Entre la espalda y la pared
Caneda regresa a Segunda B con el Compos y vuelve a ser referencia en Santiago
"La gente puede pensar que soy un bocazas, un atrevido o un loco, pero lo ¨²nico que soy es un tipo orgulloso". Vuelve Jos¨¦ Mar¨ªa Caneda, una especie ¨²nica que muchos creyeron en extinci¨®n. "Ten¨ªan que haberme demostrado que yo estaba equivocado, pero sab¨ªa que no lo iban a conseguir". Habla de un grupo de empresarios a los que declina identificar, de "los aparentones" que le quisieron sepultar. "Hay tipos que si ma?ana montas una f¨¢brica de mocos quieren ser presidentes", zanja.
A Caneda le gusta mandar y es el mismo de siempre, excesivo, contundente, desatado. "Si me hubiera hundido, estar¨ªa ahora con muy mala salud tirado en un sof¨¢. En cinco a?os volveremos a Primera y el que me llame loco es su problema", asegura. Por ahora el Compostela acaba de llegar a Segunda B, lo que no es poco para un club que en 2004 entr¨® en proceso de liquidaci¨®n y descendi¨® dos categor¨ªas de golpe, a Tercera deportivamente y a Regional por impagos.
"En cinco a?os volvemos a Primera y el que me llame loco es su problema"
"Cuanto m¨¢s arriba estemos, mejor nos defenderemos", augura el presidente
Fue entonces cuando Caneda cre¨® una nueva sociedad, Campus Stellae. Luego obtuvo en subasta p¨²blica los derechos sobre el nombre Sociedad Deportiva Compostela. Es ah¨ª donde nace la pol¨¦mica porque Julio Meana, el presidente de la Federaci¨®n Gallega de F¨²tbol y miembro de la espa?ola, ha apuntado que el club debe abonar la deuda de 300.000 euros que origin¨® aquel descenso administrativo hace cinco a?os para poder competir en Segunda B.
Pero Caneda asegura que todo est¨¢ en orden -"no hay ning¨²n problema, s¨®lo que a veces los federativos piensan que est¨¢n por encima de la ley"-, tira millas sin temor a que el club se enzarce en mara?as judiciales y lanza una sentencia que encierra muchas claves para entender su ideario. "Cuanto m¨¢s arriba estemos, mejor nos defenderemos". Por ahora todo le sale bien: acaba de ascender y el Ciudad de Santiago, el proyecto larvado de suplir al Compostela, ha hecho p¨²blica su renuncia a competir en Segunda B, acuciado como est¨¢ por las deudas. Caneda sostiene que era viable seguir con dos equipos en Santiago, pero lo cierto es que el Ciudad no ten¨ªa ni apoyo empresarial ni social, as¨ª que la esed¨¦ se queda sin competencia y al tiempo ha recuperado, con alguna prevenci¨®n mutua, la sinton¨ªa con el Ayuntamiento. "Con Bugallo [el alcalde] me llevo bien, es recto y listo y, si lo sabes llevar, buena persona. Pero tambi¨¦n siguen ah¨ª los mismos de siempre, los que me jodieron", apunta Caneda, que la semana pasada tras los fastos y las recepciones del ascenso ya hac¨ªa cuentas.
"Desde 2006, el Compostela me ha costado unos 270.000 euros, pero quiero que la gente se ilusione. La pr¨®xima temporada tendremos un presupuesto de medio mill¨®n de euros, pero no gastaremos todo y el objetivo a¨²n as¨ª ser¨¢ el ascenso". El Pontevedra, por ejemplo, se qued¨® este a?o en mitad de la tabla con casi dos millones. "Me dar¨ªa verg¨¹enza estar 30 a?os para subir a Segunda y bajar al a?o siguiente", espeta.
Caneda tira con bala y ofrece lecciones de gesti¨®n. Asegura que durante 17 a?os mantuvo al club sin n¨²meros rojos y encuentra los culpables del colapso que acab¨® con aquella aventura: "Fueron la televisi¨®n gallega y el Ayuntamiento, que no nos pagaron lo acordado". Por eso regresa lleno de raz¨®n y con el mismo discurso de anta?o. "Con lo que gasta el Madrid" ,asegura, "yo ser¨ªa campe¨®n 20 a?os seguidos, lo que pasa es que la gente no conoce el oficio por buenos futbolistas que hayan sido". Y deja claro que todos los fichajes del gran Compostela fueron cosa suya, que ejerc¨ªa de presidente y de secretario t¨¦cnico y que seguir¨¢ haci¨¦ndolo por m¨¢s que ahora tenga un director deportivo en el club: "Es mi primo y lo consensuamos todo".
Vuelve Caneda, el presidente que sac¨® al Compostela de las catacumbas futbol¨ªsticas para llevarlo a la cima, pero tambi¨¦n el que pilot¨® su desplome, el del bochornoso incidente con Jes¨²s Gil, el habitante con menos mano izquierda de los palcos. En las zonas nobles a muchos les incomodaba su presencia, su talante lenguaraz, sus peculiares patadas al diccionario. Tuvo un rifif¨ª con Fernando V¨¢zquez, acus¨® a sus jugadores de salir al campo amerdentados, reclam¨® que le creyeran a pies juntitos, pidi¨® que pagaran la c¨¢psula de rescisi¨®n y que nadie se rascase las vestiduras. Lleg¨® a reclamar, sin ¨¦xito, que era mejor que no se iniciaran las hostialidades. "Tengo la diplomacia que quiero, lo que pasa es que no me gusta usarla y s¨¦ perfectamente c¨®mo hablo. ?Por qu¨¦ no voy a poder decir que estoy entre la espalda y la pared si es cierto que hay espacio entre la espalda y la pared?", pregunta.
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