Dos lecturas de un mismo delito

"Yo me pago mis trajes", afirm¨® hace cinco meses Francisco Camps. Pero no: todos los jueces que han intervenido en la investigaci¨®n de la trama G¨¹rtel coinciden en que varios de los trajes de su fondo de armario se los regalaron -al presidente valenciano y a otros tres altos cargos del PP en esa comunidad- los empresarios de la red corrupta de Francisco Correa. Tambi¨¦n llegan a esa conclusi¨®n los jueces que ayer resolvieron archivar la causa. Pero lo que ellos sostienen es que recibir esos regalos -admiten que, haberlos, parece que los hubo- no es delito.

Y ah¨ª es donde estos dos magistrados del Tribunal Superior de Justicia valenciano (TSJCV), Juan Luis de la R¨²a y Jos¨¦ Francisco Ceres, discrepan del resto de jueces que han participado hasta la fecha en el proceso: el instructor en Valencia, Jos¨¦ Flors; el instructor en Madrid, Antonio Pedreira; el primer juez que vio la causa, Baltasar Garz¨®n; y Juan Montero, el juez del TSJCV que ayer emiti¨® un voto particular contra la decisi¨®n de sus colegas. Los cuatro ¨²ltimos creen que los regalos a Camps pueden entrar en lo tipificado en el art¨ªculo 426 del C¨®digo Penal sobre el cohecho pasivo: "La autoridad o funcionario p¨²blico que admitiere d¨¢diva o regalo que le fueren ofrecidos en consideraci¨®n a su funci¨®n o para la consecuci¨®n de un acto no prohibido legalmente, incurrir¨¢ en la pena de multa de tres a seis meses"; Ceres y De la R¨²a sostienen que no. ?stos son sus argumentos.

EL AUTO DEL TSJCV Cortes¨ªa y usos sociales

El Tribunal Superior subraya que su cometido no es esclarecer los hechos sino s¨®lo comprobar si la instrucci¨®n del caso, realizada por el juez Flors, ha sido racional, coherente y no arbitraria. Los acusados Camps, Ricardo Costa, V¨ªctor Campos y Rafael Betoret afirmaban que no lo hab¨ªa sido por dos razones: aseguraban que no recibieron ning¨²n regalo y, adem¨¢s, dec¨ªan que, de haberlos recibido, no habr¨ªa sido en funci¨®n de su cargo.

El auto del TSJCV les quita la raz¨®n en el primer punto y se la da en el segundo. No hay motivos, se?ala el auto, para creer que el instructor se equivoca al establecer que los regalos existieron; pero no est¨¢ acreditado, a?ade, que esos regalos tuvieran relaci¨®n con el cargo de los pol¨ªticos agasajados. Podr¨ªa tratarse, seg¨²n los magistrados, de meros regalos de cortes¨ªa amparados por los usos sociales. O, dicho de otra manera, no hay por qu¨¦ pensar que, a cambio de los regalos, dieron trato de favor a las empresas: "No cabe en el ¨¢mbito del Derecho Penal estimar que pueda existir un automatismo gen¨¦rico en considerar que la conducta de admitir una d¨¢diva por una autoridad o funcionario p¨²blico [...] implique [...] que necesariamente se realiza 'en consideraci¨®n a su funci¨®n". Y recuerdan que ni Camps ni Costa ni Betoret ni Campos ten¨ªan "por objeto de su cargo o funci¨®n ninguna relaci¨®n o competencia respecto de la adjudicaci¨®n de contratos".

INSTRUCCI?N Y VOTO PARTICULAR Objetivo: complacer

El instructor de la causa en Valencia, Jos¨¦ Flors, dej¨® claro en su auto del 6 de julio que "no existe constancia de ninguna relaci¨®n directa" entre los regalos realizados por la trama a los pol¨ªticos del PP "y los concretos actos de contrataci¨®n" de los que se beneficiaron esas empresas en Valencia. Pero el cohecho pasivo no consiste en que quien recibe regalos d¨¦ a cambio favores, sino simplemente en que los reciba "en consideraci¨®n a su funci¨®n", y Flors sosten¨ªa que eso s¨ª hab¨ªa ocurrido.

"La finalidad perseguida [de los empresarios corruptos] no era otra que la de lograr el agasajo o provocar la complacencia de aquellas personas [los pol¨ªticos del PP], obviamente para poder contar con su gratitud o con su favor, pero sin tender a la obtenci¨®n de determinada contraprestaci¨®n", reza su resoluci¨®n. Flors descarta que los regalos puedan ser enmarcados dentro de la "cortes¨ªa" o los usos sociales, dada "la peculiaridad del objeto regalado, la reiteraci¨®n en su entrega y su mismo valor".

Juan Montero, tercer miembro de la sala de lo Civil y Penal del TSJCV, formul¨® ayer un voto particular contra el auto de archivo. En su opini¨®n, para saber si se ha cometido cohecho pasivo no es necesario probar "una relaci¨®n de causalidad" (entre el regalo y la capacidad del agasajado para otorgar favores) tan estricta como la que exigen sus compa?eros de sala.

LO QUE DIJO GARZ?N "No eludir la acci¨®n penal"

Baltasar Garz¨®n, juez que inici¨® la investigaci¨®n del caso G¨¹rtel, se inhibi¨® de ¨¦ste el pasado 5 de marzo en un auto en el que, entre otras actividades de la trama, enumeraba los regalos en ropa a Camps. En ese auto, Garz¨®n afirmaba que "no puede eludirse la investigaci¨®n penal" de esos regalos, y propon¨ªa los art¨ªculos del C¨®digo Penal que deb¨ªan ser valorados: el 426 (cohecho), el 428 (tr¨¢fico de influencias) y el 390 (falsedad de las facturas).

LA INVESTIGACI?N DE PEDREIRA Unos dan y otros reciben

La fiscal¨ªa pidi¨® el 27 de julio que el Tribunal Superior valenciano asumiese, junto a la investigaci¨®n sobre Camps, la de los empresarios que le hicieron regalos. El juez de la parte madrile?a del caso G¨¹rtel, Antonio Pedreira, se?ala en un auto el 28 de julio: "Este magistrado instructor hace suya la fundamentaci¨®n invocada por el Ministerio Fiscal". Y la fundamentaci¨®n dice que el cohecho activo que se imputa a los cabecillas de la trama "no es sino el reverso del cohecho pasivo que se imputa a los cargos p¨²blicos de Valencia".