"Mis canciones se nutren de la soledad humana"
En el juego de las asociaciones de ideas, ¨¦se seg¨²n el cual a "primavera" le sucede "Vivaldi", es muy probable que la palabra "cantautor" sugiriera el nombre de James Taylor (Boston, Estados Unidos, 1948) a miles de encuestados en todo el mundo. Paradigma universal de la canci¨®n l¨ªrica e intimista, Taylor suma casi cinco d¨¦cadas sobre los escenarios, 16 discos de estudio y m¨¢s de 200 piezas con su firma, aunque asegura, entre bromas y veras, que en realidad s¨®lo ha escrito "unas quince, con sus respectivas variaciones". Su primer volumen de grandes ¨¦xitos, fechado en 1976, se mantiene como uno de los discos m¨¢s vendidos de la historia: casi 15 millones de ejemplares.
Espigado, reflexivo y extremadamente cordial, Taylor responde en la cafeter¨ªa de su hotel madrile?o mientras no para de mordisquear terrones de az¨²car moreno. Son de sobra conocidos sus a?os en los infiernos de la depresi¨®n, la hero¨ªna y el alcohol (entre otras cosas, porque ha dado cuenta de todo ello en sus propias composiciones), pero hoy s¨®lo parece adicto a la cafe¨ªna, a juzgar por el deleite con el que pide su segundo cortado. Y aunque lleva siete temporadas sin registrar material de su propia autor¨ªa, no se separa de una peque?a grabadora de voz en la que atesora las ideas de los ¨²ltimos tres o cuatro a?os. "La anterior me la robaron en un hotel. Sabe dios qui¨¦n guarda en el bolsillo, sin saberlo, esbozos de mis nuevas canciones", revela divertido.
"Te llaman para que respaldes a Obama en un mitin y la agenda se te trastoca"
"S¨®lo he escrito unas 15 canciones, pero revisitadas una y otra vez"
Pregunta. ?Escribe ahora m¨¢s despacio porque no tiene tantas cosas que decir?
Respuesta. Porque no tengo tanta urgencia. Con 20 ¨® 25 a?os, la m¨²sica lo llenaba todo y escrib¨ªa de forma obsesiva. Ahora me siento m¨¢s asentado, he desarrollado mayor habilidad. Lo malo son todas esas circunstancias externas que te impiden trabajar. Si ten¨ªas previsto componer, pero te llaman para que respaldes a Obama en un mitin en Carolina del Norte, la agenda se trastoca. Es inc¨®modo no ser due?o de tu tiempo. Cuando finalice esta gira, me encerrar¨¦ a preparar el pr¨®ximo disco.
P. ?C¨®mo son las canciones que esconde esa grabadora?
R. Llevo 10 y no s¨¦ si le interesar¨¢n a alguien, pero a m¨ª me tienen muy emocionado. El fogonazo inicial de inspiraci¨®n ha sido esta vez fulgurante. Ahora falta ordenar bien las ideas. Componer se parece mucho a encajar las piezas de un puzzle.
P. ?En qu¨¦ consiste ese proceso m¨¢gico por el que unas pocas notas y versos se integran en la vida de millones de personas?
R. Es un misterio que, a¨²n hoy, 41 a?os despu¨¦s de mi primer disco, no he sido capaz de resolver. Siempre debes escribir cosas que te incumban. Si esas mismas palabras son de utilidad a terceras personas, debes considerarte un hombre afortunado.
P. Uno de sus mayores ¨¦xitos, Fire and rain, relataba c¨®mo sus depresiones le condujeron al internamiento psiqui¨¢trico. En Rainy day man desvelaba su adicci¨®n a la hero¨ªna. ?Recursos creativos o una terapia?
R. Son t¨ªtulos absolutamente terap¨¦uticos, obsesionados en m¨ª mismo y, lo m¨¢s curioso, los que m¨¢s conectan con el p¨²blico. Reflexionar sobre la soledad de la existencia humana ha nutrido mis mejores p¨¢ginas. En realidad, s¨®lo debo de haber escrito 15 canciones, pero revisitadas una y otra vez con sus correspondientes variaciones. Si no son de las terap¨¦uticas, las podr¨¢s encajar en alguno de mis otros apartados: canci¨®n pol¨ªtica, celebraci¨®n rockera, folk a la manera tradicional, ritmos brasile?os y afrocubanos, diferentes formulaciones del amor y mi vertiente blues.
P. As¨ª explicado, ni siquiera llegar¨ªamos a 15...
R. No olvide los temas que escrib¨ª imitando a mis grandes ¨ªdolos. Si rastrea en mi discograf¨ªa, encontrar¨¢ gui?os a Ry Cooder, Harry Belafonte, Dylan, los Beatles, Joni Mitchell, Carole King o Caetano Veloso.
P. La suya es una historia humana muy azarosa. El ¨¦xito le ha acompa?ado por medio mundo, pero tambi¨¦n sufri¨® cataclismos personales: dos divorcios, la p¨¦rdida de un hermano alcoh¨®lico... Al hacer balance de su vida, ?le salen las cuentas?
R. Sin duda. Me siento incre¨ªblemente afortunado. Pasan los a?os, a¨²n me encuentro en estado de gracia y s¨®lo puedo felicitarme, todos los d¨ªas, de que la buena estrella me haya acompa?ado. Cuando miro hacia atr¨¢s, descubro que casi todos mis mejores amigos murieron j¨®venes. Yo he tenido m¨¢s suerte, cuatro hijos, la oportunidad de resarcirme. No hay mayor ¨¦xito que hacer algo de provecho en tu vida.
P. Tras una carrera tan extensa, ?a¨²n le impone el escenario?
R. Mucho. No se lo podr¨ªa imaginar. Los m¨²sicos, marineros y soldados somos gente supersticiosa. Un concierto es un episodio en el que las cosas pueden salir muy bien o terriblemente mal. A m¨ª me atenaza la responsabilidad de comparecer ante miles de personas que esperan disfrutar de una noche muy especial. Es todo un conflicto interior, porque para ofrecer un buen recital tienes que mostrarte espont¨¢neo y relajado.
P. Es como la confesi¨®n de un artista novel...
R. Es que me siento como si tuviera 17 a?os. He descubierto con los a?os que el grueso de la personalidad se forja en la adolescencia. Mientras la biolog¨ªa me deje, mi intelecto seguir¨¢ obrando con arreglo a los 17.
P. Sus dos hijos con Carly Simon, Ben y Sally, han encaminado sus pasos hacia la m¨²sica. ?Un padre debe recomendar un oficio as¨ª a sus reto?os?
R. ?En absoluto! Ambos lo hacen con amor y pasi¨®n, que es lo importante para cualquier reto, pero les insist¨ª en que tuvieran un plan B: empresariales, estudios de idiomas..., cosas con futuro...
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