Una gran oportunidad perdida
El PP se queda con mal sabor de boca porque Rajoy no aprovech¨® para rematar
Una de las frases que m¨¢s se escuchan en los foros pol¨ªticos es que en este extra?o negocio, en el que s¨®lo cada cuatro a?os se sabe con precisi¨®n qui¨¦n gana y qui¨¦n pierde, lo m¨¢s importante son las expectativas. No pasa en la empresa, ni en el deporte, ni en el espect¨¢culo. En pol¨ªtica, salvo en elecciones, el ¨¦xito o la derrota siempre es opinable. Por eso, por las expectativas, porque todo estaba preparado para dar la puntilla dial¨¦ctica a un Gobierno en horas bajas, con cuatro millones de parados y la peor valoraci¨®n en cinco a?os, el PP se llev¨® el mi¨¦rcoles un gran chasco que ayer comenzaba a digerir, y se qued¨® con mal sabor de boca porque Mariano Rajoy, aseguran, no logr¨® rematar a un presidente del Gobierno que llegaba muy debilitado al choque.
Los 'marianistas' creen que la clave es que se pudo ver la soledad de Zapatero
Pr¨¢cticamente ninguno de los dirigentes consultados cree que Rajoy perdi¨® el debate. Y, sin embargo, la amargura y la preocupaci¨®n eran dif¨ªciles de disimular. Porque el l¨ªder, seg¨²n coincidencia generalizada, tampoco gan¨®. "Una gran ocasi¨®n perdida", era la frase m¨¢s repetida entre los veteranos, e incluso entre algunos cercanos al l¨ªder. Se esperaba una victoria clara, y el debate supo a muy poco.
Rajoy descoloc¨® incluso a algunos de los m¨¢s cercanos. El mi¨¦rcoles pasado hubo una ¨²ltima reuni¨®n de estrategia con el grupo parlamentario. Y aunque es el l¨ªder quien tiene la ¨²ltima palabra, se esperaba en el PP un discurso m¨¢s positivo, m¨¢s de propuesta, de construir una alternativa.
Se hab¨ªa trabajado m¨¢s en esa l¨ªnea, pero durante el fin de semana Rajoy le dio el toque final en su casa. Y ah¨ª todos los consultados ven la mano de Pedro Arriola, su principal asesor. Antes de buscar propuestas, Rajoy quiso concentrarse en la cr¨ªtica para recordar a los ciudadanos que Zapatero es el responsable de los cuatro millones de parados.
Pero el discurso de la ma?ana del presidente descoloc¨® al PP. "Nadie se esperaba que diera tantos toques a izquierda y derecha, eso confundi¨® mucho. Estaba mucho m¨¢s preparado el discurso de una posible oferta de pacto, o de una medida de ayuda a los parados", explic¨®.
Los m¨¢s veteranos critican especialmente la poca cintura del l¨ªder y su equipo, que no supieron preparar, dicen, un contrataque frente al aluvi¨®n de medidas de Zapatero. Nada m¨¢s terminar el presidente, Rajoy quiso evitar el acoso de sus fieles y se fue a su despacho en la calle G¨¦nova con Mar¨ªa Dolores de Cospedal, Jorge Moragas y Carmen Mart¨ªnez Castro. Mientras, en el Congreso, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa reuni¨® a su equipo y desde all¨ª mandaron sugerencias. Rajoy dict¨® algunos cambios, pero el coraz¨®n del discurso se mantuvo.
Todos los consultados coinciden en que el discurso, que no gust¨® a casi nadie, "es absolutamente arrioliano". De hecho, hay incluso teor¨ªas conspirativas entre los dirigentes que se?alan que ¨¦l prefiere una estrategia de no arrasar, de no ganar por goleada, porque eso animar¨ªa a los votantes socialistas desencantados que ahora no tienen ninguna intenci¨®n de acudir a las europeas.
"?Por qu¨¦ no sali¨® a analizar con detalle cada una de las medidas y a explicar sus alternativas? ?Por qu¨¦ eso se lee hoy en los peri¨®dicos pero no se lo escuchamos a Rajoy?", se enfada un veterano diputado.
"Tampoco es que la gente piense que Rajoy estuvo mal. El problema no es ¨¦se. El drama es que con cuatro millones de parados y un Gobierno quemado, Zapatero aguanta, asaeteado como San Sebasti¨¢n, pero aguanta", se queja otro.
Todos coinciden en que Rajoy s¨®lo se creci¨® en la d¨²plica. "Es cierto, pero como decimos los taurinos, te pueden salir unos naturales buenos, pero si no est¨¢s bien en todos los tercios, la corrida no es buena y la oreja no te la llevas", sentencia otro.
"Sobre todo se equivoc¨® en la puesta en escena. Los del PSOE iban esta vez muy preparados. Empezaron a provocarle desde el primer minuto, algo parecido a lo que pas¨® en ese famoso debate de Borrell y el devengo de caja. Y, como ¨¦l, entr¨® al trapo. Zapatero no quiso hacer sangre con el 'si ustedes no saben leer' que solt¨® Rajoy, pero dicho por el l¨ªder del centro derecha a los diputados de la izquierda eso son¨® fatal. Quer¨ªa decir otra cosa, pero son¨® clasista", se?ala un diputado habitualmente muy poco cr¨ªtico.
Otros veteranos echaron de menos en Rajoy un discurso m¨¢s de fondo, sobre la nueva econom¨ªa del siglo XXI de la que habl¨® Zapatero, en vez de insistir en las medidas que funcionaron en 1996, en un mundo muy distinto.
Los marianistas m¨¢s fieles contratacan. Sostienen que lo m¨¢s importante es la soledad de Zapatero, que qued¨® en evidencia. El propio Rajoy compareci¨® ayer en rueda de prensa, algo muy poco habitual, para insistir en esa soledad. Pocos minutos antes, en una conversaci¨®n informal con periodistas, Rajoy se daba "vencedor por goleada" aunque despu¨¦s, ante las c¨¢maras, moder¨® su entusiasmo. "Creo que fue bien, pero eso no me importa ahora".
En cualquier caso, y despu¨¦s de la victoria en las gallegas, el ruido de pasillos del PP ya apenas pone en cuesti¨®n el liderazgo de Rajoy. Aunque s¨ª mete el miedo en el cuerpo. "No hay alternativa a Rajoy, ni nadie trabajando en ella, pero por primera vez hay gente pregunt¨¢ndose ?Y si perdemos las europeas?", concluye un dirigente.
El PP, con la enorme capacidad de recuperaci¨®n que caracteriza a los pol¨ªticos, ya est¨¢ pensando en la campa?a y se consuela con la idea de que la crisis econ¨®mica sigue ah¨ª, "y cada d¨ªa hace m¨¢s da?o a Zapatero que 100 debates juntos", sentencia otro diputado. De momento, hay que ganar como sea las europeas, repiten todos. Una derrota, que nadie ve hoy, abrir¨ªa una crisis de consecuencias imprevisibles.
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