Torta, piment¨®n y bombones de higo
Helga de Alvear y su colecci¨®n de arte se preparan para desembarcar en C¨¢ceres. Los arquitectos Tu?¨®n y Mansilla proyectan el edificio. La ciudad no pierde comba y quiere ser capital cultural en 2016
En el centro medieval de C¨¢ceres (92.187 habitantes) todo parece relativo. Carcajadas en una taberna y silencio en la calle, una piedra medieval morena y cal impoluta (aqu¨ª rod¨® Ridley Scott escenas de 1492), edificios sobrios con jardines interiores... Un lugar que mantiene esa dualidad de mostrarse poco por fuera y vivir hacia dentro. Con uno de los conjuntos monumentales mejor conservados de Espa?a, la ciudad, patrimonio mundial, no quiere ser ya un museo sin vida y apuesta por lo contempor¨¢neo con varios proyectos sorprendentes, como el Centro de Artes Visuales Fundaci¨®n Helga de Alvear. La Vetusta del Sur, como la llam¨® Leopoldo Alas Clar¨ªn, quiere sacudirse el polvo.
10.00 Aquel oro de Am¨¦rica
La quintaesencia de la Edad Media se encuentra entre murallas, pero antes habr¨¢ que situarse en medio de la luminosa plaza Mayor - (1), con fachadas limpias, el ayuntamiento y los soportales. Lo que m¨¢s sorprende es la torre de Bujaco, construida en el siglo XII sobre una fortificaci¨®n romana y con una leyenda de asedios y muertes. A subir. El arco de la Estrella fue una de las cuatro puertas de la ciudad. No hay tiendas(la cantidad de palacios, construidos con dinero del descubrimiento de Am¨¦rica, y la monumentalidad cacere?a han desviado de aqu¨ª el capitalismo).
11.15 Un santo entre palacios
La religiosidad sigue erre que erre. En la plaza de Santa Mar¨ªa (2) se levantan la concatedral y una estatua especial, la de san Pedro de Alc¨¢ntara, patr¨®n de Extremadura, al que los estudiantes, entre la chufla y la devoci¨®n, le besan los dedos de los pies para conseguir pareja. De ah¨ª que est¨¦n descoloridos. Aqu¨ª est¨¢n el palacio Episcopal y el de Mayorazgo, que en el siglo XVI reform¨® un lateral y lo convirti¨® en fachada. En un callej¨®n se ve el palacio de Carvajal (3) (actual diputaci¨®n provincial), con su torre redonda y su balc¨®n en la esquina, donde a falta de tel¨¦fonos m¨®viles sus moradores se enteraban de lo que pasaba en la calle.
13.00 Callejas a vista de p¨¢jaro
El sol calentar¨¢ el cogote, pero el fresco que sale de las puertas entreabiertas es una gozada. Aire acondicionado natural. Se llega a la plaza de San Jorge (4), con la iglesia de los jesuitas. A la derecha, el palacio de Mercedes Calle. La cuesta de la Compa?¨ªa lo pone dif¨ªcil, pero lograr la cima tiene premio: las vistas del campo, rubio, con el Sistema Central al fondo. Se puede entrar, por un euro, en la iglesia y contemplar las vistas desde el campanario. Como la ciudad es muy de cuidar sus costumbres, tiene junto al templo el singular Centro de Divulgaci¨®n de la Semana Santa (5), en el que se involucra al visitante con los cinco sentidos: el aroma a incienso, el sonido de las saetas y, lo m¨¢s sorprendente, la simulaci¨®n del peso de los pasos en el hombro...
15.00 En la casa del mono
Por el callej¨®n de don ?lvaro se llega, sin que nadie interrumpa el paso, al barrio de Arriba - (6). Perdidas en un callej¨®n est¨¢n las casas del mono y del sol, otros dos ejemplos de casas palaciegas. Llega la hora de comer. Quedan cerca los restaurantes Aldana (7) (Orellana, 1. 927 10 16 79) y El Corral de la Cig¨¹e?a (8) (cuesta de Aldana, 6. www.elcorralcc.com). Cuando salga de comer ver¨¢ un edificio cubierto con una malla: es el futuro hotel Atrio, una extensi¨®n del extraordinario restaurante Atrio (avenida de Espa?a, 22. 927 24 29 28). La obra del hotel, de los arquitectos Tu?¨®n y Mansilla, tuvo su pol¨¦mica. El primer proyecto se paraliz¨® porque era un cubo futurista en pleno casco hist¨®rico y los vecinos protestaron. El proyecto actual tiene m¨¢s en cuenta el entorno. Y los propios arquitectos han reconocido que todos, incluido el proyecto, salen ganando con el cambio. "El hotel establecer¨¢ sinergias con el parador y otros restaurantes de la zona", dicen. Est¨¢ previsto que se abra en 2010. La ciudad tambi¨¦n es una de las candidatas espa?olas a ser capital europea en 2016. Uno de los alicientes de la candidatura es la colecci¨®n de la galerista alemana Helga de Alvear, m¨¢s de 2.000 piezas que recorren el siglo XX a partir de los a?os sesenta, de T¨¤pies a Cindy Sherman, con una significativa presencia del arte alem¨¢n. El edificio que la albergar¨¢ se encuentra en fase de rehabilitaci¨®n (su apertura se prev¨¦ para 2010), y en el patio se levantar¨¢ otro singular icono arquitect¨®nico, tambi¨¦n de Tu?¨®n y Mansilla. Ser¨¢, seg¨²n los autores, "rabiosamente contempor¨¢neo". En total, 10.000 metros cuadrados que pondr¨¢n a C¨¢ceres en la ¨®rbita m¨¢s sugerente, en continente y contenido, del arte actual.
16.30 Vinos y antig¨¹edades
Reposar la comida bajo este sol impertinente no tiene gracia, as¨ª que una opci¨®n es correr hacia la calle de la puerta de M¨¦rida, junto a la plaza de Santa Clara, de una simplicidad extrema y sin embargo preciosa. Mientras la ciudad calla, en La Taberna de la Parte Antigua (9) se escucha rock, se est¨¢ fresco y se toma vino. ?Para qu¨¦ m¨¢s? Hay quien come a deshora: tapas abundantes que van de los tres a los cinco euros como jabal¨ª estofado, arbolitos de cecina y migas. El turista se puede dejar caer por las tiendas de antig¨¹edades Carlos A. Marcos (927 22 26 98) y A. Corrales Miura (927 22 55 67), las dos en la calle de la puerta de M¨¦rida.
18.30 Juder¨ªa en silencio
Se oyen pasos por la juder¨ªa o barrio de San Antonio - (10), pero lo ¨²nico que se ve es una se?ora abanic¨¢ndose en la puerta de su casa. La cal recuerda a un pueblo andaluz, como alguna otra calle de C¨¢ceres, aunque la ciudad tambi¨¦n se puede parecer a Castilla (piedra medieval) y a Portugal (azulejos de alguna fachada y enlosado de ajedrez t¨ªpicamente luso en ciertas plazas). Tierra de fronteras. Los tiestos con flores alegran la vista hasta que se llega a la puerta del R¨ªo, del Concejo o Arco del Cristo.
19.30 Aljibe que mira a Estambul
Una plaza solitaria, con sombras que forman figuras expresionistas, guarda dos tesoros: la Casa de las Cig¨¹e?as (11), donde se ubicaba el alc¨¢zar ¨¢rabe, y la Casa Veletas, que acoge el museo de la ciudad. Bajo esas salas se puede visitar un aljibe (siglos IX-XII) que probablemente perteneci¨® al desaparecido alc¨¢zar y tiene influencia bizantina: es una reproducci¨®n exacta a menor escala de las cisternas de Yerebat¨¢n, en Constantinopla (la actual Estambul). Sus arcos de herradura impresionan y no hace nada de calor. Si se pudiera merendar aqu¨ª... No se puede. Hay que correr a la tienda Sierra de Mont¨¢nchez (12) (plaza de la Concepci¨®n, 5. 927 21 20 25) para comprar torta del Casar, piment¨®n de la Vera y el aut¨®ctono bomb¨®n de higo.
22.00 Unos ba?os y unos bailes
Si es fin de semana, se puede aprovechar el ¨²ltimo pase (a las 22.00) para los ba?os ¨¢rabes El Aljibe (13) (Pe?a, 5. 927 22 32 56). Luego se tendr¨¢ que entregar a los bares que han hecho de la noche cacere?a una instituci¨®n desde los ochenta. Para empezar tranquilos hay que ir a La Habana (14) (Pizarro, 1) y Mar¨ªa Mandiles (15) (Sergio S¨¢nchez, 7). La movida pasa por La Traviata - (16) (Sergio S¨¢nchez, 8), Berl¨ªn (17) (plaza Mayor, 21) y La Bola (18) (avenida de la Ruta de la Plata, 3), donde disfrutar, por fases, del rock underground, el heavy cl¨¢sico, la electr¨®nica y el funky. Parece mentira, pero esos ba?os ¨¢rabes han cargado las pilas. Que gobierne la noche.
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