Mar de mierda
La parte buena de la sentencia, valenciana y azarosa (de agua de azar que tuvieron que darme; pues de azahar no tuvo nada: estaba cantada desde las profundas simas de la amistad entre juez y parte), sobre el extra?o caso del se?or Camps, es que Terra M¨ªtica gana mucho en facilidades para entretener m¨¢s all¨¢ de toda sospecha al respetable pero no respetado contribuyente.
En el apartado La Furia del Trit¨®n, que en tiempos normales promete ya de por s¨ª "v¨¦rtigo, mitolog¨ªa y dos refrescantes chapuzones", podr¨ªamos incluir un ba?o de mierda. Si la palabra mierda le parece demasiado fuerte al respetable pero no respetado, siempre podemos llamarla -en consideraci¨®n, adem¨¢s, de que frecuentan el asunto respetables y no respetados nenes- caca, pop¨® y n¨²mero dos. Claro que una mierda es una mierda es una mierda y es una mierda, queramos o no.
"Ahora podremos llamar Terra M¨ªtica a la Comunidad Valenciana"
?V¨¦rtigo! De nuevo un mont¨®n de posibilidades. Educar a los ciudadanos, desde peque?itos, en esa sensaci¨®n que producen determinadas sentencias, empezando por la que considera que una ni?a no fue violada porque no se la metieron hasta el fondo, y terminando por la que decide que no resulta delictivo cobrar en especies de entidades corruptas. Porque ya saben lo que dijo el cl¨¢sico, ir¨®nicamente: empiezas matando a tu madre y acabas por no ir a misa. Eso produce v¨¦rtigo, asomarse a un tribunal. Hay que ensayar antes en Terra M¨ªtica, que es como de ahora en adelante podremos denominar a la Comunidad Valenciana, cuyo funcionamiento oficial, militante y votante al parecer se basa en las m¨¢s estrictas reglamentaciones del m¨¢s crudo Show Business.
?Y qu¨¦ mejor, en cuanto a mitolog¨ªas, que mostrar al Superviviente, perfectamente trajeado, en un holograma que cubra la Terra misma? Yo a¨²n pedir¨ªa m¨¢s, y es que la r¨¦plica en plan Lara Croft del presidente m¨¢rtir cantara esa copla que a m¨ª me vuelve demente: "Tengo unas ganas locas, locas? Tengo unas ganas locas, locas?".
Al penetrar en el territorio Cataratas del Nilo, cuyos saltos se reproducen en miniatura porque ni siquiera en Valencia han podido alicatarlas a semejante tama?o, hay que decir que, en la actualidad, los visitantes pueden realizar el aventurado trayecto tendidos en un ata¨²d biplaza. ?Cu¨¢n evocador! Imaginen lo que ser¨ªa esa excursi¨®n si el convoy de sarc¨®fagos para parejas fuera precedido por un modelo capaz asimismo para d¨²os -aunque fabricado con materias m¨¢s nobles, y las correspondientes trabillas italianas-, en cuyo interior se encontraran reproducciones -pues ellos tienen tanto, tanto trabajo siempre, salvando a los espa?oles mientras se ponen a salvo- de don Mariano y don Francisco, cogiditos de la mano y dando ejemplo de su inmarcesible amistad. De la R¨²a podr¨ªa ir andando, a su lado, enfoc¨¢ndoles un ventilador. Se alterar¨ªa un poco la caca, pero en eso hemos estado siempre, ?no?
La atracci¨®n 'Barbarroja' con el consabido pasacalles de piratas- yo la dejar¨ªa como est¨¢, por obvia. Adem¨¢s, quien m¨¢s quien menos les ha tomado cari?o a los bandoleros del mar -Somalia aparte- desde que Johnny Depp nos ha ense?ado a todos y todas a llevar el r¨ªmel con garbo en cualquier cubierta, en cualquier estribor o babor. No, Barbarroja no me parece suficiente.
Sin embargo, no nos desanimemos. Ni siquiera pensando, con pesar, que por mucho que se recurra al Supremo y hasta al Constitucional, el mal de la sentencia ya ha sido perpetrado: Terra M¨ªtica, es decir, la Comunidad Valenciana, parece ser ya lo que parece. El para¨ªso de los impunes que, adem¨¢s, son horteras.
Quiz¨¢ la atracci¨®n que rinde homenaje al difunto gran mago Houdini, estrella de finales del siglo XIX y de principios del XX, haga justicia. Pues si Houdini pudo escaquearse de la camisa de fuerza, del cors¨¦ met¨¢lico, y resisti¨® la parada de pulsaciones -ah¨ª don Mariano s¨ª que dej¨® de latir durante m¨¢s tiempo que don Francisco-, y se zaf¨® del ba¨²l con cerrojo? Hubo un truco final, la celda de la tortura, al que no sobrevivi¨®.
Ah, se me olvidaba. En el apartado Mar de los Mierdazos deber¨ªa garantizarse a la gente que, en caso de que se les estropee el traje, ser¨¢n obsequiados por las autoridades con un traje nuevo, hecho a medida de cada jeta.
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