?lvaro Garc¨ªa Meseguer, un ingeniero humanista
?lvaro Garc¨ªa Meseguer falleci¨® el 27 de junio, tras a?os de resistirse, disciplinadamente y con gran entereza, a un c¨¢ncer contumaz. Pertenec¨ªa a una subespecie, no muy numerosa, pero que ha producido espec¨ªmenes muy valiosos: la de los ingenieros humanistas, capaces de ejercer el magisterio en varias y muy diversas materias. En efecto, durante muchos a?os de trabajo en el Instituto Eduardo Torroja del CSIC, se convirti¨® en una referencia internacional en el campo del hormig¨®n armado, sobre lo que public¨® muchas obras; edit¨® una imprescindible revista del ¨¢mbito; contribuy¨® a la elaboraci¨®n de normas t¨¦cnicas, y public¨® numerosas monograf¨ªas.
En los bulliciosos a?os de la Transici¨®n, se empez¨® a ocupar del sexismo en el lenguaje, con planteamientos que a los fil¨®logos pedantes nos parec¨ªan ingenuos y propios de un aficionado, pero que en medios feministas tuvieron gran acogida: "Meseguer, te queremos conocer", se coreaba en las primeras manifestaciones del feminismo madrile?o. Public¨® varios libros, divertidos y cada vez m¨¢s s¨®lidos, profesionales y convincentes, hasta el ¨²ltimo, de 2008, sobre clases y categor¨ªas de nombres comunes, que ya no era obra de un aficionado: el ingeniero hab¨ªa devenido gram¨¢tico.
Pol¨ªtica y ¨¦tica
Supongo que por influencia de su mujer, Pilar Yzaguirre, de personalidad huracanada, empez¨® a traducir textos dram¨¢ticos, como la recreaci¨®n de La Celestina de Robert Lepage, que represent¨® en 2004 una inmensa N¨´ria Espert. En eso sigui¨® hasta el final: en mi ¨²ltima visita en la cl¨ªnica, traduc¨ªa frente al ordenador los subt¨ªtulos de una versi¨®n teatral del 1984 de Orwell.
Aparte de estas actividades, en las que lleg¨® a alcanzar un nivel muy alto de calidad, en pol¨ªtica, en cambio, sol¨ªa elegir con frecuencia el bando de los perdedores, porque comet¨ªa una y otra vez el error de confundirla con la ¨¦tica, o con la racionalidad.
Fue muy comentada en su d¨ªa, al respecto, una ocurrencia suya de escribirles sendas cartas a Pujol y a Arzalluz, reclam¨¢ndoles que contribuyesen a pagar una apuesta que ¨¦l hab¨ªa perdido por culpa, seg¨²n ¨¦l, de estos dos destinatarios de sus cartas. Pujol no le contest¨®, pero Arzalluz s¨ª y le adjunt¨® una fotocopia de un billete de 5.000 pesetas porque, como los originales de su factura se los hab¨ªa enviado a Pujol y, en cambio, al l¨ªder del PNV s¨®lo una fotocopia, ¨¦ste le contest¨® con una fotocopia del billete que reclamaba. He de recordar tambi¨¦n sus contribuciones a la evaluaci¨®n y gesti¨®n de programas de I+D, donde destacaba por su lucidez, capacidad de relaci¨®n y de s¨ªntesis, y por su ponderaci¨®n.
Ser¨¢ f¨¢cil, aunque doloroso, borrar su direcci¨®n de la agenda de correo electr¨®nico, pero imposible borrarlo del disco duro de los recuerdos y de los afectos. Era tolerante, ecu¨¢nime, generoso y sabio. Sit illi terra levis.
Javier L¨®pez Facal es profesor de investigaci¨®n del CSIC.
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