"En M¨¦xico estamos muy acostumbrados a callarnos la boca"
Casi 40 a?os cantando historias en M¨¦xico.- No son pocas las radios que han vetado sus 'narcocorridos'
Son el ¨²nico grupo que ha dado un concierto a 11.000 metros de altura. Fue el 12 de agosto, para inaugurar la l¨ªnea a¨¦rea Toluca (M¨¦xico)-Los ?ngeles. Sus 35 millones de discos vendidos han sido suficientes para que la prestigiosa Universidad de Stanford (California) requiera sus servicios como conferenciantes para explicar las claves de su ¨¦xito comercial. Los Tigres del Norte llevan casi cuatro d¨¦cadas cantando historias de amor y traici¨®n, de vida y de muerte en M¨¦xico que les han convertido en embajadores de su pa¨ªs, a pesar de que no son pocas las radios que han vetado algunos de sus narcocorridos, por se?alar a personas y personajes corruptos o ligados al tr¨¢fico de drogas de los que "en M¨¦xico es mejor no hablar". Ayer aterrizaron en Madrid camino de Albacete, para volver hoy a la capital a presentar su ¨²ltimo disco, La Granja.
"Hay temas delicados que de repente se pagan con la vida"
Pregunta. ?De qui¨¦n fue la idea de lanzarse de Rosa Morada (Sinaloa) al Norte, all¨¢ por 1968?
Jorge Hern¨¢ndez. Por aquel entonces ¨ªbamos a trabajar a Los Mochis, otro pueblito de Sinaloa, en un restaurante. Y un d¨ªa conoc¨ª all¨ª a una mujer que nos dijo que qu¨¦ hac¨ªamos ah¨ª, que por qu¨¦ no nos ¨ªbamos a la frontera, donde en lugar de ganar 25 o 50 centavos nos pagar¨ªan un d¨®lar por canci¨®n. No lo pens¨¦ dos veces y convenc¨ª a mis hermanos y a mi primo para irnos a casa de una t¨ªa que viv¨ªa en Mexicali.
P. Mexicali... Paso fronterizo, calor del demonio y el verdadero origen de Los Tigres, ?no?
J. H. S¨ª. Primero pas¨® lo que dijo aquella se?orita: nos pagaban las canciones a un d¨®lar. Y despu¨¦s vino la oportunidad de tocar en San Jos¨¦ (California).
P. S¨ª pero todav¨ªa viajaban al Norte sin tener un nombre...
J. H.
Fue en la oficina de inmigraci¨®n. Justo antes de cruzar la frontera de EE UU. Un oficial pregunt¨® el nombre de la banda y le dijimos que no ten¨ªa ninguno, que pusiera lo que quisiera. Entonces dijo que pondr¨ªa "Little Tigers", tigrecitos, que era como se llamaba cari?osamente a los chicos como nosotros entonces. Pero luego se arrepinti¨® y quit¨® lo de "little" porque pens¨® que un d¨ªa crecer¨ªamos y a?adi¨® lo del norte porque era adonde ¨ªbamos. Y as¨ª qued¨® puesto en el papelito: The Tigers of the North.
P. Cruzaron Los Tigres, pero ya no volvieron a vivir a su pa¨ªs.
J. H. Alg¨²n d¨ªa...
Hern¨¢n Hern¨¢ndez. Ser¨ªa muy dif¨ªcil regresar. San Jos¨¦ nos dio la oportunidad, all¨ª conocimos a la persona que nos grab¨® por primera vez [Art Walker].
P. Y, sin vivir en M¨¦xico, Los Tigres del Norte son los padrinos de los narcocorridos...
J. H. Fuimos los primeros que nos atrevimos a grabar ese tipo de historias, pero el nombre se lo puso un periodista de Boston tras el asesinato de otro cantante mexicano de corridos (Chalino S¨¢nchez) en 1992.
P. Han muerto otros despu¨¦s, ?Se sienten amenazados?
J. H. Nosotros nunca hemos tenido ning¨²n problema, aunque claro que uno se preocupa. Pero es que ya no hay tanto respeto, ya no se disfraza a esas personas en las canciones como antes, se mencionan muchos nombres.
P. ?Y qu¨¦ le parecen esas letras?
J. R. Desechables.
H. H. Siempre hemos tenido cuidado de no mencionar nombres y cosas que no nos constan, son temas delicados que de repente se pagan con la vida.
P. ?Pero qu¨¦ pasa en M¨¦xico para que no se pueda hablar claro y maten a decenas cada semana?
J. H. Nos hemos acostumbrado a no tener y a no querer tener problemas con nadie.
H. H. Estamos muy acostumbrados a callarnos la boca.
P. ?Pero entonces hay o no hay libertad de expresi¨®n en M¨¦xico?
J. H. Aparentemente s¨ª.
Los Tigres del Norte. Joy Eslava. 21.00. Entrada: 30 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.