Un tesoro sumergido bajo ?pera
Los vecinos piden desenterrar la fuente de los Ca?os del Peral
La gran fuente centenaria sigue ah¨ª abajo. Se halla a una profundidad de entre seis y nueve metros, soterrada bajo la plaza de la ?pera (plaza de Isabel II). Las obras de remodelaci¨®n de la glorieta y las de la ampliaci¨®n del vest¨ªbulo de la estaci¨®n del metro de ?pera han permitido reencontrar uno de los hitos m¨¢s caracter¨ªsticos del Madrid renacentista, reci¨¦n convertido entonces en Corte del Reino: la fuente de los Ca?os del Peral. Los vecinos del barrio quieren recobrarla y recogen adhesiones firmadas para salvar sus restos.
Construida en 1565 por mandato de Felipe II al poco de designar Madrid como capital imperial, el monarca encomend¨® su dise?o al arquitecto y fontanero madrile?o Juan Bautista de Toledo, disc¨ªpulo de Miguel ?ngel en el Vaticano. La fuente, rehecha en 1625, conserva hoy bajo tierra, aunque un punto deteriorada, buena parte de su mole de granito almohadillado, de tres metros y medio de altura por al menos 15 de longitud, con cinco de sus siete ca?os originales que vert¨ªan sobre una gran pila rectangular, m¨¢s un zagu¨¢n con hitos rematados por bolas, a modo herreriano.
Las obras en la plaza se han vuelto a encontrar con este monumento
La fontana, rehecha en 1625, conserva cinco ca?os
De su hallazgo dieron fe arque¨®logos e historiadores como Gregorio Ignacio Y¨¢?ez o Francisco Mar¨ªn Perell¨®n, autores de un estudio realizado en 1990, consecutivo al hallazgo de unos restos en obras anteriores del ferrocarril metropolitano para construir entonces, bajo la estaci¨®n de ?pera, un recinto para albergar cuadros t¨¦cnicos.
El descubrimiento hab¨ªa surgido al excavar un pozo de ataque para acometer aquellas obras. Los restos se encontraban junto a una galer¨ªa de servicio de 2,30 metros de altura por 1,10 de anchura, en cuyo suelo se descubri¨® primero una arqueta para el agua, entonces colmatada de escombros, y luego una atarjea con un ca?o de los denominados de lim¨®n. En un principio, el tambi¨¦n arque¨®logo Germ¨¢n Prieto V¨¢zquez hab¨ªa asociado aquellos vestigios con la desaparecida Torre de Alzapierna o Gaona, uno de los principales hitos del segundo recinto amurallado de la ciudad, erigido en plena Alta Edad Media. Esa muralla, como ha se?alado el arque¨®logo Eduardo Gal¨¢n, mostraba posteriormente numerosos forros que le fueron a?adidos a la primitiva fortificaci¨®n isl¨¢mica por los cristianos, una vez reconquistada la ciudadela de Madrid.
Los restos localizados entonces, a modo de un lienzo fortificado, parec¨ªan proceder de la muralla por la potencia de sus sillares, pero estudios posteriores de Gregorio Y¨¢?ez y Francisco Mar¨ªn demostraron que se trataba de la fachada de una construcci¨®n monumental, de ¨¦poca posterior, que inclu¨ªa una fuente alimentada por un antiguo viaje de agua. Lo cierto es que de esta fontana manaba agua de manera abundante desde siglos atr¨¢s. Su fama era celebrada por toda la ciudad. Se encontraba sobre un terreno donde converg¨ªan varios arroyos y regatos; el principal declinaba por la calle del Arenal y formaba, en paralelo a un lienzo de la muralla de Madrid, un promontorio arenoso que dar¨ªa luego nombre a la calle. Por las hoy calles de la Priora, Ca?os del Peral, Cuesta de Santo Domingo y de la Escalinata, que confluyen en la plaza de la ?pera o de Isabel II, se precipitaban otros regatos cuyo caudal fue aprovechado para erigir junto a la fuente unos lavaderos p¨²blicos de intenso uso.
Tras el primer dise?o de Juan Bautista de Toledo, a base de mampuesto de pedernal y ladrillo, con ca?os de piletas individualizadas rematados por tejadillos o colgadizos, la fuente de los Ca?os del Peral fue transformada en 1625 en una fontana monumental con cinco ca?os y una apariencia robusta que a¨²n parece pugnar por mantenerse enteriza.
Su fachada es ligeramente diagonal a la fachada del hoy teatro y ex cine Real Cinema. Este lugar de espect¨¢culos parece ser el heredero de una primitiva barraca de teatro levantada all¨ª mismo en 1708 por el dramaturgo italiano Francesco Bartoli, reformado en 1719 por el marqu¨¦s de Scotti que lo convirti¨® en coliseo, inaugurado en 1738 con la representaci¨®n de la ¨®pera Demetrio.
El teatro de los Ca?os del Peral ofreci¨® luego algunas zarzuelas hasta que fue abandonado y derruido en 1818. Mediado el siglo XIX, se erigi¨® en su lar el Teatro Real, para cuya erecci¨®n se explan¨® el terreno circundante. Como ¨¦ste era en extremo declinante, se ras¨® con echadizo y escombro.
Precisamente, esa capa de residuos, que alcanza hasta nueve metros de profundidad desde la cota del suelo, ha sido la que a modo de colch¨®n he permitido conservar los restos de la afamada fuente de los Ca?os del Peral.
Sobre su futuro destino, la Consejer¨ªa de Cultura del Gobierno regional deber¨¢ decidir antes de que acaben con ella las obras del metro y las que el Ayuntamiento realiza para remodelar la plaza. A¨²n estudia el caso.
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