Novilleros, entre la dignidad y el pago para poder torear

"Los novilleros pueden seguir tres caminos: o eres suficientemente bueno y toreas por tus m¨¦ritos, o no toreas, o pones dinero". Quien habla as¨ª es Juan Carlos Rey, el novillero que ayer cerraba el cartel de la novillada de Madrid: "Yo estoy en el primero de los grupos". Y a?ade: "Puedo asegurar que ni yo ni quien me lleva hemos tenido que poner dinero nunca. Pero lo mismo que digo que esto es cierto, aunque pusiera, no lo reconocer¨ªa. Eso, ni yo ni nadie lo va a reconocer". En el momento de ser entrevistado s¨®lo pensaba en la corrida de ayer, consciente de que un triunfo en Madrid ser¨ªa fundamental para el desarrollo de su carrera.

Francisco Pajares, el novillero que abri¨® ayer plaza en Madrid, entiende el tema casi como una cuesti¨®n de honor. "Yo me he hecho torero para ganar dinero a cambio de jugarme la vida y no entiendo que pueda ser de otro modo", dice poco antes de entrar en capilla con la ¨²nica idea de triunfar y conseguir unos contratos de los que no andaba sobrado.

Otra es la actitud de Pablo Lechuga, que completaba la terna y que el pasado a?o se alz¨® con el Zapato de Oro de Arnedo de la localidad riojana que organiza anualmente una interesante feria de novilladas, a la que acuden los mejores valores del escalaf¨®n: "Esto es muy duro y hay mucha competencia, mucha gente arreando, pero las cosas me est¨¢n rodando bien. Voy andando haciendo mi camino y conf¨ªo en como est¨¢ haciendo las cosas mi apoderado".

Casi un milagro

"M¨¢s del 90% de los novilleros actuales se forman en las escuelas de tauromaquia", destaca Felipe D¨ªaz Murillo, director de la Marcial Lalanda de Madrid. Desde la fundaci¨®n de la misma, en 1981, han pasado alrededor de 3.000 alumnos por ella, de los cuales tomaron la alternativa 118, y de ¨¦stos, muy pocos lograron vivir como matadores. La proporci¨®n de figuras del toreo -Joselito, El Fundi, el malogrado Yiyo- resulta ya casi exigua, lo que da idea de lo dura y selectiva que resulta la profesi¨®n de torero.

La proporci¨®n viene a ser aproximadamente de una novillada por cada dos corridas de toros: "Otro factor que perjudica enormemente el desarrollo de los novilleros cuando, lo l¨®gico, es que fuera al rev¨¦s", afirma D¨ªaz Murillo. "Los nombres nuevos tienen que pasar inevitablemente por Madrid e intentar triunfar en esta plaza si es que quieren darse a conocer. Qu¨¦ duda cabe que, si no es as¨ª, los chavales necesitan de la figura de un ponedor que les financie para que puedan torear".

En cualquier caso, D¨ªaz Murillo cita la frase escrita en una de las paredes de la escuela: "Ser torero es casi un milagro".