creador de Uni¨®n Fenosa y de media docena de grandes empresas que fueron anclajes de la industrializaci¨®n tard¨ªa de Galicia, asisti¨® en silencio a "un adi¨®s agridulce", en palabras del presidente de la entidad, Jos¨¦ Mar¨ªa Arias. Era el ¨²ltimo brindis por una reina destronada: Uni¨®n Fenosa. Arias sali¨® de forma efectiva del consejo de la el¨¦ctrica la pasada semana junto a Jos¨¦ Luis M¨¦ndez y Julio Fern¨¢ndez Gayoso, primeros espadas de Caixa Galicia y Caixanova. Gas Natural, la nueva due?a de Fenosa, es tambi¨¦n el resultado de una fusi¨®n, la de Gas Madrid, otra de las joyas de Barri¨¦, con Catalana de Gas.

Varias consultoras buscan un nombre para la nueva compa?¨ªa fusionada

"Lo que quedaba ya era testimonial desde que se fue a Madrid el centro de decisi¨®n"

Xove y As Encrobas fueron los cap¨ªtulos m¨¢s oscuros de su historia

Arias se despidi¨® de Fenosa tras finiquitar la presencia del capital gallego en la el¨¦ctrica, pero consciente del peso que todav¨ªa tiene Galicia en su estructura productiva: aparte de ser el destino de algo m¨¢s de la mitad de la energ¨ªa que suministra, los embalses gallegos aportan casi el 70% de toda su potencia hidr¨¢ulica. Otro tanto sucede con las renovables y la energ¨ªa de origen t¨¦rmico de fuel. Algo m¨¢s de cuatro de cada diez clientes de Fenosa est¨¢n en Galicia.

Gas Natural, que a efectos contables ser¨¢ un ¨²nico grupo fusionado el pr¨®ximo 1 de mayo, no despeja las inc¨®gnitas sobre los nombres que se barajan para la nueva compa?¨ªa. Varias consultoras internacionales se encargan de ello, tambi¨¦n de la integraci¨®n de los recursos humanos y de culturas corporativas diferentes, que en el caso de la gasista suma unos 6.000 empleados, la mitad de los que tiene la el¨¦ctrica. A la espera de que se decida nombre, en medios del grupo se da casi por descontado recurrir a f¨®rmulas que combinen ambas denominaciones. Fenosa pasar¨¢ a ser, incluso nominalmente, historia.

"Lo que quedaba ya era testimonial desde que el centro de decisi¨®n de la compa?¨ªa se traslad¨® a Madrid". Lo dice Mariano Amil. Sucedi¨® en 1982, cuando se aprob¨® la fusi¨®n de Uni¨®n El¨¦ctrica Madrile?a y Fuerzas El¨¦ctricas del Noroeste, el mismo a?o en que ¨¦l se incorpor¨® al grupo. "Es similar a lo que sucede cuando algo se hace global, se pierde identidad", explica Amil desde el departamento de planificaci¨®n de Lignitos de Meirama (Limeisa), una filial de Fenosa que tambi¨¦n est¨¢ llamada a la extinci¨®n. "En los a?os 90 llegamos a ser 470 trabajadores directos s¨®lo en la mina de Cerceda", subraya, "ahora los 18 que quedamos ya sabemos que seremos prejubilados por el cierre del yacimiento". A ¨¦l le toca el 31 de diciembre de 2011.

Quien no esperar¨¢ tanto ser¨¢ Honorato L¨®pez Isla, hasta ahora consejero delegado y vicepresidente, que abandonar¨¢ todos sus puestos en la pr¨®xima junta de accionistas tras casi 40 a?os en la el¨¦ctrica. L¨®pez Isla (Santa Cruz de O Bolo, Ourense, 1947) empez¨® trabajando en el negocio gallego de la compa?¨ªa y, desde 1982, en la resultante de la fusi¨®n de Uni¨®n El¨¦ctrica y Fenosa. ?l y el difunto Victoriano Reinoso, como una pi?a en Madrid, fueron quienes pilotaron aquella integraci¨®n. Y junto a ellos un equipo directivo que desembarc¨® en la hist¨®rica sede de Capit¨¢n Haya y llev¨® el acento gallego a la que se convert¨ªa en la tercera el¨¦ctrica espa?ola.

Desde su fundaci¨®n en Vigo en 1943, la el¨¦ctrica ha formado parte indisoluble del desarrollo de Galicia. Seg¨²n c¨¢lculos de Luis Alonso ?lvarez, catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica en A Coru?a, la compa?¨ªa se situaba ya en los 50 como la segunda empresa no financiera gallega por volumen de activos, tras Baz¨¢n. En 1973 se aupar¨ªa al primer lugar, con una plantilla de 3.366 trabajadores. Xan Carmona, catedr¨¢tico de Historia e Instituciones Econ¨®micas en Santiago, apunta al "coeficiente de seguridad" que ofrec¨ªa en los a?os 50 el sistema el¨¦ctrico gallego como un factor determinante para la instalaci¨®n de empresas, cuando en otras partes de Espa?a no estaba ni garantizado el suministro. "En esa ¨¦poca", explica Carmona, "la instalaci¨®n de proyectos industriales vinculados al aluminio, acero y celulosa, tuvo mucha relaci¨®n con ese coeficiente de seguridad. Como tambi¨¦n lo tuvo en los 70 con Petrol¨ªber, Fertiberia o Electroqu¨ªmica del Noroeste".

Los cap¨ªtulos m¨¢s oscuros de la industrializaci¨®n de Galicia tambi¨¦n llevan la firma de la el¨¦ctrica. En plena transici¨®n era Xove, en la costa lucense, el enclave elegido por sus t¨¦cnicos para levantar una central nuclear con una inversi¨®n de 100.000 millones de pesetas y la previsi¨®n de 200 empleos. La iniciativa gener¨® tanto rechazo como frontal hab¨ªa sido la oposici¨®n a las expropiaciones dictadas en los estertores del franquismo para desalojar a centenares de familias campesinas de As Encrobas (Cerceda) a fin de abrir la mina de lignito que alimentar¨ªa a Meirama. Ahora, Amil y sus 18 compa?eros de Limeisa se afanan por restaurar el hueco de la mina, donde habr¨¢ un lago artificial y un complejo tur¨ªstico. Mucho m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ borrar la historia de Fenosa.