Irreprochable Concha de Oro al Spielberg chino
Recuerdo determinados festivales por haber sido privilegiado testigo de una pel¨ªcula que te remueve el alma, que te provoca esa infrecuente revelaci¨®n de que has conocido una obra maestra, algo que conecta a niveles superiores con tu sensibilidad, con tu comprensi¨®n y con tu inteligencia. He visto en este festival c¨®mo irresponsables, o miopes, o mezquinamente estrat¨¦gicos jurados, en los que supones debido a su arte individual que poseen una notable capacidad para valorar lo incontestablemente bueno, se pasan por sus arrogantes genitales pel¨ªculas maravillosas tituladas Muerte entre las flores y Promesas del Este. Porque el progresismo del jurado deduce que el internacional talento de sus autores y de los protagonistas no necesita el aval de un galard¨®n, porque hay que tirarse el infame e in¨²til rollo premiando lo ex¨®tico, lo diferente, lo radical, lo inestrenable.
'El secreto de sus ojos' ha sido ignorada ladinamente en el palmar¨¦s
No es el caso de esta edici¨®n. Han premiado la pel¨ªcula china Ciudad de vida y muerte, una gran producci¨®n que tiene el aliento, la complejidad, la fuerza visual, el emotivo retrato de personajes, la capacidad para estremecer al espectador con lo que ocurre en una conquistada ciudad china en la que todo est¨¢ permitido para los depredadores invasores japoneses, en la que te cuentan con expresividad, lucidez y sentimiento la angustia de los que intentan sobrevivir al estrat¨¦gico holocausto pero tambi¨¦n el tormento, las contradicciones, la humanidad y el sentido de culpa de algunos ganadores a los que el ardor guerrero y la permisividad de que todo vale con el vencido no acaban de convencerles. Te admira la capacidad del director Lu Chuan para hablarte con im¨¢genes tan potentes, con intensidad, ¨¦pica, veracidad, ferocidad, lirismo y sentimiento de tantas historias individuales en medio de una tragedia colectiva.
Y en mi caso, me resulta ins¨®lito respetar y admirar una pel¨ªcula china, cinematograf¨ªa que logra frecuentes orgasmos en fulanos muy raros y profundos, tan vanguardistas y malditos como transparentemente mal pagados. Pero resulta que el arranque de Ciudad de vida y muerte re¨²ne estimulantes parecidos con el inicio de Salvad al soldado Ryan y con el espeluznante desarrollo de La lista de Schindler. Aclarada mi admiraci¨®n por esta contundente reconstrucci¨®n de otra barbarie de la historia, no tengo m¨¢s remedio que juzgar la injusticia ante el disparate de que no le hayan concedido ning¨²n premio a una pel¨ªcula que se los merece todos. Aunque mi trabajo est¨¦ muy bien pagado, a veces me siento desaprovechado o imb¨¦cil cuando tengo que hablar d¨ªa tras d¨ªa en los festivales de un aluvi¨®n de pel¨ªculas cuya cochambre ustedes no van a tener que sufrir nunca porque son inestrenables, aunque su selecci¨®n en subvencionados festivales les permita comer bien durante todo el a?o a los impresentables autores y a los cultivados esp¨ªritus que organizan y promocionan el cultural negocio. En este venturoso caso, la pueden ver ustedes porque ya ha tenido su l¨®gico y puntual estreno comercial. Esa despreciada obra de arte se titula El secreto de sus ojos, una historia dura y tierna, maravillosamente contada por Juan Jos¨¦ Campanella, a la que han ignorado ladinamente en el palmar¨¦s. Mi econom¨ªa no se atreve a asegurar que le pago la entrada a cualquier espectador decepcionado que siga desde hace tiempo mi concepci¨®n del cine, pero si saben de lo que llevo hablando toda mi vida respecto al cine y se sienten medianamente c¨®mplices, vean esta maravillosa pel¨ªcula. Es de las que hacen sentir, en las que todo adquiere sentido, extraordinariamente interpretada y vivida por Ricardo Dar¨ªn y por Soledad Villamil, ese bellez¨®n de mujer y de actriz.
Si el trabajo de esos actores argentinos me parece que est¨¢ m¨¢s all¨¢ del elogio, me gusta mucho que hayan premiado a la poderosa, ir¨®nica, turbadora y entra?able qu¨ªmica que establece la siempre mod¨¦lica Lola Due?as con su ins¨®lito compa?ero Pablo Pineda, un hombre con s¨ªndrome de Down y excepcional en lo bueno y en lo malo, alguien que va a encontrar su ¨²nico y justificado lugar como actor con esta interpretaci¨®n.
Que el premio al mejor director a ese profesional del estilo vac¨ªo, de los muermos con pretensiones metaf¨ªsicas, le sirva al tal Javier Rebollo para que se disputen el estreno de sus pel¨ªculas en los festivales vanguardistas y radicales, que algunos esp¨ªritus afines al suyo le dediquen un ensayo riguroso (pagado por alguna trascendente filmoteca, asociaci¨®n cultural, museo vanguardista, "hola, universalista Chema Prado, viajero gubernamental aunque sofisticado, entra?able amigo de los infinitos y art¨ªsticos amigos, fraternal mecenas con fondos p¨²blicos de cualquier imb¨¦cil que haya gozado de moda culturalista"), me parece normal en un festival de cine, pero que esto no induzca a depresi¨®n o a desconfianza en su arte a un director tan bueno como Campanella en El secreto de sus ojos. Lo del premio especial del Jurado a Fran?ois Ozon es menos irritante, pero da igual. El tal Cantet, presidente del jurado y apresuradamente glorificado por reproducir la vida sin artificios, ten¨ªa la obligaci¨®n de pillar algo para sus colegas del cine franc¨¦s, m¨¢s caro, mejor recibido en su pa¨ªs, pero igual de infame que la mayor¨ªa del cine espa?ol. Ese que tambi¨¦n me hace feliz con pel¨ªculas tan frescas, inteligentes y defendibles como Tres d¨ªas con la familia, Celda 211 y Pagafantas.
He pasado este festival en brumas, con enorme trabajo para concentrarme en lo que me ofrec¨ªa la pantalla, con el tormento de saber que est¨¢ muy malita una persona entra?able que junto a su marido me ha dado hospitalidad, refugio, comprensi¨®n, cari?o y mimo en este festival a lo largo de 20 a?os. Quiero decir: que me la sudan las pel¨ªculas, que mi cabeza y mis sentidos estaban en otra parte, anhelando el milagro.
A pesar de esas horrorosas circunstancias han existido algunas pel¨ªculas que me han hecho revivir. Un festival s¨®lo aceptable, como ¨¦ste, me parece un lujo al lado de la impune pesadilla con la que te castiga la Mostra en los ¨²ltimos a?os. Pesadilla amortizada con fondos p¨²blicos, dirigida por un grotesco intelectual de izquierdas que resulta tan abyecto en su pol¨ªtica cultural como el impresentable Berlusconi. Aqu¨ª se lo curran, les puede salir mejor o peor, pero son profesionales, intentan crear algo vivo aunque no puedan disponer del material que puede elegir la esperp¨¦ntica Mostra veneciana. Mis responsabilidades hacen que no haya podido revisar lo que m¨¢s me apetec¨ªa, la obra de un se?or llamado Richard Brooks. Y la mayor¨ªa de lo que exhiben en la sabrosa Zabaltegui ya lo he visto en otros festivales. Pero siempre me quedar¨¢ el recuerdo de El secreto de sus ojos.
LOS PREMIADOS
- Concha de Oro a la mejor pel¨ªcula: City of life and death (China), de Lu Chuan.
- Premio especial del jurado: El refugio (Francia), de Fran?ois Ozon.
- Concha de Plata al mejor director: Javier Rebollo, por La mujer sin piano.
- Concha de Plata a la mejor actriz: Lola Due?as, por Yo, tambi¨¦n.
- Concha de Plata al mejor actor: Pablo Pineda, por Yo, tambi¨¦n.
- Premio a la mejor fotograf¨ªa: Cao Yu, por City of life and death.
- Premio al mejor gui¨®n: A. Bowell, M. Reeves, P. Cornelius y C. Tsiolkas, por Blessed (Australia).
- Premio Nuevos Realizadores: Le tour o¨´ Dieu est parti en voyage (B¨¦lgica), de Philippe Van Leeuw. Menci¨®n especial: Sammen / Together (Noruega), de Matias Armand Jordal.
- Premio Horizontes: Gigante (Uruguay), de Adri¨¢n Biniez.
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