ETA se da un 'papel' para cinco a?os
En su ¨²ltimo debate propugna poner en marcha una "alianza nacional" cuya ortodoxia controlar¨¢ - Pretende acelerar las contradicciones internas del PNV
?Puede una organizaci¨®n terrorista soportar la ca¨ªda de sus aparatos log¨ªstico (Cahors, en septiembre de 2007) y pol¨ªtico (detenci¨®n de Thierry, en mayo del pasado a?o)? ?Y puede no resentirse definitivamente tras el desmantelamiento de su jefatura militar hasta en cuatro ocasiones desde noviembre de 2008 hasta ahora? O, por el contrario, ?tiene ETA asegurada su supervivencia cuando el 15% de los adolescentes vascos (de entre 12 y 16 a?os) justifica o no rechaza la violencia?
En 1992, con motivo de la Expo de Sevilla y los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, la direcci¨®n de ETA hab¨ªa planeado "poner de rodillas al Estado" a golpe de bombas. Y en marzo de aquel a?o fue detenida toda su c¨²pula en Bidart (Francia). La organizaci¨®n qued¨® sumida en una crisis que realmente nunca super¨®, y que en enero de 1995 le forz¨® a dar una vuelta de tuerca a su trayectoria criminal e iniciar la fase del asesinato del "enemigo pol¨ªtico" no nacionalista. "Estamos perdiendo la batalla militar y si seguimos as¨ª podemos acabar perdiendo tambi¨¦n la pol¨ªtica", reflexionaba desde su exilio dominicano, dos a?os antes de esa huida hacia adelante, el entonces jefe de la interlocuci¨®n etarra, Eugenio Etxebeste Antxon, ahora asiduo de las manifestaciones abertzales al lado de Arnaldo Otegi.
Este 31 de julio se cumplen 50 a?os del nacimiento de la organizaci¨®n terrorista, y sus dirigentes tambi¨¦n quer¨ªan celebrar la efem¨¦ride con una potente ofensiva. Aunque a veces, como ayer, logra realizar el atentado pretendido, lo cierto es que "los comandos caen antes de entrar en acci¨®n y los jefes militares duran meses en sus puestos de mando", apuntan fuentes de la lucha antiterrorista, y la cifra de presos ronda los 750. "ETA a¨²n puede hacernos mucho da?o, pero entrar ahora en la banda es comprar un billete que lleva directamente a la c¨¢rcel", suele recalcar el ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba.
Tras la ¨²ltima asamblea virtual [intercambio de informaci¨®n entre militantes y presos], concluida a finales de 2008, la direcci¨®n de ETA ha dise?ado un plan para los pr¨®ximos cinco a?os que no incluye abandonar la lucha armada, el ¨²nico camino que deber¨ªa recorrer ETA para hacer posible un final dialogado. Dos son los carriles novedosos por los que los terroristas pretenden transitar en este quinquenio. Su proyecto estrat¨¦gico, aunque de improbable aplicaci¨®n, es la creaci¨®n de una "alianza nacional" o "polo soberanista". "La alianza popular no es el objetivo, ni una parte del proceso de paz, sino una herramienta en el camino hacia la independencia y su medio m¨¢s efectivo para conseguirlo", aseguran. Y dejan claro que quieren estar presentes para "guiar a la naci¨®n organizada". "Participaremos en ella [la alianza] como si fu¨¦ramos un agente firmante m¨¢s". "El objetivo de la alianza nacional ser¨¢ el de fijar un protocolo para responder y aplicar la estrategia en el pueblo, con indicaci¨®n expresa de que ETA pone a disposici¨®n de la naci¨®n organizada su fuerza armada", a?aden. Es decir, que tutelar¨¢ un proceso estrat¨¦gico que "necesita tiempo y maduraci¨®n".
Lejos de apartarse y dar el paso a la izquierda abertzale, se erige como garante del proceso: "Vamos a vigilar la puridad de las declaraciones y vamos a garantizar la permanencia de cualquier movimiento independentista, y, m¨¢s a¨²n, si es de car¨¢cter armado". Estas reflexiones de la direcci¨®n de ETA dejan en una situaci¨®n clara de dependencia a ese sector de la izquierda abertzale que dice en privado lo que nunca se ha atrevido a decir a la sociedad vasca o a la organizaci¨®n terrorista, que "la lucha armada es un lastre".
En la asamblea virtual, varias aportaciones por escrito abordaban la cuesti¨®n de incluir al PNV como objetivo militar. "Respecto al PNV, no digo que debamos abrir de par en par ese frente, pero s¨ª ir taca-taca, dando algunos golpes", apuntaba uno. "No hay una parte buena y otra mala. Todo el partido es malo", resum¨ªa otro. "La cuesti¨®n es cu¨¢ndo, c¨®mo y d¨®nde dar", se?alaban.
Con todas esas aportaciones, ETA parece haber determinado qu¨¦ hacer con el partido de I?igo Urkullu. De primeras, baraja enviar una carta al EBB (ejecutiva nacional del partido) para recordarle su "responsabilidad en que Euskal Herria no haya conseguido su reconocimiento pol¨ªtico y las numerosas traiciones cometidas a lo largo de la historia. Apuntarles como los responsables de que nuestro pueblo est¨¦ sometido y viva en unas circunstancias continuas de negaci¨®n de derechos".
ETA pretende "acelerar las contradicciones internas del PNV". Por un lado, "profundizar y potenciar los contactos con el sector m¨¢s soberanista", reunido en torno a Joseba Egibar, y animarle a integrarse en la alianza nacional para "saltar del autonomismo al independentismo". Por el otro, dise?ar "acciones puntuales" contra los "sectores m¨¢s espa?olistas" del PNV. "Cartas bomba, ataques, ejecuciones concretas". ETA no ahorra munici¨®n contra ese otro sector, al que responsabiliza de las sucesivas traiciones. Por ahora, todo son papeles. Pero la historia de ETA demuestra que los terroristas siempre escriben antes lo que luego llevan a la pr¨¢ctica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.