Tres calles clandestinas
Est¨¢n lejos de las rutas tur¨ªsticas de Barcelona, raz¨®n de m¨¢s para recorrerlas. Con locales exquisitos como el caf¨¦ Nostromo, la tienda de c¨®mics Arkham o la pasteler¨ªa Hofmann
Son calles sobre las que el sol no acaba de encontrar el momento en que posarse. Se encuentran en plena Ciutat Vella, cerca de las rutas que marcan las gu¨ªas y de los lugares donde se desenfundan las c¨¢maras digitales. Pero no juegan en la primera divisi¨®n tur¨ªstica. Magdalenes es esa v¨ªa por la que pasar¨ªas s¨®lo si te hubieses perdido camino de la catedral. Flassaders es el callej¨®n que ves a lo lejos y te imaginas saliendo de ah¨ª en ropa interior. Xucl¨¤ es aquella calle que queda entre esa plaza y ese bar, pero no me acuerdo exactamente c¨®mo se llama. Un peque?o giro en la ruta oficial puede deparar felices sorpresas.
01 Flassaders (BORN)
Quienes hayan le¨ªdo El juego del ¨¢ngel, de Carlos Ruiz Zaf¨®n, reconocer¨¢n la calle, pues al n¨²mero 30 de ¨¦sta se muda el protagonista de la novela. El escritor lo define como un caser¨®n, pero cualquiera que haya paseado alguna vez por esta estrecha y oscura callejuela del barrio del Born, cuyo nombre remite a los negocios de marcadores de mantas que dominaron este peque?o enclave siglos atr¨¢s, sabr¨¢ que el edificio en cuesti¨®n es una construcci¨®n no muy ambiciosa y algo desvencijada. Hoy, Flassaders se recuerda porque aqu¨ª estuvo la Casa de la Moneda de Barcelona y porque a trav¨¦s de ella se accede a la calle de Les Mosques, la m¨¢s estrecha de la ciudad. Pero, ante todo, Flassaders es la hermana peque?a de las vecinas Rec y Comer?, dos ejes clave para entender la nueva realidad del Born, pero que no acaban de contar toda la historia.
Aunque severamente castigada por la actual crisis (la cantidad de locales en traspaso o alquiler es importante), esta delicia donde casi nunca brilla el sol posee la bodega Flassaders, uno de esos locales de mesas de m¨¢rmol y vermut cada vez m¨¢s dif¨ªciles de encontrar -aqu¨ª se reun¨ªan los trabajadores de la CNT a principios de siglo-, o el Montiel (en el n¨²mero 19), un restaurante min¨²sculo y rom¨¢ntico en el sentido m¨¢s improvisado y casual del t¨¦rmino. De lo mejor en delicias ib¨¦ricas.
Tambi¨¦n se encuentra aqu¨ª la pasteler¨ªa Hofmann (en el 44), de la famosa escuela de restauraci¨®n. Pero, sobre todo, Flassaders ofrece joyer¨ªas diferentes (Elisa Brunells, en el 36), zapater¨ªa y marroquiner¨ªa italiana (?stro, en el 33), la mejor tienda de plantas ex¨®ticas de la ciudad (Herbs, en Rec, 28, y con entrada tambi¨¦n por Flassaders), un pionero en la cocina vegetariana sito en una enorme nave industrial (La B¨¤scula, en el 30), o uno de los multiespacios m¨¢s logrados (caf¨¦ de la Princesa, en el 21), donde mezclan la mar de bien los magn¨ªficos zapatos de la firma danesa Sand y el brunch de los domingos en un patio interior de aires indianos.
02 Magdalenes (G?TICO)
Cuando en 1907 se empez¨® a construir la Via Laietana, la idea era abrir un eje que uniera el Eixample con la zona portuaria, y as¨ª crear una v¨ªa m¨¢s o menos r¨¢pida y directa que evitara el enjambre de callejuelas que conforman el ADN de Ciutat Vella. Por suerte para los amantes del vermut de grifo y de las tapas sobre toneles, la escabechina necesaria para abrir esa zanja gris de edificios modernistas, art nouveau y art d¨¦co, dej¨® intacta la sinuosa calle de Magdalenes. La Via Laietana se termin¨® de construir en 1926. Tres cuartos de siglo despu¨¦s, Mayra y Fernando abr¨ªan en Magdalenes esquina Copons la Cala del Vermut. El ¨¦xito del local ha provocado la apertura de dos establecimientos m¨¢s en la misma v¨ªa, casi secreta, a la sombra del monstruo Via Laietana. Una buena selecci¨®n de vermuts, tapas fr¨ªas de producto, conservas y ahora incluso un peque?o rinc¨®n gourmet conforman la idiosincrasia de estos locales de madera y azulejo que marcan el paso de esta calle.
A pesar de estar en uno de los c¨®digos postales m¨¢s reclamados y transitados de la ciudad, es m¨¢s que posible pasarla de largo. Entonces no disfrutar¨ªamos de una cerveza en el caf¨¦ de vocaci¨®n literaria y marinera Nostromo (esquina con la calle de Ripoll) ni de un buen cambio de estilismo en la peluquer¨ªa m¨¢s pop de la ciudad, Polopelo (en el n¨²mero 6); tampoco del videoclub especializado en cine de autor m¨¢s popular, La Papaya Verde (esquina a Julia Porter), y mucho menos de una cena de aires vanguardistas en el delicioso Onofre (en el 19) o de un robusto almuerzo en Can Pescallunes (en el 23).
03 Xucl¨¤ (RAVAL)
La ravalera calle de Ramelleres, famosa por tener el bar Los Vascos, oficialmente el m¨¢s peque?o de la ciudad, cambia de nombre al cruzar Elisabets y ah¨ª empieza la experiencia Xucl¨¤, una callejuela que no ve el sol m¨¢s que un ratito. La Portorrique?a (en el 25) lleva tostando caf¨¦ desde 1902, primero casi como servicio p¨²blico, m¨¢s tarde como lujo y hoy como ep¨ªtome de la democratizaci¨®n de cualquier brebaje al que se le pueda otorgar un m¨ªnimo aire de sofisticaci¨®n. En el portal de al lado se encuentra el Manantial de Salud, una herborister¨ªa de toda la vida que ha sabido adaptarse -¨¦tica, no est¨¦ticamente, la verdad- a los nuevos inquilinos del barrio y vende queso vegano. Enfrente, Arkham (en el 16) sublima la vocaci¨®n freak que se extiende desde la calle de Tallers y se postula como la tienda de c¨®mics definitiva. Cruzando la calle del Pintor Fortuny, Xucl¨¤ finge ser una plaza y se siente, s¨²bitamente, cosmopolita. El bar Lobo, a la izquierda, y Mirinda y Sagarra, a la derecha, conforman uno de los enclaves de terrazas m¨¢s demandados de Ciutat Vella. El primer local es obra del Grupo Tragaluz y seduce a ind¨ªgenas no residentes en el barrio y a clientes de los hoteles cercanos; el segundo es Raval puro y duro, con sus aires mestizos y su desenfado algo piojoso; el tercero, en cambio, es un intento de bar restaurante de ahora con sabor a?ejo que no acab¨® de salir del todo bien. Eso s¨ª, el aire acondicionado funciona como un reloj suizo.
Y Xucl¨¤ se estrecha de nuevo hasta casi convertirse en un pasillo. Ah¨ª est¨¢ la Granja Viader (en el 4), otro local que exist¨ªa mucho antes de que a nadie se le ocurriera escribir una gu¨ªa tur¨ªstica de la ciudad. En ¨¦l se invent¨® el Cacaolat, la madre de todas las bebidas chocolateras. Enfrente mismo, Los Toreros pervive en el ideario de los que fueron adolescentes antes del nuevo siglo. Era el local donde comer tapas baratas rodeado de im¨¢genes de matadores -entonces era iron¨ªa por contraste con los pelos largos y las camisetas de Nirvana; actualmente es un local de imagen pol¨¦mica en plena discusi¨®n sobre lo taurino en la Ciudad Condal-. Hoy es algo m¨¢s caro, pero mantiene la decoraci¨®n y el encanto casi intactos.
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GU?A
Comer y tapear
? Montiel (932 68 37 29). Flassaders, 19. Precio medio, unos 30 euros.
? Cala del Vermut (933 17 96 23). Copons, 2 (hace esquina con la calle de les Magdalenes).
? Onofre (933 17 69 37; www.onofre.net). Magdalenes, 19. Alrededor de 30 euros.
? Can Pescallunes (933 18 54 83). Magdalenes, 23. Unos 40 euros por persona.
Informaci¨®n
? Oficina de turismo de Barcelona (www.barcelonaturisme.com; 932 85 38 34).
? Web del Ayuntamiento de Barcelona (www.bcn.es).
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