La NASA dise?a los futuros veh¨ªculos que recorrer¨¢n la Luna
Los ingenieros de los todoterreno que est¨¢n en Marte intentan desatascar el 'Spirit'
Un todoterreno el¨¦ctrico, capaz de trepar por pendientes de hasta 40 grados, con ruedas pivotantes y una cabina presurizada en la que los astronautas puedan pasar varios d¨ªas en mangas de camisa (sin traje de astronauta), con sillones convertibles en cama y cuarto de ba?o con ducha. Es la idea general que tienen los ingenieros de la NASA del veh¨ªculo que deben tener listo para el regreso de los astronautas a la Luna, despu¨¦s de 2020. Aunque queda a¨²n mucha ingenier¨ªa por desarrollar y muchos ensayos por hacer, existe ya un prototipo de este LER (Rover El¨¦ctrico Lunar), que la agencia espacial luci¨® en el desfile de la toma de posesi¨®n del presidente Barack Obama el pasado enero.
La agencia espacial luci¨® un veh¨ªculo en la toma de posesi¨®n de Obama
El nuevo dise?o integra un chasis de tracci¨®n y un m¨®dulo habitable
Desde luego, la NASA cuenta con toda la experiencia adquirida con los rover de las misiones Apollo (el primer veh¨ªculo de transporte lunar lleg¨® con el Apollo 15, en 1971), pero las tecnolog¨ªas y las ambiciones han cambiado mucho. "Cuando fuimos a la Luna la primera vez era como una excursi¨®n de camping y no nos importaba que las cosas se rompieran siempre y cuando los astronautas volvieran", comenta Franck Peri, director del Programa de Desarrollo de Tecnolog¨ªas de Exploraci¨®n de la NASA. "La pr¨®xima vez va a ser un viaje para estar all¨ª", informa Space.com.
M¨¢s recientes son los conocimientos de rob¨®tica para explorar otros mundos generados en los programas de los rover de Marte, aunque ese mundo sea distinto de la Luna, y distintos sean los requerimientos tecnol¨®gicos. Por cierto que la ¨²ltima clase que los expertos est¨¢n aprendiendo en el planeta vecino es c¨®mo desatascar el rover autom¨¢tico Spirit que, desde el pasado mes de abril, est¨¢ atrapado en un banco de arena en Marte. En una sala de ensayos del Jet Propulsion Laboratory (JPL, California) se ha simulado la situaci¨®n del veh¨ªculo para ensayar maniobras de salida antes de enviarle las ¨®rdenes pertinentes.
El Spirit, que lleg¨® a Marte casi a la vez que su gemelo Opportunity, a principios de 2004, avanz¨® en abril por unas capas de suelo aparentemente duras que cubr¨ªan un banco de arena y se qued¨® clavado. Los especialistas son optimistas y siguen probando estrategias en la llamada sala de arena del JPL con una r¨¦plica del Spirit. Hace unos d¨ªas han logrado que se mueva un cent¨ªmetro, que ser¨¢ poco, pero significa que es capaz de desplazarse. Los cient¨ªficos de la misi¨®n no pierden el tiempo; al contrario, est¨¢n encantados estudiando, con los instrumentos del rover, las capas de suelo de color tostado, amarillo, blanco y rojo oscuro de ese lugar de Marte bautizado Troy.
"Hemos estado operando los rover semiautom¨¢ticos en Marte durante cinco a?os y tenemos una buena comprensi¨®n del funcionamiento del d¨ªa a d¨ªa y de c¨®mo act¨²an, pero habr¨¢ cambios significativos en las estrategias de operaci¨®n con los rover lunares", afirma Aileen Yingst, cient¨ªfica del Instituto de Ciencias Planetarias de Tucson y veterana de la misi¨®n de los rover marcianos. Ahora se ocupa de veh¨ªculos para la Luna y lo primero que se?ala, entre las diferencias, es que mientras la comunicaci¨®n con Marte puede tardar hasta 40 minutos en ir y volver la se?al, con la Luna es cuesti¨®n de segundos. Un retraso tal vez inc¨®modo, pero no tan grande que obligue a encargar todas las tareas para uno o m¨¢s d¨ªas a un robot para que ¨¦ste las ejecute por s¨ª mismo. En la exploraci¨®n lunar habr¨¢ robots aut¨®nomos, pero tambi¨¦n astronautas.
Los veh¨ªculos aut¨®nomos llevar¨¢n c¨¢mara, espectr¨®metros y otros instrumentos cient¨ªficos, parecidos a los de Marte, pero adaptados a las exigencias lunares. Yingst y su equipo tienen planeado hacer ensayos en zonas volc¨¢nicas de Nuevo M¨¦xico y en el permafrost de Alaska, an¨¢logos terrestres de posibles superficies en la Luna.
En cuanto al LER, se trata en realidad de la suma de dos componentes: un chasis de tracci¨®n y un m¨®dulo habitable, presurizado, donde dos astronautas pueden vivir hasta 14 d¨ªas con bastantes comodidades. Una de ellas es que dentro no tendr¨¢n que llevar los aparatosos e inc¨®modos trajes espaciales. Adem¨¢s, para salir al exterior, ser¨¢ f¨¢cil pon¨¦rselos ya que estar¨¢n sujetos a la pared del m¨®dulo, por fuera, y con la espalda enganchada mediante una esclusa por la que los astronautas podr¨¢n meterse dentro desde la cabina. Otra esclusa permitir¨¢ comunicar el LER a un m¨®dulo habitable o a otro LER, igualmente sin salir al hostil ambiente lunar.
El veh¨ªculo, de unos 4.000 kilos terrestres en total (3.000 de la cabina y 1.000 del chasis) podr¨¢ cargar otros tantos. En un soporte multiuso se colocar¨¢n equipos, gr¨²as o herramientas. Llevar¨¢ bater¨ªas recargables de iones de litio y una autonom¨ªa de unos 240 kil¨®metros. Con sus 12 ruedas rotatorias, el LER puede desplazarse de lado, como los cangrejos, lo que lo hace muy manejable. Como todoterreno que es, podr¨¢ circular por superficies accidentadas y afrontar pendientes de hasta 40 grados.
La NASA ha hecho ya pruebas de prototipos en Arizona, en terrenos bas¨¢lticos, pero los ingenieros del proyecto (incluido en el programa Constellation de nuevos sistemas de exploraci¨®n espacial) cuentan con ir aportando las novedades tecnol¨®gicas que surgir¨¢n en los pr¨®ximos 10 a 15 a?os, que es el tiempo m¨ªnimo que tardar¨¢ en poner sus ruedas en la Luna un veh¨ªculo as¨ª.
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