Un cementerio deteriorado
La sacramental de San Isidro, de comienzos del siglo XIX, atesora obras de grandes arquitectos y escultores espa?oles
Madrid posee un patrimonio arquitect¨®nico, escult¨®rico y paisaj¨ªstico que, pese a su excelencia, no figura en ninguno de los circuitos art¨ªsticos ni tur¨ªsticos habituales. Se trata del cementerio sacramental de San Isidro, situado en la margen derecha del r¨ªo Manzanares, sobre una loma que domina la vista de Madrid desde Poniente. La misma que plasmara en uno de sus m¨¢s c¨¦lebres lienzos La pradera de san Isidro, Francisco de Goya. El pintor fue inquilino de este camposanto entre 1886 y 1919, a?o en que sus restos, antes sepultados en Burdeos, fueron trasladados a San Antonio de la Florida. Pensamiento, piedra y arbolado trazan sobre este paraje ensimismado el relato, tan bello como silencioso, de un Madrid ¨ªntimo y desconocido.
Flanqueado por una ermita construida en 1730 y dedicada al patr¨®n cat¨®lico -reci¨¦n restaurada por la Comunidad de Madrid con un presupuesto de 320.000 euros- con su fuente legendaria, el cementerio alberga enterramientos desde el a?o 1811. Tiene cuatro patios para sepulturas: tres de ellos, San Pedro, San Andr¨¦s y San Isidro, poseen enterramientos en nichos y bajo losas, acordes con las concepciones igualitarias vigentes sobre el mundo funerario hasta 1860.
Y otro patio, el de la Pur¨ªsima Concepci¨®n, que vio alzarse, a partir de aquel a?o, panteones suntuosos que convocaban para su hechura a los mejores arquitectos, escultores y artesanos de artes aplicadas de la ¨¦poca. As¨ª lo explica el arquitecto, catedr¨¢tico de Dibujo de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y director del m¨¢ster de Patrimonio, Javier G. Mosteiro, que ha estudiado este recinto, que considera "ciudad de los muertos hecha a la medida de la ciudad decimon¨®nica de los vivos".
La entrada a la sacramental da acceso a un pasillo situado entre un tapial de ladrillo y una hilera de cipreses tras la cual se observan los primeros hitos funerarios, algunos de cuyos pin¨¢culos rebasan en ocasiones la altura de los ¨¢rboles, de hasta 12 metros. En el patio de la Pur¨ªsima Concepci¨®n figura una l¨¢pida con nombres de cofrades -alguno se remonta a 1548- de la archicofrad¨ªa de San Pedro, San Andr¨¦s y San Isidro que regenta el camposanto.
Se abre luego un espacio que a vista de p¨¢jaro tiene la forma de una gran media naranja. Una avenida central articula una trama con dos grandes calles enlosadas paralelas y otras tres perpendiculares, conectadas a su vez por otras v¨ªas diagonales cuyas intersecciones se ven jalonadas por plazas que definen una potente macla. El centro de cada rotonda lo ocupan diferentes hitos funerarios. El per¨ªmetro de la media esfera est¨¢ surcado por un deambulatorio cubierto por galer¨ªas, columnado con fustes lisos que guarece enterramientos murales, donde yace Cayetana, duquesa de Alba inmortalizada por Goya.
Las calles de tierra discurren flanqueadas por caceras de ladrillo cocido para encauzar el agua; est¨¢n jalonadas adem¨¢s por cipreses cuya sombra refresca el paseo y gu¨ªan al paseante por caminos amenos y solitarios, donde s¨®lo se escucha el canto de los p¨¢jaros y el arrullo del viento sobre los cipreses, que desprenden as¨ª su aroma m¨¢s profundo. La senda lleva al visitante hasta panteones, mausoleos y cenotafios como el que, a modo de columna de fuste estriado con tres triples anillos, nimbada su c¨²spide por un ¨¢ngel, estampada su base por angelotes putti y medallones con las efigies de sus moradores, fuera erigido en 1885 para albergar los restos de Francisco de Goya.
En el interior de la sacramental, que es cementerio privado, se aloja una ciudad patricia a escala reducida, que reune un rico repertorio con todos los estilos art¨ªsticos del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX. Neocl¨¢sico, neorrom¨¢nico, neog¨®tico, neobarroco, lombardo, bizantino, ecl¨¦ctico... 280 hitos funerarios, 30 de ellos excelsos, con plantas cuidadosamente trazadas de hasta 25 metros de altura y algo menos de di¨¢metro, construidos en granito, caliza de Colmenar o piedra Novelda con del¨ªcad¨ªsimas labras se despliegan por este espacio impar convertido en aut¨¦ntico sal¨®n esc¨¦nico de la representaci¨®n que la aristocracia y la alta burgues¨ªa madrile?as se hicieron entonces del ¨²ltimo tr¨¢nsito.
En la sacramental est¨¢n presentes obras de arquitectos de la entidad de Agust¨ªn Ortiz de Villajos; Jos¨¦ Segundo de Lema; Ignacio Aldama; Ricardo Vel¨¢zquez Bosco; Arturo M¨¦lida Alinari, Jos¨¦ Grases Riera, Eduardo Adaro, Enrique Mar¨ªa Repull¨¦s, Secundino Zuazo o Antonio Palacios Ramilo. Entre los escultores que llevaron sus labras al camposanto figuraron Mariano Benlliure, Agust¨ªn Querol, Ricardo Bellver o los italianos Giulio Monteverdi, Civiletti o Tadolini.
"Su valor como museo vivo de arquitectura, escultura y artes aplicadas, as¨ª como su entidad paisaj¨ªstica le confieren un valor extraordinario", explica Mosteiro, que ha pugnado ante instancias oficiales por atajar el deterioro en el que el cementerio vivi¨® inmerso durante d¨¦cadas.El problema es que este muestrario art¨ªstico -que algunos expertos consideran ¨¦mulo del cementerio parisiense de P¨¨re Lachaise- encara graves problemas de erosi¨®n por lo costoso de su mantenimiento. Un plan de saneamiento de las arquitectas Adela y Mar¨ªa Jos¨¦ Casinello ha atajado parte de sus problemas en los patios m¨¢s antiguos, pero el de la Pur¨ªsima, el de mayor entidad art¨ªstica, sigue con s¨ªntomas de decrepitud inquietante.
La presi¨®n de familias madrile?as por proseguir enterr¨¢ndose en su lar dificult¨® la soluci¨®n de los problemas durante a?os. Estas presiones se tradujeron en la rotura del dise?o original de sendas arboladas, donde surgieron enterramientos sin orden alguno. Seg¨²n fuentes del Gobierno regional, la sacramental de San Isidro, Bien de Inter¨¦s Cultural, goza de protecci¨®n que permite acometer actuaciones de conservaci¨®n, pero no de obra nueva. La archicofrad¨ªa que regenta el camposanto rechaza informar sobre la situaci¨®n. El Ayuntamiento no realiza en su recinto ninguna actuaci¨®n. Pero la erosi¨®n prosigue, muchas familias se han extinguido y su legado, languidece.
![El pante¨®n del cementerio de San Isidro, obra de Andr¨¦s Octavio.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GVRBXT5SVZDUPBAFDA5DBTAIKQ.jpg?auth=b5504454eebd7e6edec876d1b0483825c46039331e5ac09221ebc8ee7b39aaf4&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.