Rebeli¨®n contra el gratis total en la Red
Los medios de comunicaci¨®n revisan su estrategia y empiezan a cobrar a los usuarios - Google est¨¢ dispuesta a facilitar peque?os pagos por los art¨ªculos - Cine y m¨²sica exploran nuevas f¨®rmulas
Que los contenidos culturales o informativos no van a seguir ofreci¨¦ndose gratis en la Red para siempre lo intuye hasta el gigante Google, el gran beneficiado del modelo de gratuidad para el usuario imperante hasta hoy. Google, enfrentada con los editores de prensa por explotar sus noticias, se rinde a la tendencia y prepara herramientas para facilitar los micropagos a los medios de comunicaci¨®n. Las industrias de la informaci¨®n se han lanzado a explorar f¨®rmulas para rentabilizar su presencia en la Red m¨¢s all¨¢ de la publicidad, hasta ahora principal y casi ¨²nica fuente de ingresos. Y el cine o la m¨²sica, alentados por el ¨¦xito de empresas como iTunes, ensayan nuevas f¨®rmulas para cobrar por sus productos mientras crece la presi¨®n pol¨ªtica contra el libre intercambio de archivos en la Red.
La prensa avanza hacia un modelo mixto de publicidad y pago por el lector
'Liberation' ofrece acceder a las p¨¢ginas seg¨²n se van cerrando
Las pel¨ªculas de estreno se ofrecer¨¢n en 'streaming' antes de editarse en DVD
YouTube competir¨¢ con iTunes en la distribuci¨®n de filmes en alquiler
Micropagos por noticias, suscripciones de distintos niveles, radios personalizadas o el pago por visi¨®n de pel¨ªculas en alta definici¨®n se abren paso en un Internet que, desde su nacimiento, hab¨ªa sido sido sin¨®nimo de gratuidad.
Millones de internautas se han acostumbrado a acceder a art¨ªculos, discos o pel¨ªculas sin costes. Pero lo que muchos usuarios consideran un derecho, para las industrias de contenidos se ha convertido en un problema econ¨®mico y de propiedad intelectual. Las empresas que, como los diarios, creyeron que abri¨¦ndose a la Red lograr¨ªan un retorno adecuado en forma de publicidad est¨¢n dando marcha atr¨¢s. Los banners no compensan igual que los viejos anuncios de papel y muchos editores han decidido volver al cobro.
Tras las protestas de la industria cinematogr¨¢fica y musical, el sector medi¨¢tico empieza a rebelarse contra la gratuidad, en medio de la peor crisis publicitaria de su historia. Rupert Murdoch, propietario de News Corporation, el mayor grupo de medios de comunicaci¨®n, encabeza la manifestaci¨®n. En agosto, anunci¨® que cobrar¨¢ por el acceso a la versi¨®n digital de sus diarios -entre ellos, The Wall Street Journal, The Times y The Sun- a partir de 2010. "La revoluci¨®n digital ha abierto muchos canales de distribuci¨®n nuevos y baratos, pero eso no convierte el contenido que transmiten en gratuito", asegur¨®. El magnate australiano argumenta que la calidad no es barata y "una industria que regala su producto est¨¢ canibalizando su capacidad de hacer buen periodismo". Murdoch ya ha mantenido reuniones con sus principales colegas, entre ellos The New York Times, para crear un gran consorcio que impondr¨ªa el pago por la lectura de sus contenidos digitales.
Otras voces del sector van por la misma l¨ªnea y como sostiene el editor del Financial Times, Lionell Barber, "durante los pr¨®ximos 12 meses la mayor parte de las organizaciones de noticias estar¨¢n cobrando por sus contenidos". L. Gordon Crovitz, fundador de Journalism Online, aseguraba en una entrevista con EL PA?S que los accesos gratis a la informaci¨®n en Internet tienen los d¨ªas contados -"el modelo de negocio actual de acceso libre al contenido en Internet claramente no funciona"- y apostaba por uno mixto: "El futuro ser¨¢ una combinaci¨®n de modelos de pago y gratuitos. Los consumidores pagar¨¢n directamente y tambi¨¦n habr¨¢ modelos en los que distribuidores de distinta naturaleza, como los libros digitales, pagar¨¢n royalties".
Los ¨²ltimos movimientos apuntan en este sentido. Siguiendo el ejemplo de Murdoch, The Economist, la revista financiera m¨¢s prestigiosa del mundo, acaba de anunciar que cerrar¨¢ su web y dejar¨¢ de ofrecer noticias gratuitas, como ven¨ªa haciendo desde septiembre de 2006. En seis meses, organizar¨¢n un nuevo modelo que puede estar basado en los micropagos.
El diario franc¨¦s Lib¨¦ration que, desde su ideolog¨ªa de izquierdas se ha caracterizado por la defensa del "todo gratis" tambi¨¦n ha cedido por el mal momento financiero que atraviesa. Desde ayer, ha puesto una parte de su edici¨®n electr¨®nica de pago, mediante dos tipos de abonos. El b¨¢sico -Essentiel, a seis euros mensuales- permite acceder al contenido del diario de papel en formato PDF, a los archivos de los ¨²ltimos 15 a?os y otros servicios; el Premi¨¨re, a 12 euros, da acceso a la edici¨®n a medida que se van cerrando las p¨¢ginas en el diario.
El caso de Lib¨¦ration no es aislado en Francia. Le Monde tiene una edici¨®n digital especial para abonados -tambi¨¦n a seis euros mensuales-, al igual que Le Parisien (ocho euros) y el diario econ¨®mico Les ?chos (15 euros), mientras que Le Figaro y el semanario L'Express tambi¨¦n preparan ediciones electr¨®nicas de pago.
En el otro frente est¨¢ Google. La empresa del buscador es el primer y, en muchos casos, ¨²nico beneficiario de esa revoluci¨®n del gratis total. Sus costes por agregar contenidos son casi nulos, y alimenta su negocio publicitario (Adsense y Adwords). El anuncio el pasado mayo de que Google a?adir¨¢ publicidad a su agregador de noticias, Google News, levant¨® las iras tanto de las asociaciones de editores europeas y norteamericanas, que acusaron a la multinacional de lucrarse con el trabajo ajeno y sin su permiso.
A Google no le conviene el enfrentamiento directo contra toda la prensa mundial. Por eso, ha iniciado en los ¨²ltimos meses un movimiento de acercamiento. La empresa podr¨ªa estar preparando un sistema de pago online que permitir¨¢ que los peri¨®dicos puedan cobrar a sus lectores por acceder a sus art¨ªculos, seg¨²n ha se?alado el centro de reflexi¨®n sobre los medios de comunicaci¨®n de la Universidad de Harvard. Google habr¨ªa presentado el proyecto a la Asociaci¨®n de Peri¨®dicos de EE UU (Newspaper Association of America), despu¨¦s de que la compa?¨ªa fuera requerida sobre la viabilidad del sistema. En la presentaci¨®n de su proyecto enviado a la NAA, Google vaticina que "la publicidad seguir¨¢ siendo probablemente la fuente de ingresos m¨¢s importante de las empresas de medios de informaci¨®n", pero que "hacer pagar a los usuarios podr¨¢ proporcionar un suplemento de ingresos nada despreciable".
Otro sector que ya ha sufrido una profunda transformaci¨®n ha sido la industria musical. Tras presentar numerosas demandas contra portales y programas que facilitaban descargas gratuitas, ha empezado a consolidar estrategias adaptadas a conciliar las posibilidades que ofrece Internet y con la rentabilidad econ¨®mica, tras a?os en los que la descarga gratuita de m¨²sica hizo tambalear los cimientos del sector discogr¨¢fico. P¨¢ginas de venta de m¨²sica por Internet como Amazon y iTunes, que incluso ha superado en ventas a la cadena de tiendas Wall Mart, han experimentado un crecimiento notable y han dado lugar a nuevas modalidades de venta, distribuci¨®n y consumo de contenidos musicales que impulsan a las discogr¨¢ficas a replantearse sus estrategias comerciales. Tras la ca¨ªda de las ventas de CD en las tiendas, la tendencia dominante es la aportaci¨®n de servicios a?adidos y la fragmentaci¨®n de contenidos: las ventas de canciones sueltas se imponen a las ventas de ¨¢lbumes completos. La compra en tiendas virtuales se impone a la venta f¨ªsica de CD.
Durante 2008, se comercializaron 1.400 millones de temas por la Red, el 24% m¨¢s que en 2007. Desde ese a?o, el crecimiento ha sido espectacular. Hace dos a?os la venta de m¨²sica en Internet s¨®lo representaba el 20% de todo el mercado. Y un estudio de la prestigiosa consultora NPD indica que las ventas de m¨²sica a trav¨¦s de portales como iTunes o AmazonMP3 sobrepasar¨¢n las de los compactos en 2010.
Pero el mercado no deja de evolucionar y las descargas han dejado paso al streaming, la reproducci¨®n de contenidos en web sin necesidad de descargarlos. El ¨¦xito de servicios de reproducci¨®n online como Last Fm, Yes.fm o la sueca Spotify han revolucionado el mercado y han hecho que el streaming se consolide como la opci¨®n preferida de los consumidores. Spotify es un radio adaptada a Internet, que naci¨® del acuerdo entre sus creadores y las grandes discogr¨¢ficas. Ofrece una modalidad gratuita, con breves cu?as publicitarias, que incluye una amplia biblioteca musical y permite al usuario confeccionar listas con sus temas preferidos. Cuenta tambi¨¦n con una opci¨®n de pago sin publicidad y una colecci¨®n m¨¢s extensa de canciones. "Los j¨®venes piensan en YouTube y MySpace como los lugares donde o¨ªr m¨²sica al instante, y los nuevos dispositivos son capaces de ofrecer acceso a lugares como Pandora o Last.fm, que funcionan como radios personalizadas", aseguraba Eliot Van Burskik, de Wired.
Otra de las ¨²ltimas iniciativas surgidas en el sector en los ¨²ltimos meses, ha sido la presentada Virgin Media, que planea un servicio de descargas que "por el precio de un par de discos al mes" permite al usuario acceder a todo el cat¨¢logo disponible, sin ning¨²n tipo de l¨ªmites. Los temas ofrecidos por la empresa del magnate Richard Branson, que ha sellado un acuerdo con el mayor proveedor de m¨²sica en el mundo, Universal, no estar¨¢n protegidos con DRM (Digital Rights Management), el sistema anticopia.
El ¨¦xito de estas iniciativas, incluso entre una audiencia que se estaba acostumbrando a no pagar por tener las ¨²ltimas novedades antes de que salieran al mercado, parece que marcar¨¢ la pauta del futuro de la industria, y no s¨®lo de la discogr¨¢fica. Daniel Ek, fundador de Spotify, sostiene que ese futuro est¨¢ en "en el acceso no en la propiedad". "En el futuro a los consumidores les dar¨¢ igual tener o descargarse canciones. Lo que quiere es acceder a ellas".
Las discogr¨¢ficas llevan a?os ensayando los sistemas de pago pero hay otros sectores que se han mostrado menos activos. La industria audiovisual observa como las redes P2P, como Torrent o Emule, el streaming y las descargas directas, que proporcionan p¨¢ginas como Rapidshare o Megaupload, son cada vez m¨¢s utilizadas. Las descargas por esta v¨ªa se han duplicado por segundo a?o consecutivo, seg¨²n un informe publicado por Big Champagne.
El sector cinematogr¨¢fico no quiere quedarse atr¨¢s y en las ¨²ltimas semanas se ha hecho p¨²blica la alianza entre Paramount, Lions Gate y Metro Goldwyn Mayer para lanzar al mercado Epix, un servicio de pel¨ªculas de alta definici¨®n en streaming que ofrecer¨ªa los ¨²ltimos estrenos de cine bajo suscripci¨®n en un paso m¨¢s de la integraci¨®n del cine en la Red. El sistema se comercializar¨¢ al mismo tiempo que el pay-per-view y antes que la edici¨®n en DVD. En Espa?a, empiezan a ver la luz los primeros proyectos de pago similares como Filmotech.
Youtube, el portal gratuito que revolucion¨® la forma de ver v¨ªdeos en la Red, tambi¨¦n ensaya f¨®rmulas de pago y negocia con algunos de los grandes estudios de Hollywood la distribuci¨®n de pel¨ªculas bajo la f¨®rmula de alquiler similar a la que ya emplea iTunes, a un precio de 3,99 d¨®lares, seg¨²n recoge The Wall Street Journal.
El fen¨®meno no es ajeno a los intentos de frenar las descargas gratuitas. Reino Unido ha planteado la posibilidad de cortar la conexi¨®n a los usuarios que descarguen contenidos protegidos con copyright y Francia, tras intensos debates en el Parlamento, ha aprobado una ley para imponer multas de entre 1.500 y 3.750 euros a los usuarios. En Espa?a, donde la descarga de archivos por programas P2P no se considera delito, cualquier medida debe surgir del acuerdo entre operadores, industria cultural y Gobierno, hasta ahora sin resultados. En vez de esperar, los proveedores de contenidos ya est¨¢n cambiando el paso.
Manifiesto sobre el nuevo periodismo
- Un grupo de periodistas y bloggers alemanes ha lanzado un manifiesto sobre el periodismo en Internet, que ha generado un intenso debate en la profesi¨®n. ?stos son sus postulados:
1) Internet es diferente. Los medios deben adaptar sus m¨¦todos de trabajo a la realidad tecnol¨®gica en lugar de ignorarla o cuestionarla.
2) Es un imperio medi¨¢tico tama?o bolsillo. La web reorganiza las estructuras medi¨¢ticas trascendiendo antiguas fronteras y oligopolios. La publicaci¨®n y distribuci¨®n de los contenidos ya no est¨¢ vinculada a fuertes inversiones.
3) Internet es nuestra sociedad y nuestra sociedad es Internet. Si las compa?¨ªas medi¨¢ticas quieren sobrevivir, tienen que entender el mundo de los usuarios y asumir sus formas de comunicaci¨®n.
4) La libertad de Internet es inviolable. Bloquear el acceso a Internet corrompe nuestro derecho fundamental a acceder a un determinado nivel de informaci¨®n.
5) Es la victoria de la informaci¨®n. Los ciudadanos pueden informarse ahora mejor que nunca.
6) Los cambios de Internet mejoran el periodismo. Ahora puede cumplir su vocaci¨®n socioeducativa de una nueva forma. Quienes quieran sobrevivir necesitan nuevos ideales, nuevas ideas y ganas de explotar este potencial.
7) La Red requiere trabajo en red.
8) Hay que recompensar por links o por ser citado.
9) Internet es el nuevo lugar para el discurso pol¨ªtico.
10) La libertad de la prensa significa libertad de opini¨®n.
11) M¨¢s es m¨¢s. No hay nada mejor que demasiada informaci¨®n.
12) La tradici¨®n no es un modelo de negocio. Los contenidos period¨ªsticos en la Red pueden ser rentables, pero deben adaptar sus estructuras. El periodismo precisa competir abiertamente para lograr buenas v¨ªas de refinanciaci¨®n en la Red, adem¨¢s de coraje para invertir en la puesta en marcha de esas soluciones.
13) El copyright se ha convertido en un deber c¨ªvico en Internet. Es el eje de la organizaci¨®n de la informaci¨®n en la Red. No se debe usar como excusa para salvaguardar mecanismos de suministro obsoletos y cerrar nuevas v¨ªas de distribuci¨®n o licencias. Pero la propiedad implica obligaciones.
14) Internet tiene muchas monedas. Los servicios period¨ªsticos on line financiados a trav¨¦s de anuncios ofrecen contenidos con un efecto multiplicador.
15) Lo que aparece en la Red permanece en ella.
16) La calidad es la cualidad m¨¢s importante. Los usuarios se han vuelto muy exigentes en este sentido. 17) Todos para todos. La generaci¨®n Wikipedia sabe valorar la credibilidad de una fuente. No busca al periodista que lo sabe todo, sino que comunique e investigue.
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