La ONU certifica que Ir¨¢n produce menos uranio
EE UU a¨²n desconf¨ªa de Teher¨¢n con vistas a la negociaci¨®n del plan nuclear
Ir¨¢n ha disminuido el ritmo de producci¨®n de uranio enriquecido. Tras un a?o de constante expansi¨®n del n¨²mero de centrifugadoras empleadas por Teher¨¢n en esa actividad en la planta nuclear de Natanz, el Organismo Internacional para la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA) ha detectado en agosto una disminuci¨®n de la cantidad de aparatos activos. Mientras la inspecci¨®n del 31 de mayo pasado contabiliz¨® 4.920 centrifugadoras operativas, la del 12 de agosto hall¨® 4.592.
A pesar de esa reducci¨®n de la actividad productiva, Ir¨¢n ha seguido instalando nuevas centrifugadoras, elevando el total de la planta de Natanz a 8.308. En mayo, eran 7.221, seg¨²n indica el OIEA. Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos coment¨® los datos observando que "Ir¨¢n sigue enriqueciendo uranio y sigue sin cooperar plenamente".
Pese al frenazo en la producci¨®n, el r¨¦gimen desarroll¨® sus plantas at¨®micas
"Aunque hubo un descenso temporal de la producci¨®n, Ir¨¢n ha seguido incrementando su capacidad de enriquecimiento y desarrollando sus instalaciones nucleares. ?ste es para m¨ª el dato m¨¢s importante", comenta desde Washington Daryl Kimball, director de la Arms Control Association.
El informe trimestral del OIEA publicado ayer no hace referencia a las motivaciones subyacentes a la ralentizaci¨®n, pero fuentes diplom¨¢ticas citadas por la agencia Reuters indicaban que se deb¨ªa a tareas de mantenimiento y reparaci¨®n de grupos de centrifugadoras.
Analistas del sector no descartan, sin embargo, que haya un impulso pol¨ªtico detr¨¢s del frenazo, debido a la agitaci¨®n social en el pa¨ªs tras la contestada reelecci¨®n de Mahmud Ahmadineyad en junio, y ante la nueva ronda de negociaciones internacionales que empezar¨¢ el pr¨®ximo 2 de septiembre.
El OIEA inform¨® de algunos progresos en la colaboraci¨®n de Ir¨¢n con respecto a la capacidad de control e inspecci¨®n de la planta de Natanz. Los inspectores tambi¨¦n tuvieron acceso al reactor en construcci¨®n en la localidad de Arak, que hab¨ªa sido denegado durante meses.
Sin embargo, los gestos de colaboraci¨®n resultan marginales frente a las reticencias de Teher¨¢n, que sigue sin disipar las dudas sobre la existencia de un programa nuclear militar paralelo al civil, y sin aplicar los protocolos internacionales que permitir¨ªan a los inspectores una mayor libertad de movimiento en Ir¨¢n. El OIEA s¨®lo tiene acceso a los sitios nucleares declarados, pero no capacidad para investigar si hay instalaciones secretas.
El enriquecimiento del uranio, que Teher¨¢n afirma perseguir con fines civiles, es un paso clave, aunque no suficiente, para la fabricaci¨®n de armas nucleares. Ir¨¢n, pese al requerimiento del Consejo de Seguridad de la ONU para que cese la producci¨®n, ha almacenado hasta ahora unos 1.500 kilogramos de uranio de bajo empobrecimiento. Eso le coloca a unos meses de distancia de lograr la cantidad suficiente para, una vez reprocesado el uranio, alimentar una bomba.
Para ello, sin embargo, Teher¨¢n deber¨ªa reconfigurar sus centrifugadoras, algo imposible de hacer en las instalaciones nucleares declaradas sin que el OIEA se d¨¦ cuenta. Adem¨¢s, deber¨ªa disponer de tecnolog¨ªas de fabricaci¨®n, detonaci¨®n y transporte de la cabeza nuclear que los analistas creen que todav¨ªa no controla.
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