La cara fea de la cumbre

Decir que la crisis golpea especialmente a los pa¨ªses pobres es algo tristemente predecible. Los propios dirigentes de los pa¨ªses desarrollados entonaron ese mea culpa en el comunicado final de la reuni¨®n del G-20 en Londres al subrayar que la crisis "tiene un impacto desproporcionado en la vulnerabilidad de los pa¨ªses pobres" y reconocieron una "responsabilidad colectiva en mitigar el impacto social de la crisis". Lo que s¨ª sorprende es que precisamente en el reparto de las ayudas vuelvan a perder los de menos renta. De los 1,1 billones de d¨®lares (747.000 millones de euros) de ayudas anunciados por el G-20, s¨®lo un 5% ir¨¢n a los pa¨ªses m¨¢s pobres, seg¨²n la Red Europea de Deuda y Desarrollo (Eurodad), que agrupa a 59 ONG.

De esos cacareados 1,1 billones, los l¨ªderes del G-20 prometieron destinar 240.000 millones a los pa¨ªses en desarrollo y 50.000 millones a los m¨¢s pobres, de los que s¨®lo se ha entregado una parte. Alex Wilks, director de Eurodad, subraya que la ayuda a los pa¨ªses de menos rentas "es 360 veces menor que los 18 billones de d¨®lares que los Gobiernos de los pa¨ªses ricos han destinado para socorrer y garantizar a sus instituciones financieras". Por el momento s¨®lo se han entregado 20.000 millones, sujetos a intereses variables. Del resto apenas hay entregas parciales.

La falta de liquidez generalizada tiene tambi¨¦n consecuencias para los pa¨ªses pobres. Seg¨²n Eurodad, los bancos tienen previsto retirar 92.000 millones de d¨®lares de la financiaci¨®n de los mercados emergentes. Eso se produce en un momento en que se prev¨¦ que la inversi¨®n extranjera directa caiga este a?o entre un 30% y un 40%, seg¨²n acaba de publicar la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, que tambi¨¦n certifica que los pa¨ªses en desarrollo "ser¨¢n de lejos los m¨¢s castigados por la crisis".

Todo son malas noticias: adem¨¢s, las remesas de los emigrantes sufrir¨¢n un recorte de 24.000 millones, seg¨²n el Banco Mundial

La vieja promesa de los pa¨ªses desarrollados, que desde los a?os setenta vienen anunciando que pretenden conceder el 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) a los pa¨ªses pobres, volvi¨® a ratificarse en la reuni¨®n del G-20 en Londres. Pero ning¨²n pa¨ªs del G-20 alcanza ese objetivo todav¨ªa. Incumplir promesas es algo a lo que est¨¢n habituados los pa¨ªses que se agrupan en las denominadas formaciones G: la OCDE calcula que de las ayudas prometidas por el G-8 en 2005, en torno a 23.000 millones de d¨®lares no llegar¨¢n al mundo en desarrollo en 2010. Este a?o y el pasado algunos pa¨ªses como Francia e Italia cortar¨¢n las ayudas aunque Jap¨®n y EE UU las aumentar¨¢n.

El saldo final de este panorama es que el n¨²mero de pobres con ingresos inferiores a un d¨®lar diario aumentar¨¢ en 100 millones en 2009, seg¨²n Oxfam. La crisis est¨¢ siendo especialmente profunda en ?frica, cuyas exportaciones se desploman. En la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo unos 200.000 mineros han sido despedidos. En Zambia, una cuarta parte del total. Mientras, sigue el creciendo el saqueo de estos pa¨ªses a manos de sus propios gobernantes y al amparo de los para¨ªsos fiscales, sobre los que el G-20 apenas ha actuado. Transparencia Internacional estima que pol¨ªticos y funcionarios de esos pa¨ªses reciben entre 20.000 y 40.000 millones anuales en sobornos.