Un a?o de la Uni¨®n para el Mediterr¨¢neo
El 13 de julio del 2008 surge en Par¨ªs la Uni¨®n para el Mediterr¨¢neo (UPM), en el fondo una simple remodelaci¨®n del Proceso de Barcelona que Espa?a hab¨ªa contribuido a poner en marcha en 1995. Para este viaje no se necesitaban alforjas, pero otra muy diferente hab¨ªa sido la intenci¨®n originaria de Nicolas Sarkozy, el promotor de esta segunda fase.
En febrero de 2007, en un mitin en Tol¨®n, el entonces candidato a la presidencia propone una Uni¨®n ¨²nicamente de los pa¨ªses ribere?os que sustituya al Proceso de Barcelona que en 12 a?os se habr¨ªa mostrado poco eficaz. Sarkozy persegu¨ªa tres objetivos: uno inmediato, atraerse los votos de los franceses de origen magreb¨ª o del Oriente Pr¨®ximo, al anunciar grandes proyectos de desarrollo en el Mediterr¨¢neo sur; otro, a m¨¢s largo plazo, restaurar la hegemon¨ªa de Francia en la regi¨®n, y de manera m¨¢s subrepticia, dar una salida a Turqu¨ªa, ante la que Francia mantiene el rechazo a su integraci¨®n plena en la UE.
El desarrollo social y econ¨®mico ser¨ªa la mejor contribuci¨®n a la paz en la ribera sur
El proyecto cont¨® desde el primer momento con la decidida oposici¨®n de Italia y Espa?a, y, aunque totalmente modificado, s¨®lo se salv¨® por la intervenci¨®n de Alemania, que sin tener costas en el Mediterr¨¢neo, est¨¢ muy implicada en la regi¨®n por sus intereses econ¨®micos. La UPM se convirti¨® en una instituci¨®n de los Veintisiete que contin¨²a el Proceso de Barcelona que, en palabras de la se?ora Merkel, "s¨®lo necesitaba ser revitalizado". Cuando logr¨® que se designara a Barcelona sede del secretariado permanente, Espa?a no tuvo inconveniente en aceptar la refundaci¨®n.
La remodelaci¨®n ha significado en primer lugar una secretar¨ªa general, y cinco vicesecretar¨ªas, de las que una va a Israel y otra a Palestina, algo que no pudo conseguirse en el anterior proceso, al rechazar los pa¨ªses ¨¢rabes que Israel pudiera ocupar una posici¨®n directiva. El objetivo principal es cooperar en proyectos concretos para los que se establecen las prioridades de actuar contra la contaminaci¨®n del Mediterr¨¢neo, una regi¨®n que recibe 200 millones de turistas, imprescindibles para sus econom¨ªas; pol¨ªticas comunes para enfrentarse a grandes cat¨¢strofes, naturales o directamente debidas al factor humano; un plan para la utilizaci¨®n de la energ¨ªa solar, o mejora de las comunicaciones terrestres y mar¨ªtimas.
En una reuni¨®n internacional, celebrada en Berl¨ªn el 17 de junio, dedicada a evaluar el primer a?o de la UPM, el ministro de Estado, G¨¹nter Gloser, pronunci¨® una conferencia en la que quedaron claras las dos preferencias alemanas: controlar la emigraci¨®n ilegal de una regi¨®n con una poblaci¨®n juvenil creciente en paro, y promocionar la energ¨ªa solar, campo en el que Alemania ya es t¨¦cnicamente competitiva con Espa?a, con el fin de producirla en el Magreb y reimportarla a Alemania.
Ni que decir tiene que otra muy diferente es la perspectiva del sur, que considera que una verdadera cooperaci¨®n que contribuya al desarrollo de la regi¨®n, exige desde una pol¨ªtica agr¨ªcola europea que permita la exportaci¨®n de productos agrarios al norte, a la creaci¨®n de un banco euro-mediterr¨¢neo que facilite la financiaci¨®n de los grandes proyectos con los que hasta ahora s¨®lo se especula, pasando por eliminar las fuertes restricciones a la hora de facilitar los visados para que la juventud de estos pa¨ªses pueda estudiar en Europa.
Sarkozy hab¨ªa atribuido el fracaso del Proceso de Barcelona a que la UE habr¨ªa centrado su inter¨¦s en su Este, dejando desamparado el sur del Mediterr¨¢neo, que s¨®lo importar¨ªa a los pa¨ªses ribere?os. Un a?o de la UPM ha puesto de manifiesto que el conflicto israel¨ª-palestino, que hab¨ªa congelado el proceso, ha paralizado tambi¨¦n la nueva versi¨®n. Tampoco se han visto confirmadas las voces que piden proyectos concretos, sin esperar al fin de un conflicto, cuya soluci¨®n no se divisa en el horizonte: el desarrollo social y econ¨®mico ser¨ªa la mejor contribuci¨®n a la paz. Adem¨¢s del conflicto principal ¨¢rabe-israel¨ª, no son desde?ables otros internos, como el que enfrenta a Marruecos con Argelia en el S¨¢hara occidental, que hace imposible la gran autopista que comunicase el Magreb, o la posici¨®n de Libia, que considera la cooperaci¨®n con Europa una vuelta al colonialismo.
El que no se divise a mediano plazo una forma eficaz de cooperaci¨®n entre las dos riberas del Mediterr¨¢neo, cuando el desnivel de renta es de 1 a 10, tal vez el mayor del mundo, no permite ning¨²n buen augurio sobre lo que se nos viene encima.
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