Interior atribuye el asesinato a huidos del ¨²ltimo golpe al 'comando Vizcaya'
La bomba lapa, de dos kilos, fue colocada junto al dep¨®sito de combustible - Compa?eros de Puelles no se explican c¨®mo no descubri¨® el artefacto
Un d¨ªa como ayer, hace 22 a?os, ETA cometi¨® en el Hipercor de Barcelona el mayor atentado de su historia, con 21 muertos y 45 heridos. Y ayer mismo, la banda perpetr¨® el primer atentado mortal contra el primer Gobierno socialista de la historia de Euskadi. Un grupo de terroristas sin fichar (legales), escapados del ¨²ltimo golpe al comando Vizcaya, asesin¨® al inspector de polic¨ªa Eduardo Puelles Garc¨ªa, de 49 a?os. Lo hizo recurriendo a la bomba lapa, un m¨¦todo con el que ya se ha cobrado 39 v¨ªctimas. Y lo han matado para intentar demostrar que pese a su debilidad y al acoso que sufre sigue conservando su capacidad letal y que sus objetivos prioritarios son los de siempre: los que ETA llama "los uniformados".
Todos los agentes estaban advertidos de que deb¨ªan elevar la autoprotecci¨®n
Puelles era conocido en su barrio y en ¨¢mbitos de la izquierda 'abertzale'
Puelles era un veterano y sab¨ªa a la perfecci¨®n que era m¨¢s que un potencial objetivo de los terroristas. Por ello es dif¨ªcil pensar que descuidase su seguridad, que no mirase los bajos de su veh¨ªculo, y m¨¢s ahora, cuando en las fechas previas y posteriores a la investidura de Patxi L¨®pez como lehendakari, se hab¨ªa instado a todos los agentes, a los escoltas, a los amenazados, a todos, que extremasen las medidas de seguridad antiterroristas.
Es cierto que miembros de los servicios antiterroristas explicaban ayer que, en ocasiones, "la rutina" lleva al descuido. Y tambi¨¦n es cierto que el lugar donde el inspector hab¨ªa aparcado el coche (oficial, pero sin distintivo, con matr¨ªcula reservada; su coche privado era otro), en un lugar apartado y solitario pero pr¨®ximo a su casa, lo hac¨ªa presa f¨¢cil. El asesinado era muy conocido. Por un lado, llevaba a?os viviendo en ese barrio de Santa Isabel, en Arrigorriaga, con su mujer y sus hijos. Eran muchos los que sab¨ªan que era polic¨ªa y que ten¨ªa un hermano ertzaina. Adem¨¢s, como responsable del grupo de seguimientos, era conocido en c¨ªrculos de la izquierda abertzale.
Estas dos circunstancias le se?alaban doblemente, algo que Puelles sab¨ªa perfectamente, seg¨²n sus compa?eros y conocidos. Como sab¨ªa que en septiembre un compa?ero suyo de Basauri tuvo adosada a los bajos de su coche otra bomba lapa, cuyo mecanismo fall¨®, y que fue detectada cuando el agente lleg¨® al control de acceso de su acuartelamiento.
Las primeras investigaciones apuntan a que la bomba fue colocada para que no fuera vista. El artefacto, de unos dos kilos de explosivo, seg¨²n las primeras estimaciones de los artificieros, fue colocado en la parte trasera del veh¨ªculo, pegado al dep¨®sito de combustible. Eso explica el r¨¢pido incendio que acab¨® abrasando al agente cuando a¨²n estaba con vida. Habitualmente, este tipo de bombas suelen colocarse en la delantera, en una zona pr¨®xima al asiento del conductor.
La hip¨®tesis de que el ataque ha sido perpetrado por legales escapados de la redada contra el comando Vizcaya, en la que cay¨® Arkaitz Goikoetxea Basabe (uno de los elegidos para ejecutar el plan de fuga de la c¨¢rcel de Huelva), obedece al hecho de que una docena de atentados perpetrados en Vizcaya desde el final de la tregua a¨²n est¨¢n sin esclarecer.
Despu¨¦s de que la Guardia Civil desarticulara en julio del a?o pasado el comando Vizcaya de Goikoetxea, la Ertzaintza (polic¨ªa vasca) record¨® en una nota interna, de 30 de julio de 2008, que quedaban "por aclarar y atribuir al menos 20 acciones violentas y terroristas" en Euskadi y que "parte de la estructura del grupo de liberados [fichados] y colaboradores legales ha podido quedar intacta". La nota policial interna daba como "muy probable que los colaboradores legales de ETA no detenidos puedan volver a cometer alg¨²n atentado, dirigido en esta ocasi¨®n contra la Ertzaintza". La v¨ªctima ha sido un uniformado pero de la Polic¨ªa Nacional.
De esos atentados sin aclarar, dos fueron perpetrados con bomba lapa (sin ¨¦xito), uno incluso en la misma zona, donde tambi¨¦n est¨¢ sin aclarar el ataque contra la Casa del Pueblo, del PSE. A menos de un kil¨®metro, en el barrio de La Pe?a, en Bilbao, revent¨® el 9 de octubre de 2007 el coche que conduc¨ªa el escolta Gabriel Gin¨¦s, guardaespaldas del concejal socialista de Galdakao Juan Carlos Dom¨ªnguez. El modus operandi de aquel atentado fue pr¨¢cticamente igual al de ayer: una bomba lapa colocada en la parte de atr¨¢s del coche, junto al dep¨®sito de gasolina, para provocar mayor da?o si cabe. El escolta sali¨® herido, pero vivo y por su propio pie.
El otro atentado en el barrio bilba¨ªno de la Pe?a se produjo el 17 de abril de 2008 contra la Casa del Pueblo socialista del citado barrio bilba¨ªno. La bomba, oculta dentro de un malet¨ªn atado a la puerta de acceso del local, ocasion¨® heridas leves a sietes ertzainas que desalojaban a los vecinos.
El asesinato de Puelles es el noveno de ETA tras la ruptura oficiosa de la tregua (con la bomba de la T-4). El anterior fue el 3 de diciembre de 2008, cuando un pistolero seg¨® con tres tiros la vida del empresario vasco Ignacio Uria, de 71 a?os, en Azpeitia (Guip¨²zcoa). Con ¨¦ste ya son 147 los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªas asesinados por la banda; los dos anteriores a Puelles, tambi¨¦n con bomba lapa.
Los servicios antiterroristas subrayan que con este atentado la banda busca sacudirse la imagen de debilidad que tiene entre los suyos, debido al acoso en el que se ve inmersa (sus jefes militares o pol¨ªticos caen con todos los papeles, casi cada tres meses). Y pretende transmitir que es ETA la que manda en el mundo radical abertzale y que quiere seguir matando.
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