"El jefe del Ej¨¦rcito desobedeci¨® a su comandante, que soy yo"
M¨¢s que un palacio presidencial, la residencia oficial de Manuel Zelaya parece un patio de vecinos. Hay tipos con sombrero tocando el guitarr¨®n, madres que dan de mamar a sus hijos sentadas en las escaleras, parejas que se buscan y se encuentran entre los pliegues de las cortinas. La madrugada del viernes 26 de junio, el presidente de Honduras lleg¨® a temer que los militares golpistas entraran para matarlo, y como no se pod¨ªa fiar de la polic¨ªa ni de los jueces ni tampoco de los pol¨ªticos, llam¨® a los ciudadanos. Ellos ser¨ªan su guardia de corps. Y aqu¨ª siguen, repartidos por las estancias, hundi¨¦ndose en las alfombras... Manuel Zelaya Rosales, de 56 a?os, casado y padre de cuatro hijos, se acerca a saludarlos de vez en cuando, les regala un abrazo con su porte de gigante y vuelve a refugiarse en la inmensidad vac¨ªa de su despacho. Zelaya sigue adelante con su proyecto de consultar a los hondure?os hoy domingo si est¨¢n de acuerdo con que en el futuro los presidentes puedan ser reelegidos.
"Si a¨²n conservo el cargo es gracias a que EE UU no apoy¨® el golpe"
"Voy a terminar mi mandato en enero de 2010. No voy a seguir en el poder"
Pregunta. ?Tiene usted el control del pa¨ªs?
Respuesta. S¨ª. S¨ª... Yo creo que de una buena parte s¨ª. Ya distribuimos el material de la encuesta en 15.000 comunidades. Y eso es lo que se trataba de evitar, que distribuy¨¦ramos el material. Se us¨® todo el poder del Estado burgu¨¦s para impedirlo. Se usaron los jueces, se usaron los militares, los grupos medi¨¢ticos. No lo pudieron impedir. Lo distribuimos.
P. ?Y controla al Ej¨¦rcito?
R. En este momento s¨ª... Lo tengo... mientras no d¨¦ ¨®rdenes que afecten a los ricos.
P. Usted pidi¨® hace unas horas que los militares se fueran a los cuarteles. ?Le han hecho caso?
R. Vamos a verlo ma?ana. Ma?ana yo espero que no est¨¦ ninguno en la calle.
P. ?C¨®mo calificar¨ªa la situaci¨®n del pa¨ªs en estos momentos?
R. Baj¨® la presi¨®n. Hab¨ªa una presi¨®n del 90% y baj¨® a un 10%.
P. ?Y c¨®mo se mide eso?
R. Hay calma. Pero los peligros siempre son latentes en una democracia. Especialmente ahora que se insubordinaron las Fuerzas Armadas.
P. ?C¨®mo se le puede llamar a lo que est¨¢ pasando aqu¨ª?
R. Una conspiraci¨®n para impedir que el pueblo se organice y demande derechos.
P. ?Lo que desencaden¨® la crisis fue realmente la destituci¨®n del jefe de las Fuerzas Armadas o eso s¨®lo fue lo que se vio?
R. Efectivamente, esa es s¨®lo una parte del proceso conspirativo. La Corte confeccion¨® tres resoluciones para declarar ilegal la consulta del domingo. El Congreso intent¨® declararme incompetente para gobernar. Me declar¨® trastornado, que estaba fuera de mi juicio. Eso lo hicieron para poder pedir despu¨¦s a las Fuerzas Armadas que dieran un golpe.
P. Sabiendo eso, ?por qu¨¦ destituy¨® al general?
R. Porque desobedeci¨® la orden de dejar el material electoral en los colegios.
P. ?S¨®lo por eso?
R. Es que eso es muy grave. ?l desobedeci¨® una orden del comandante de las Fuerzas Armadas, que soy yo. Y un militar no puede desobedecer una orden. El Ej¨¦rcito tiene que ser un organismo apol¨ªtico, no deliberante y obediente. Y ahora se ha metido a crear un Estado aparte del Estado civil. Nos cost¨® tres d¨¦cadas someter a las Fuerzas Armadas al Estado civil y, al desobedecerme, volvieron a convertirse en un Estado atrincherado en los cuarteles.
P. La oposici¨®n dice que lo que en realidad hay detr¨¢s de la consulta del domingo es su intento de perpetuarse en el poder.
R. Mire... Honestamente. No tengo ninguna opci¨®n de quedarme en el poder. La ¨²nica ser¨ªa romper el orden constitucional y no lo voy a hacer.
P. ?Es su palabra?
R. S¨ª, yo voy a terminar mi gobierno el 27 de enero del 2010. Eso es lo que voy a hacer. Pero s¨ª voy a dejar un proceso para abrir la democracia, abrir la econom¨ªa abrir la posibilidad de que un presidente pueda ser reelegido en el futuro. Aunque no s¨¦ si para entonces voy a estar disponible.
P. ?Cu¨¢l es su modelo?
R. Mire. Yo me he ubicado en un centro-izquierda como Gobierno, porque practico ideas liberales, pero con una tendencia socialista, social, muy acercada a integrar al ciudadano a sus derechos.
P. Pero usted no es un hombre que proced¨ªa de la izquierda...
R. As¨ª es, yo vengo m¨¢s bien de sectores muy conservadores.
P. Y en qu¨¦ momento se cae del caballo...
R. Ja, ja... No, m¨¢s bien, en qu¨¦ momento me subo al caballo... Mire, yo pens¨¦ hacer los cambios desde dentro del esquema neoliberal. Pero los ricos no ceden un penique. Los ricos no ceden nada de su plata. Todo lo quieren para ellos. Entonces, l¨®gicamente, para hacer cambios hay que incorporar al pueblo.
P. ?No cree que el apoyo de Hugo Ch¨¢vez a su Gobierno puede significar el abrazo del oso?
R. Ch¨¢vez me ha ayudado en la crisis. ?se apoyo lo busqu¨¦ yo. No me buscaron ellos a m¨ª. Al principio hubo pa¨ªses que se opusieron, no s¨¦ por qu¨¦. Ch¨¢vez es un dem¨®crata. Hace elecciones todos los d¨ªas. Ahora ya se ha aceptado mi cercan¨ªa con Fidel Castro, con Hugo Ch¨¢vez.
P. Un 10% de los hondure?os trabaja en EE UU, ?no se pueden ver perjudicados por su alineaci¨®n con la izquierda?
R. No creo. Porque la relaci¨®n con EE UU es muy buena. Y Barack Obama, adem¨¢s, es hijo de un emigrante, es sensible al tema.
P. ?Qu¨¦ papel ha jugado EE UU en la intentona de golpe?
R. Pues mire, hay que ser justos. Aqu¨ª estaba todo listo para dar un golpe y si la Embajada de EE UU lo hubiera aprobado, hubieran dado el golpe. Pero la Embajada de EE UU no aprob¨® el golpe. Y f¨ªjese lo que le voy a decir: si ahora mismo estoy aqu¨ª sentado, en la Casa Presidencial, hablando con usted, es gracias a Estados Unidos.
P. Explique eso, presidente...
R. Esta madrugada pasada [del viernes], a la una o las dos, el Congreso estaba pasando un decreto para inhabilitarme y las Fuerzas Armadas estaban reunidas. Pero hubo llamadas -no le puedo referir exactamente de qu¨¦ personas, de d¨®nde a d¨®nde-, y esas llamadas desarticularon el golpe.
P. Lo puede explicar un poquito m¨¢s...
R. S¨ª. Todo estaba listo para el golpe y empezaron a llegar llamadas de fuera del pa¨ªs, de la OEA, del Alba, de Centroam¨¦rica, de todo el Caribe...
P. Y de Estados Unidos...
R. S¨ª, y fue una llamada clave. EE UU se puso muy claramente de parte del Gobierno, no de los golpistas.
P. ?Temi¨® perder algo m¨¢s que el poder?
R. S¨ª, la verdad es que s¨ª. Se me avis¨® de que a las tres de la ma?ana me iban a venir a capturar, me iban a sacar de aqu¨ª amarrado y Dios sabe qu¨¦ iban a hacer conmigo. Yo di la alerta y mil o dos mil partidarios rodearon la casa presidencial. Para poder capturarme hubieran tenido que hacer una masacre, porque de todo Honduras vino gente. Mi guardia personal estaba tambi¨¦n en alerta. Les hubiera costado hacerme algo. Y, si lo hubieran logrado, el pueblo ya estaba con una estrategia para responder.
P. ?Por qu¨¦ se ha quedado usted tan solo, presidente?
R. Es que estamos hablando del Estado burgu¨¦s. El Estado burgu¨¦s lo componen las ¨¦lites econ¨®micas. Est¨¢n en las c¨²pulas de los ej¨¦rcitos, de los partidos, de los jueces, y ese Estado burgu¨¦s se siente vulnerado cuando yo empiezo a proponer que el pueblo tenga voz y voto.
P. ?C¨®mo le va a cambiar en lo pol¨ªtico, pero tambi¨¦n en lo personal, los momentos de crisis, vividos en las ¨²ltimas horas?
R. ...[Manuel Zelaya se queda callado] ?Qu¨¦ me va a cambiar? Si salgo fortalecido [en las urnas] este domingo... Quiz¨¢s tendr¨¦ que acercarme m¨¢s a los grupos de poder. Tendr¨¦ que acercarme m¨¢s a ellos y convencerles. Decirles que no estoy contra ellos, que esto es un proceso hist¨®rico, que tienen que cooperar... Tienen que comprender que la pobreza no se acabar¨¢ hasta que las leyes no las hagan los pobres.
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