Al otro lado del luminoso

Por detr¨¢s, el ne¨®n de Schweppes no es tan glamuroso. Aunque la fachada del edificio Capitol, inaugurado en 1933, ha sido fotografiada millones de veces, no tantos han contemplado la vista desde el otro lado. Dentro de las habitaciones del torre¨®n del hotel Vincci Capitol, en lo alto de Callao, la visi¨®n de la Gran V¨ªa est¨¢ interrumpida por las letras amarillas. Hierros, cables, tubos, bater¨ªas, plataformas para los operarios que cambian bombillas y pasan el trapo... Puede que no sea una visi¨®n glamurosa, pero es pura ciudad. De noche, los reflejos del cartel rebotan sobre las paredes amarillas y la cama redonda.

Hac¨ªa cuatro a?os que los arquitectos, Luis Mart¨ªnez-Feduchi y Vicente Eced, hab¨ªan salido de la facultad cuando el marqu¨¦s de Mel¨ªn, Enrique Carri¨®n, les encarg¨® el proyecto. Como buenos j¨®venes modernos miraron hacia Nueva York y so?aron un rascacielos. Luego miraron hacia el expresionismo alem¨¢n y le dieron una fachada simb¨®lica, curva. Ten¨ªa forma de barco y su destino era la vanguardia.

El inmueble sale en 'El d¨ªa de la bestia' y en la portada de un disco de Nacha Pop

El entonces llamado Carri¨®n, fue uno de los primeros "edificios comerciales" de Espa?a. Dentro se satisfac¨ªan todas las necesidades del hombre moderno. Hab¨ªa cine, sal¨®n de t¨¦, sala de fiestas, bar, economato, despachos y los primeros apartamentos amueblados que se alquilaron en Madrid. "Un intermedio entre el hotel y la casa de cuartos de alquiler", explicaba la revista Nueva Forma (1935). "Como en esta ¨¦poca el tiempo es oro", segu¨ªa el art¨ªculo, "los ascensores son rapid¨ªsimos y, desaparecidos los timbres, por medio del tel¨¦fono se obtiene servicio inmediato".

En la memoria del proyecto, conservada en el archivo del Colegio de Arquitectos de Madrid, los autores promet¨ªan: "La fachada del torre¨®n ser¨¢ utilizable para la instalaci¨®n de carteles luminosos". Lleg¨® a haber una docena, pero en 2007 s¨®lo el de Schweppes sobrevivi¨® a la Ordenanza Reguladora de la Publicidad Exterior. Se hab¨ªa ganado la "singularidad" a pulso: es la postal m¨¢s famosa de Madrid, la escena clave de El d¨ªa de la bestia y la portada de un disco de Nacha Pop.

Sin embargo, la gran novedad del Carri¨®n no estaba en la fachada, sino en las tripas. Fue el primer edificio con aire acondicionado total de Madrid. "Como el que existe en los cinemat¨®grafos del extranjero", dice la memoria, "por el que se consigue mantener el ambiente en el llamado clima artificial de primavera". La sala de m¨¢quinas ocupaba tanto como el cine (que con 1.800 plazas sigue siendo de los mayores del centro). Necesitaba tanta energ¨ªa que ten¨ªa su propia subestaci¨®n el¨¦ctrica. La instalaci¨®n cost¨® un quinto del presupuesto de 12 millones de pesetas.

Hoy, la refrigeraci¨®n se esconde en los falsos techos y, s¨®lo remodelar el hotel, cost¨® en 2007 10 millones de euros. Cuando se hizo, llevaba a?os de capa ca¨ªda. Un hotel de tercera en la mejor ubicaci¨®n de Madrid. "Hab¨ªa hasta ratones", dice Jos¨¦ Luis S¨¢nchez, que lleva 25 a?os trabajando en las sucesivas cadenas que han ocupado la plaza y tiene an¨¦cdotas maravillosas como la de Dimitrescu, un pol¨ªtico rumano que vivi¨® durante a?os el exilio en una de las habitaciones. Ahora todo est¨¢ nuevo y limpio. De la decoraci¨®n original dise?ada por Feduchi no queda nada salvo el pasamanos de la escalera y la barra de cobre del bar. Tambi¨¦n han sobrevivido los planos de obra que decoran los pasillos y algunos antiguos libros de registro. En 1951, las habitaciones iban de 50 a 140 pesetas, hoy oscilan entre 120 y 450 euros. La m¨¢s cara est¨¢ en lo alto del torre¨®n, por encima del luminoso. "Algunos clientes dicen que lo mejor son las vistas de la 1201 y Jos¨¦ Luis el barman", se jacta ¨¦l mismo. Las vistas, desde luego, son apabullantes. A un lado, el Madrid de los Austrias, al otro, los neones de la ciudad moderna.