Esperando a Merce Cunningham
Una arquitecta de Barcelona dise?a una escenograf¨ªa que se mueve como un reloj para el montaje que se estrena hoy
Los espect¨¢culos de Merce Cunningham son aut¨¦nticas cajas de sorpresas: nunca se sabe qu¨¦ va a pasar hasta que realmente pasa. As¨ª ha sido desde que, en los a?os cincuenta, el core¨®grafo empezara a usar el azar en sus creaciones, inspirado en el I Ching, o Libro de las mutaciones, que concibe un mundo fundamentado en el cambio. Su ¨²ltima coreograf¨ªa, Nearly Ninety (Casi noventa), que se estrena hoy en los Teatros del Canal, como parte del Festival Internacional Madrid en Danza, tambi¨¦n se basa en lo imprevisible.
Este trabajo, que se estren¨® el pasado 16 de abril en Nueva York, fecha del cumplea?os de Cunningham, hace referencia a los 90 a?os que cumpli¨® ese mismo d¨ªa. Pero tambi¨¦n a la duraci¨®n del espect¨¢culo, que no siempre es exacta, aunque se aproxime a la hora y media, seg¨²n explic¨® ayer Robert Swinston, que hace doblete en la compa?¨ªa de Merce Cunningham como bailar¨ªn y como su asistente de coreograf¨ªa.
"El espect¨¢culo dura 90 minutos. Haz lo que quieras", dijo el core¨®grafo
Los bailarines no saben de antemano qu¨¦ parte de la partitura ejecutar¨¢n
Nearly Ninety guarda muchas m¨¢s sorpresas. La m¨²sica, por ejemplo. La partitura corre a cargo del japon¨¦s Takehisa Kosugi, director musical de la compa?¨ªa de danza, y, como compositores invitados en esta ocasi¨®n, la banda neoyorquina Sonic Youth y el bajista de Led Zeppelin, el brit¨¢nico John Paul Jones. En las representaciones madrile?as, programadas hasta el pr¨®ximo domingo, el grupo italiano Golden Jookle Age ejecutar¨¢ la parte de Sonic Youth.
Igual que sucede con la coreograf¨ªa, la partitura se decide en el instante de empezar. Si no, no ser¨ªa Cunningham. "Son como tres composiciones que se encuentran. Cada uno de nosotros recibe del ingeniero de sonido la secuencia de tiempo inmediatamente antes del espect¨¢culo", explica Kosugi. Los bailarines tampoco saben de antemano qu¨¦ parte de la composici¨®n musical deben interpretar. "Esto forma parte del esp¨ªritu de lo que Merce Cunningham y John Cage [el m¨²sico fue pareja y colaborador del core¨®grafo hasta su muerte en 1992] hicieron durante a?os con intrepidez", apostill¨® Jones.
La compa?¨ªa que durante a?os cont¨® con la colaboraci¨®n de artistas como Robert Rauschenberg o Jasper Johns, recal¨® el a?o pasado en el estudio barcelon¨¦s de la arquitecta Benedetta Tagliabue en busca de una escenograf¨ªa para Nearly Ninety. "Nosotros s¨®lo hab¨ªamos hecho la del Don Quijote de La Fura dels Baus, que inaugur¨® la temporada del Liceo de Barcelona en 2000", explicaba ayer Tagliabue, cuyo estudio ha firmado, entre otros proyectos, la Torre de Gas Natural de la capital catalana. Al final, recibieron el encargo. "El espect¨¢culo dura 90 minutos. Haz lo que quieras", fueron las ¨²nicas instrucciones que recibi¨®. La arquitecta empez¨® a dar vueltas: ?c¨®mo usar el azar, la filosof¨ªa de Cunningham, en su escenograf¨ªa? Tagliabue imagin¨®, en un primer momento, una estructura liviana, transparente.
Pero luego vol¨® a Nueva York y, durante una cena con el core¨®grafo, comprendi¨® que lo que quer¨ªa era sacar a los m¨²sicos del foso, llevarlos al escenario, y acercar a los bailarines lo m¨¢s cerca posible del p¨²blico. "Todo eso necesitaba una estructura muy s¨®lida, pero que al mismo tiempo permitiera crear una situaci¨®n esc¨¦nica cambiante. Merce dice que la danza es movimiento en el espacio y el tiempo, de forma que esa estructura se mueve como un reloj y marca los cuatro movimientos de la obra", explica Tagliabue.
Tras Nearly Ninety, la compa?¨ªa de danza neoyorquina trasladar¨¢ su escenario desde el complejo proyectado por Juan Navarro Baldeweg hasta el Museo Reina Sof¨ªa. All¨ª representar¨¢n, del 7 al 9 de mayo, Event, una actuaci¨®n concebida especialmente para este espacio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.