El robo del siglo en el ciberespacio
Un hombre de 28 a?os accedi¨® a los datos de 130 millones de tarjetas en EE UU
A los clientes de TJMaxx y Marshalls les son¨® enseguida el nombre de Albert Gonz¨¢lez al escucharlo en el telediario. Y sin esperar un minuto, se lanzaron a sus cuentas bancarias para estar seguros de que no hab¨ªa movimientos extra?os. Y es que este pirata inform¨¢tico acumula ya en su curr¨ªculo delictivo el robo de datos correspondientes a 175 millones de tarjetas de cr¨¦dito.
Gonz¨¢lez es un viejo conocido de la justicia en EE UU, hasta el punto de que en 2004 hizo de informante federal en un caso de fraude similar que llev¨® al arresto de 28 individuos. Pero lo que no sab¨ªan los investigadores es que estaba anticipando sus movimientos a otros criminales. En mayo de 2008 fue arrestado por el que fue calificado como el mayor robo de datos personales en EE UU.
Entonces se le identific¨® como el cabecilla de un grupo que se hizo il¨ªcitamente con datos de 45 millones de tarjetas, por los que el fiscal reclama 400 millones de d¨®lares (283 millones de euros) en da?os. Con los cargos presentados el lunes, supera ampliamente esa marca, al anotar a su registro el robo de identidad de 130 millones de tarjetas usadas en 7-Eleven, los supermercados Hannaford y el sistema Heartland.
Albert Gonz¨¢lez, de 28 a?os, era conocido en los chats con los alias segvec, soupnazi y j4guar17. Resid¨ªa en Virginia Beach (Virginia) y Miami (Florida). La t¨¦cnica utilizada para colarse en la red de las cadenas comerciales se conoce como Structured Query Language Injection Attacks.
Se trata de un sofisticado lenguaje de programaci¨®n que utilizan los hackers para saltar los cortafuegos que protegen las bases de datos conectadas a Internet. Tras explorar sus webs e identificar sus puntos d¨¦biles, infectaban los sistemas con virus que localizan, almacenan y exportan la informaci¨®n hacia servidores externos.
La t¨¦cnica es tan elaborada que este joven hacker no s¨®lo era capaz de actuar sin ser detectado por los antivirus, sino que adem¨¢s limpiaba el rastro de sus operaciones. Gonz¨¢lez sab¨ªa que las redes de estos centros comerciales son vulnerables, porque tardan en actualizar sus sistemas.
Gonz¨¢lez est¨¢ bajo arresto desde hace un a?o, lo que puede dar cierta tranquilidad a los clientes de estos establecimientos afectados. Pero sus dos compinches en esta trama siguen en libertad, y podr¨ªan intentar vender esos datos al mejor postor. La fiscal¨ªa cree que viven en Rusia. Debido a que la investigaci¨®n sigue abierta, no se han facilitado sus nombres.
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