La crono y la nostalgia

Hoy me pongo a escribir tarde y con el ¨¢nimo un poco alterado. La crono por equipos ha terminado hace ya unas cuatro horas, acabo de hablar por el skype con Flecha, uno de mis compa?eros de equipo en Francia, y ya le falta poco para ir a la cama. Para m¨ª no ha sido muy dura, me ha dicho, y la verdad es que no parec¨ªa muy cansado.

El otro d¨ªa me escrib¨ªa un mensaje de ¨¢nimo uno de los m¨¦dicos de mi equipo, y me dec¨ªa que adem¨¢s de recuperarme f¨ªsicamente, que es en lo que estoy centrado, que no me olvide del componente psicol¨®gico, que tambi¨¦n es importante y a veces lo olvidamos. Y creo que eso es lo que me tiene hoy alterado, el hecho de que hoy se haya disputado una crono por equipos. Ha sido ver a los equipos en formaci¨®n, y me ha atrapado la nostalgia.

Y es que aunque me ca¨ª en la octava etapa del Giro, tras varias etapas en l¨ªnea, mis primeros recuerdos despu¨¦s del estado de coma ligados a una bicicleta me remit¨ªan a una contrarreloj por equipos. No sab¨ªa entonces decir ni d¨®nde ni cu¨¢ndo, pero yo me ve¨ªa a m¨ª mismo acoplado a mi Giant negra de carbono, metiendo bien la cabeza entre los hombros, enfundado en un estrecho buzo de lycra y atrapado por el rumor del rodaje de la rueda lenticular. Muy concentrado y tratando de seguir la rueda de mis compa?eros gastando la menor fuerza posible, reserv¨¢ndola para cuando me tocase el relevo.

Me dijeron que s¨ª, que aquello fue en la primera etapa del Giro, en el Lido de Venecia. Pero que luego vinieron unos d¨ªas m¨¢s, y otros. Etapas en l¨ªnea normales y corrientes. Luego lleg¨® el d¨ªa de mi ca¨ªda, cuyas consecuencias estaba entonces sufriendo. Pero yo no me acordaba de nada de todo aquello, y lo que es peor, tampoco lo entend¨ªa. Me hablaban de una ca¨ªda, pero yo me acordaba perfectamente del momento en el que cruzaba la meta de aquella contrarreloj; en solitario, descolgado de mis compa?eros tras un ¨²ltimo y prolongado esfuerzo a dos kil¨®metros de meta. No, me estaban enga?ando, yo ese d¨ªa no me ca¨ª, cruc¨¦ la meta con normalidad, y aquel Giro comenz¨® y termin¨® aquel mismo d¨ªa. Estaba convencido de ello, y en memoria no hab¨ªa ning¨²n dato que negase esta teor¨ªa.

?ste es el porqu¨¦ de mi nostalgia. M¨¢s tarde fui recordando gradualmente otros datos, peque?os detalles, pero son recuerdos m¨¢s difusos, impregnados de una peque?a niebla que no aclara si est¨¢n en el territorio del sue?o, o en el del recuerdo. Sin embargo, aquella crono por equipos fue real, no me cabe ninguna duda. La sufr¨ª y la disfrut¨¦ como s¨®lo se hace en una prueba de estas caracter¨ªsticas, tan diferente a todo lo dem¨¢s que nos podemos encontrar en el ciclismo. Aquel d¨ªa sufr¨ª hasta reventar, por eso que termin¨¦ descolgado, pero hoy disfruto tanto de ese recuerdo como disfrut¨¦ en aquel momento de la sensaci¨®n de haberlo dado todo. Esa es la misi¨®n en este tipo de pruebas, dar todo de ti mismo por el bien de todos tus compa?eros.

En fin, que se me perdone la digresi¨®n, pero la nostalgia ha podido conmigo, espero que se entienda. Astana ha ganado, y Cancellara sigue de l¨ªder, precisi¨®n milim¨¦trica de reloj suizo. Unas m¨ªseras cent¨¦simas han separado a Armstrong de hacer historia. Que nadie se conf¨ªe, que a¨²n tendr¨¢ m¨¢s oportunidades, y est¨¢ de momento en la posici¨®n id¨®nea para aprovecharlas.