"El 21% de los tumores tiene origen infeccioso. Es toda una sorpresa"
Harald zur Hausen tiene un curioso sentido de lo que es estar jubilado. El investigador alem¨¢n, de 76 a?os, dej¨® la direcci¨®n del Centro de Investigaci¨®n sobre el C¨¢ncer (DKFZ) alem¨¢n en 2003. "Pero eso me ha dado m¨¢s tiempo para seguir con mi hobby". ?Y cu¨¢l es esa afici¨®n? "Investigar en la relaci¨®n entre las infecciones y el c¨¢ncer". Esa vocaci¨®n fue recompensada en 2008 con el Nobel de Medicina, y es la que, el pasado viernes, le llev¨® a conceder esta entrevista, encajonada entre una reuni¨®n, una comida y un viaje a Toledo, donde ten¨ªa que asistir a una conferencia organizada por el Centro de Estudios de Pol¨ªticas P¨²blicas y Gobierno de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares.
"La vacuna del papiloma es tan segura como cualquier otra"
"Espa?a es un pa¨ªs especial, donde el c¨¢ncer de c¨¦rvix no es tan frecuente"
En el fondo, el investigador no ha dejado su hobby desde hace m¨¢s de 30 a?os, aunque el premio que recibi¨® el a?o pasado haya hecho que todo el mundo le pregunte ahora por lo que descubri¨® a finales de los setenta, y no por lo que est¨¢ haciendo ahora. "No importa; el premio no le cambia a uno la vida".
Aquel galard¨®n reconoci¨® su trabajo como pionero en la investigaci¨®n sobre las causas infecciosas del c¨¢ncer. Una tarea que en 1976 le llev¨® a publicar la relaci¨®n entre el virus del papiloma humano y el c¨¢ncer de c¨¦rvix. "Ahora sabemos que entre virus, par¨¢sitos y bacterias, aproximadamente el 21% de los tumores tiene origen infeccioso. Es mucho m¨¢s de lo que sospech¨¢bamos hace 15 o 20 a?os. Es toda una sorpresa", dice.
Pero en su momento, cuando Zur Hausen hizo su descubrimiento, fue algo tan inesperado que cuando fue con su hallazgo a Boehringer -"el gran laboratorio que ten¨ªa m¨¢s cerca"- para intentar que desarrollaran una vacuna, le dijeron "que no hab¨ªa mercado para ella", cuenta fingiendo sorpresa. Pero en seguida matiza: "Los directores eran otros, no son los de ahora. Adem¨¢s, entonces la tecnolog¨ªa clave, como la PCR [reacci¨®n en cadena de la polimerasa, que se descubri¨® en 1986 y que sirve para identificar el material gen¨¦tico de los virus y otros cultivos celulares] no estaba desarrollada, y hubo un par de informes que dieron falsos positivos, y eso desanim¨® a la industria", dice para justificar a quienes no vieron la importancia -tambi¨¦n econ¨®mica- de su hallazgo.
Tampoco estaba claro el proceso que relacionaba el virus con el c¨¢ncer. Al llegar a este punto, Zur Hausen eleva la voz y recobra la vitalidad. Se lanza a enumerar una catarata de explicaciones sobre regulaci¨®n de los factores de transcripci¨®n y otros mecanismos de regulaci¨®n de los genes que hacen que una c¨¦lula sana se convierta en tumoral. Al final, hay que reconducirle para que la explicaci¨®n no sea abrumadora. "Lo que quiero decir es que no es que el virus cause el c¨¢ncer directamente. Su ADN no se integra en las c¨¦lulas como si fuera un oncogen, pero interfiere en las primeras fases de la regulaci¨®n, lo que acaba produciendo un c¨¢ncer", resume lo m¨¢s did¨¢ctico que puede.
Inevitablemente, si se habla del virus del papiloma hay que referirse a la pol¨¦mica montada alrededor de la vacuna, uno de los medicamentos m¨¢s discutidos que se ha puesto en el mercado ¨²ltimamente (en 2006). Zur Hausen empieza desmintiendo la mayor: "La vacuna es tan segura como puede serlo cualquier otra. Hay algunos efectos adversos descritos, como que puede producir una irritaci¨®n en la zona del pinchazo o alergia a alguna de las prote¨ªnas, pero eso pasa con todas".
Entonces, ?por qu¨¦ ha habido tanto debate? Para empezar, el cient¨ªfico cree que ha habido "un ligero cambio" en la percepci¨®n que la gente tiene de las vacunas. "Antes, se aceptaban m¨¢s f¨¢cilmente, pero hubo algunos casos, como la posible relaci¨®n de una vacuna contra la hepatitis B y la esclerosis o el s¨ªndrome de Gillian-Barr¨¦, una grave enfermedad neurol¨®gica, que han modificado algo esta percepci¨®n", opina el investigador.
Adem¨¢s, ¨¦l mismo reconoce que en el caso de la vacuna del papiloma hubo otra serie de factores: "Primero, una intensiva campa?a de publicidad por parte de los laboratorios, lo que pudo provocar cierto rechazo y sospecha entre la gente. Segundo, se trata de una enfermedad de transmisi¨®n sexual, y eso, asociado a que hay que vacunar a ni?as, siempre es un tema peliagudo. Muchos padres no quer¨ªan ni o¨ªr hablar de que sus hijas pod¨ªan estar teniendo relaciones sexuales. Y, adem¨¢s, sobre todo en Europa, hay unos movimientos verdes que creen que vacunarse es interferir en la naturaleza, hay una especie de movimiento ideol¨®gico contra las vacunas", admite.
Lo que le sorprende es que, en Espa?a, al menos, haya habido tambi¨¦n m¨¦dicos opuestos a la vacuna. "Puede ser que tengan miedo a que disminuyan el cribaje [las pruebas peri¨®dicas que deben hacerse las muejres para detectar las lesiones precancerosas]", admite. Tambi¨¦n cree -siempre prudente- que en Espa?a eso es posible porque es "un pa¨ªs especial, donde el c¨¢ncer de c¨¦rvix no es tan importante como en el resto del mundo, donde es el segundo m¨¢s frecuente en mujeres". Pero cree que los beneficios est¨¢n claros. "En Alemania se realizan unas 150.000 intervenciones quir¨²rgicas al a?o para eliminar las lesiones precancerosas producidas por el virus del papiloma. Insisto, s¨®lo las precancerosas. Y m¨¢s de 100.000 son evitables con la vacuna". No es un porcentaje despreciable, y mucho menos si se tienen en cuenta los efectos adversos de esas intervenciones. "No son inocuas, y aunque s¨®lo sea la extirpaci¨®n de las lesiones, entre un 2% y un 7% tiene efectos secundarios, que pueden llegar a adelantar los nacimientos o a causar infertilidad", dice.
Estos recelos son parte de los que han resurgido ahora, cuando est¨¢ a punto de empezar la campa?a de vacunaci¨®n contra la nueva gripe. Pero Zur Hausen se resiste a la comparaci¨®n. "Sabemos que los efectos de la vacuna del papiloma van a durar por lo menos una d¨¦cada, durante la que las mujeres van a estar protegidas. En cambio, la de la gripe hay que cambiarla cada a?o", se?ala.
El tiempo para hablar con el m¨¦dico se acaba. Le espera una conferencia en Toledo. "Me pidieron que hablara de la importancia de la vacunaci¨®n en general, pero voy a hablarles m¨¢s de la relaci¨®n entre infecciones y c¨¢ncer", dice con media sonrisa. Al fin y al cabo, es su hobby ahora que est¨¢ jubilado.
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