Encuentro en lo alto de la colonia

At the top of the Rock. Caruana eligi¨® cuidadosamente el escenario de la reuni¨®n del foro tripartito. Llev¨® a sus hu¨¦spedes al punto m¨¢s elevado del Pe?¨®n, a m¨¢s de 400 metros sobre el mar, para mostrarles con orgullo los dominios que desde hace tres siglos pertenecen al Reino Unido. Incluso aquellos que, como el istmo sobre el que se construy¨® el aeropuerto o las aguas que rodean Gibraltar, Espa?a no cedi¨® en el Tratado de Utrech y est¨¢n sujetos a disputa.

Pero ayer no era d¨ªa de discrepancias, sino de sonrisas y promesas de colaboraci¨®n en el parque natural donde campan a sus anchas los famosos macacos del Pe?¨®n, de los que se dice que desaparecer¨¢n el d¨ªa que se marchen los brit¨¢nicos.

Moratinos se reuni¨® con los alcaldes de la zona antes de cruzar la Verja

Moratinos se llev¨® una visi¨®n panor¨¢mica de Gibraltar, pero lo que no hizo fue pisar la calle. Cruz¨® la verja a las 13.50, a bordo de un veh¨ªculo que no lleg¨® a detenerse. La caravana ministerial, procedente de Los Barrios (C¨¢diz), donde se reuni¨® con los alcaldes del Campo de Gibraltar, entr¨® por una puerta lateral, para sortear la cola, pero no pudo evitar los pitidos de una docena de manifestantes, incluidos concejales del PP. "Por la dignidad de Espa?a, no tiremos por la borda tres siglos de firmeza", rezaba la pancarta firmada por Defensa de la Naci¨®n Espa?ola.

"?Y de nuestra dignidad quien se preocupa?", mascullaba una gibraltare?a cargada con bolsas de supermercado, que al contrario que el ministro no pudo saltarse la cola. "En ning¨²n lugar de Europa hay una frontera como ¨¦sta. ?C¨®mo quieren que nos alegremos de su visita si nos hace la vida imposible?", a?ad¨ªa, sin querer dar su nombre.

En algunos edificios se ve¨ªan ventanas engalanadas con banderas brit¨¢nicas y gibraltare?as y un manifestante solitario paseaba por Main Street, la calle m¨¢s comercial de Gibraltar, un cartel con el lema: "Pedro dile a Miguel que el agua es nuestra". Es decir, Caruana dile a Moratinos que las aguas que rodean el Pe?¨®n son gibraltare?as.

Pero la mayor¨ªa de los viandantes no se deten¨ªa. Eran turistas de los dos cruceros atracados en el puerto a los que s¨®lo interesaba el exotismo de un rinc¨®n del imperio brit¨¢nico ba?ado por el abrasador sol de Andaluc¨ªa.

Moratinos se march¨® de Gibraltar con un regalo. Una bandeja con una escultura con la forma del Pe?¨®n. "Puede aceptarlo sin problemas", brome¨® Caruana, "es ortodoxa con el Tratado de Utrecht y no incluye el istmo".

Antes de cruzar la Verja, Moratinos se hab¨ªa comprometido con los alcaldes del Campo de Gibraltar a buscar una soluci¨®n al problema de 4.000 trabajadores espa?oles no residentes en el Pe?¨®n, que quedar¨¢n sin cobertura social alguna cuando alcancen la edad de jubilaci¨®n, informa C¨¢ndido Romaguera.

Moratinos dijo a los responsables de los siete municipios de la comarca gaditana que "hab¨ªa muchos que eran esc¨¦pticos a la hora de conseguir avances en este sentido, pero ya se ha resuelto parte del problema", en referencia a la devoluci¨®n de los atrasos de las pensiones que los ex trabajadores lim¨ªtrofes percibieron meses atr¨¢s.

Hist¨®rica visita de Moratinos a Gibraltar